Parte 15: preludio 14. La Preparación y nuevos trajes

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Las dos denotaron los muros de acero de la gigantesca habitación en forma de cruz, al subir, la hechicera con túnica negra y ojos de iris roja; pudo darse cuenta de lo grandes que eran las paredes, estas poseían antorchas metálicas con unos extraños fogones naranjas, estos las deslumbraban de forma leve, mientras que la especie de ascensor pasaba y llegaba al tercer piso.

Una vez llegaron ambas. La plataforma quedó suspendida en el aire y dos más de esos guardias con armadura escarlata, desarrollaron una especie de puente metálico: compuesto de placas plateadas. Los mismos se encontraban vigilando la entrada a los laterales del pasillo.

Ellos una vez que colocaron la pasarela, uniendo la placa metálica con el pasaje del tercer piso, dieron unos pasos atrás y pegaron las espaldas contra los muros de acero, haciendo un saludo de respeto a las dos directoras, alzaron la mano derecha para ponérselas en la frente como soldados, asintiendo unos movimientos con la cabeza en señal de respeto.


Dejando que Kaossandra y Kira, pasaran en el medio de ambos, estas sin decir nada emprendieron la caminata por el amplio corredor, siendo deslumbradas por más de esas farolas que estaban en los demás pasillos del navío; los brillos de estas no lograban iluminar todo el pesaje, dejando zonas oscurecidas en el medio y entre estos, dando unos pasos suaves, pasaron otro de esos sillones con tapizados rojizos y apoyabrazos de roca negra, después de seguir hasta al fondo del pasillo: donde estaba colgado un escudo con dos espadas cruzadas, giraron a la derecha para adentrarse en otro corredor, al meterse pudieron ver unas gigantescas puertas metálicas con marco dorado, los laterales de esta estaban adornadas con aterradoras estatuas de serpientes: gigantes, hechas de roca blanca y mostraban un par de colmillos largos.


La maestra Kira se acercó a ella, viendo las manijas doradas de las puertas, sacando una llave que llevaba: esta era negra y tenía una gema incrustada en el medio de color morado, la metió en la cerradura y le dio vuelta para quitar el seguro—. Esto es solo para evitar que entren a mi habitación sin permiso, vamos a dentro para que te arregles Kaossandra —dijo, dándole vueltas a la manija de la puerta derecha para abrirla hacia dentro, revelando una habitación oscura por completo; debido a que las luces incandescentes estaban a pagadas, la misma dio unos pasos para adentrarse a la sala.

—Ok... —La hechicera oscura algo nerviosa, debido a las expresiones de las es fijes que se encontraban a lados de la entrada, dio unos pasos apresurados; para ir detrás la chica de ojos verdosos, escucho cuando las puerta se tranco detrás de ella, dejándola completamente cubierta por un manto de sombras macabras.

—Ahora... Encenderé las luces —La chica con túnica roja, esbozando una expresión segura, aplaudió dos veces.


La habitación hizo iluminar las luces florecientes que estaban en el techo de piedra pulida, revelando que las paredes eran de ladrillos: hechos mármol blanco y negro, estos formaban un patrón. El suelo era de metal, pero tenía el aspecto de madera de roble para darle un encanto más acogedor a la habitación, también, había un gigantesco sofá de cuero negro; el cual miraba hacia la pared de la izquierda, donde había colgado un televisor de pantalla plana: este permanecía apagado.


Kaossandra viendo algunos cuadros de las islas carmesís, escudos y gigantescas espada ceremoniales, las cuales adornaban algunas paredes. Decidió mirar una cama con sábanas blancas y cabecera de roble negro, la misma estaba pegada a la pared de la derecha y sobre un desnivel con escaleras de cristal trasparente, dando unos pasos decidió subir la escalinata para ver una estantería que cubría todo el muro del fondo, de hecho. La cama estaba en una espacio que había en el estante de metal, sobre sus repisas descansaban libros relacionados a diferentes especies de dragones, alzando la ceja miro una foto de un hombre con una túnica roja: la misma tenia decoraciones metálicas en forma de alas, las cuales bajaban por su abdomen y un cabello largo color azulado, al ver sus ojos verdes, además de la leve sonrisa suave.

Skylanders: Una promesa para conocernos. Acto 1Where stories live. Discover now