Parte 12: preludio 11. La nave viviente

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El gigantesco aparato volador en forma de tiburón, estaba compuesto por placas de metal rojo que residían en todo el cuerpo, estas eran iluminadas de forma dispareja por el cálido resplandor del sol, al igual que la marca de la estrella que se situaba en el costado izquierdo: la misma era de color negro como la noche. Cerrando su mandíbula de dientes afilados y parpadeando un par de veces, enseño sus ojos de reptil con iris amatistas resplandecientes, movió las aletas que estaban a sus laterales y en su gigantesca cola: hechas de cobre tallado. Extendiendo las cuchillas de su espina dorsal para estirar el cartílago de color negro que las recubrían, se movió hacia adelante para salir del cielo de la isla: donde se encontraba ciudad campus, desapareciendo en la nada al usar un camuflaje que lo hizo trasparente como el cristal.

Dentro de la criatura los Skylanders, los cadetes y su directora, después de ser tragados de un bocado, mientras eran iluminados por gemas rojas que se encontraba en el techo de la gargantilla al bajar hasta un rio, estos gritaron cuando cayeron.

¡splash! Se escuchó al caer con fuerza, a la vez que se daban un chapuzón en la asquerosa sustancia; después la corriente les arrastro a una desviación y misteriosamente los desvió al túnel de la derecha, haciendo que todos cayeran por una catarata, la cual formaba parte de una fuente octagonal: esta se ubicaba pegado a la pared.

Los muros de la sala eran de un extraño ladrillo rojizo, nuestros héroes incomodos por el asqueroso fluido que los había bañado por completo al caer por el conducto, el cual, se iba por un alcantarillado que estaba en el suelo empedrado: el mismo era protegido por barrotes de acerco resistentes al calor, levantándose asqueados denotaron las paredes de la zona.


El gigantesco aparato volador en forma de tiburón, estaba compuesto por placas de metal rojo que residían en todo el cuerpo, estas eran iluminadas de forma dispareja por el cálido resplandor del sol, al igual que la marca de la estrella que se situaba en el costado izquierdo: la misma era de color negro como la noche. Cerrando su mandíbula de dientes afilados y parpadeando un par de veces, enseño sus ojos de reptil con iris amatistas resplandecientes, movió las aletas que estaban a sus laterales y en su gigantesca cola: hechas de cobre tallado. Extendiendo las cuchillas de su espina dorsal para estirar el cartílago de color negro que las recubrían, se movió hacia adelante para salir del cielo de la isla: donde se encontraba ciudad campus, desapareciendo en la nada al usar un camuflaje que lo hizo trasparente como el cristal.

Dentro de la criatura los Skylanders, los cadetes y su directora, después de ser tragados de un bocado, mientras eran iluminados por gemas rojas que se encontraba en el techo de la gargantilla al bajar hasta un rio, estos gritaron cuando cayeron.

¡splash! Se escuchó al caer con fuerza, a la vez que se daban un chapuzón en la asquerosa sustancia; después la corriente les arrastro a una desviación y misteriosamente los desvió al túnel de la derecha, haciendo que todos cayeran por una catarata, la cual formaba parte de una fuente octagonal: esta se ubicaba pegado a la pared.

Los muros de la sala eran de un extraño ladrillo rojizo, nuestros héroes incomodos por el asqueroso fluido que los había bañado por completo al caer por el conducto, el cual, se iba por un alcantarillado que estaba en el suelo empedrado: el mismo era protegido por barrotes de acerco resistentes al calor, levantándose asqueados denotaron las paredes de la zona.

El lugar era iluminado por unos candelabros que residían en los laterales, los mismos eran solo dos y se encontraban en las paredes: compuestos de unas barras luminosas de color blanco y pedestales de metal negro, el brillo de los mismos no llegaba a todos las esquinas de la habitación, pero si a una puerta plateada que estaba al fondo y frente al pozo.

Skylanders: Una promesa para conocernos. Acto 1Where stories live. Discover now