Parte 13: preludio 12. El propósito del secuestro

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Spyro y Stealth Elf emprendieron la marcha por el corredor, alejándose de las puertas de metal; mientras que poco a poco se cerraban, hicieron aparecer nuevamente el candado holográfico de color azulado, el cual a poco tiempo desapareció en la nada.

Mientras que avanzaba distinguían algunas estatuas de seres antropomórficos, los cuales residían dentro de compartimientos cilíndricos a los lados del pasaje, estos poseían arcos hechos de piedra en el contorno: ubicado a la izquierda de la estatua de una gárgola, había un sillón con tapizados rojizos y apoyabrazos de obsidiana. Lo vieron ambos al pasar, distinguiendo el gravado metálico con la forma de unos lobos, los cuales aullaban en el contorno.

Se escuchaban sus pasos en los suelos de loza metálica: donde estaban talladas unos cráneos de toro, estos eran iluminados por las farolas que se encontraban en el muro: conformadas por unas barras luminosas de color blanco y pedestales de metal negro.


El dragón púrpura al levantar la mirada, pudo observar una de las ventilaciones en el techo, la cual tenía un marco de metal con barrotes: los contornos estaban remachados para que no se callera la tapa, sintiendo el frio viento que salía de la oscuridad del ducto, estremeció su cuerpo debido al aire lúgubre—. Este lugar es muy tenebroso, además de las estatuas horripilantes.

—No me gustan, concuerdo contigo. —La elfa dando unos pasos, distinguió un librero que estaba en la pared de la derecha; hecho de obsidiana negra, el mismo residía cerca de la estatua de un guepardo: este poseía una pose de combate y una expresión arisca, donde mostraba todo los dientes afilados en su hocico, viendo de reojo los libros que estaban en el estante, estos eran enciclopedias de diferentes criaturas que habitan o habitaban Skylands—. Parece que a la academia Stirling, le interesan mucho las criaturas, mira Spyro hay incluso de dragones.

—Si. Nunca había visto libros tan grandes como esos, pero si les gusta leer sobre dragones o sobre otras criaturas, no es nada sospechoso. —El dragón púrpura colocó unos ojos como platos, al ver que uno de esos libros era sobre los caracteres sexuales entre los dragones; apenado intento ignorarlo, mirando a la estatua del guepardo, apreciando su delgado cuerpo se puso enfrente para verlo—. Si... Se nota que le gusta lo natural, porque todas las estatuas que vemos están desnudas.

—Bueno si es su estilo, supongo que es porque les gusta, es como la estatua de ese chico pensador. —Stealth Elf giró la cabeza de forma leve para ver a la esfinge del guepardo, notando que su pelaje era grisáceo como en todas las estatuías, pero tenía las manchas bien definidas con un tono más oscuro de gris, dándose la media vuelta para retomar la caminata apresurada—. Dejemos de pararnos, porque vamos a separarnos del grupo.

—Es verdad, podía estar mirando todo lo que hay en el pasillo, pero hay cosas por hacer. —Spyro la siguió con seguridad, emprendiendo el paso detrás de ella, le echaba un vistazo a más estanterías como las que habían visto, estas estaban pegadas a las paredes de metal rojo, además en algunas de ellas habían colgadas espadas ceremoniales, algunos escudos de diferentes épocas y estilos, incluso inmensos cráneos de toro blancuzcos.


Ambos avistaron una mesa hecha de la misma obsidiana negra, la cual estaba en casi todos los muebles del pasaje: la misma tenía un florero de porcelana en el medio, sobre el cual estaba plantado un champiñón de color grisáceo y lunares rojizos; enfrente había unas puertas corredizas de metal, cerca estaban parados sus amigos y Persea. Está segura de sí misma miraba las puertas, las cuales poseían un marco de color negro como la noche; en las esquinas superiores habían incrustadas dos gemas verdes, las cuales casi no se veían por la poca luz que proyectaba el farol que se encontraba en la pared de enfrente y sobre el mostrador.

Skylanders: Una promesa para conocernos. Acto 1Where stories live. Discover now