Skylanders: Una promesa para conocernos. Acto 1

Parte 11: preludio 10. Datos oscuros

De regresó a la academia Skylanders, en la isla donde se encontraba la ciudadela de los mabus: los campos de tulipanes y el césped era ladeado por el cálido viento, estos estaban en la hermosa planicie que se encontraba a las afueras de la cuidad, en la misma se distinguían alguno que otro árbol. Llegando a uno de los senderos y pasando una cuerva que cruza a la izquierda, se encontraba el arco de ladrillo grisáceo que delimitaba la entrada a la zona norte; en sus laterales y algo apartados del mismo, se encontraban unas jardineras con contornos de cemento: las hojas en los pequeños arbustos que estaban plantados en estos, se movieron con la brisa.

En el lugar donde estaba la tienda de laser-tag, cuyos muros eran deslumbrados de medio lado por el cálido sol en el cielo, cerca estaban parados los Skylanders y los dos reclutas, estos veían pensativos y pasmados, acorde, les contaban sobre la batalla que vivieron la cadete con ojos de iris azul cielo y la goldina con cabello corto color rojizo.

—Bueno, así quedo la cosa, Cynder  se debilito por perder mucha sangre y Eruptor, lanzó a Génesis al oscuro callejón que está detrás de ustedes —resalto la chica con traje azul y partes de cuero café, levantando la mirada para dejar deslumbrar los lentes de sus gafas para apuntarles, de inmediato. Todos miraron al callejón que estaban al pasar el camino de rocas y al otro lado del edificio con el letrero en el techo, inclinando la cabeza algo pensativa pregunto—: Por cierto. Deberíamos ir a ver si esta ella, después de las llamaradas debió haber quedado inconsciente.

—Esta bien. Déjame procesar la información por un momento —La directora con una expresión atónita, bajo la mirada para ver el camino empedrado del senderó, alzándola nuevamente se dio media vuelta para verlos, dejando iluminar la pedrería que llevaba en el cabello: este era de color negro como la noche. Tocándose la frente insegura reputo:

—No entiendo como ocurrió eso y menos si esa aura malévola que emitió Spyro, la sentiste antes Cynder.

—Tampoco lo entiendo, disculpa, solo pude sentir un odio naciente en su interior. —La dragona de escamas violetas y placas de un tono más claro de morado, medio cerró las alas para ocultar levemente los cartílagos, decepcionada suspiró un poco de humo, mientras que se mantenía sujeta del dragón púrpura con las dos patas delanteras sobre su hombro—. Además... Cuando el cristal apareció escuchamos la voz de Spyro decir: "¿Por qué tengo que cambiar?!" "¡No puede ser que ellos quieran que lo deje atrás!" "¡¡No sé cómo hacerlo!!" Después. Se ilumino tanto que no vimos que sucedió en realidad antes que Génesis apareciera de la nada.

—Es muy raro sencillamente, ¿Spyro sabes algo de esas palabras? —preguntó la elfa de cabello azulado, dejando ladear su coleta tresnada; la misma empezó a caminar de un lado a otro, intentando comprender. Lo que le había ocurrido para darle una respuesta lógica a lo acontecido, pero al no ocurrírsele nada, moviendo la cabeza de negación, indecisa volvió a mirar al dragón, a la vez sus ropajes de cuero marrón era iluminado de medio lado, le dijo:

—No tengo nada lógico. Es impensable que algo así pudiera pasar hoy, primero apareció un escudo elemental de magia y luego una dragona púrpura.

—Me gustaría poder decir algo para ayudar, pero no me acuerdo de eso, ni de como hice aparecer una barrera elemental. Yo no tengo ese poder —aclaró Spyro, algo decepcionado hizo unos gemidos adoloridos; mostrando un colmillo blanco en sus fauces, a la vez que las bajaba para mirar al suelo—. Pero sé que esa tal Génesis, es una villana ruin. Si le hizo eso a dos de mis amigas.

—No te pongas triste, estaré bien. jeje... gracias por preocuparte por mí —contestó la dragona violeta con un tono compasivo, moviendo el hocico a su izquierda de forma leve; dejando escapar una leve sonrisa, donde mostraba unos tiernos dientes afilados.