Parte 5: preludio 5. La búsqueda del rubí

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Se escuchaba el viento en la isla, donde residía el salón de clases, los escalones de piedra que estaban frente y alejados de los arbustos, eran iluminados por el gigantesco sol que estaba en el cielo, donde se veían algunas nubes pasar libremente.

Cynder viendo detenidamente la nota que le estaba mostrando Sprocket, hizo un gruñido leve; alzando una ceja y bajando la otra confundida, mirando los garabatos en el papel. Estos eran indescifrables porque estaban todos amontonados, extendiendo las alas un poco y subiendo la especie de daga que poseía la puta de su cola para mantener el equilibro, se colocó sobre sus dos patas traseras, comentando:

—Ese desastre de garabatos, ¿es nuestra pista?

—Eso parece Cynder. —La goldiana de pelo rojizo corto, extendió la mano derecha, mientras sujetaba el papel con la otra, mostrándole con la palma abierta lo que decía—: Esto todo lo que medio la directora.

—Si. A mí... Me entrego otra, pero no logro descifrar lo que dice —expresó Jet-Vac con un tono pensativo, mientras que tanto su pico amarillo como la armadura azulada que llevaba; eran semi-iluminados por el astro en el cielo, extendiendo la zarpa amarillenta le entrego el memorándum a la cadete de ojos azul intensó, la misma sin decir nada la recibió en sus manos. Luego está lo levantó para ver los dibujos, poniendo una expresión pasmada porque no podía entender nada—. La maestra Kaossandra. Ya no va ayudarnos, pero una cosa que nos dijo fue que la luz es la respuesta.

—No entiendo a lo que se refiere, pero es muy probable que este papel este encantado. —Sprocket bajando la mano con el papel, a la vez que su armadura azul y las partes de cuero café, era iluminadas por la luz diurna, acorde veía como Cynder  extendía ambas patas y movía la cola con picardía.

—¿Podrías dármelo? Quiero intentar una cosa maestra.

—Está bien, ¿pero no entiendo que podrías logar? No se me ocurre nada lógico con lo que nos dijo —respondió la joven de piel dorada, giró la cabeza de medio lado para mirar con indiferencia el gigantesco masetero de loza que estaba detrás de la dragona, donde estaban plantados los arbustos: cuyas hojas se movieron por una ráfaga de viento que salió de la nada.

—Tal vez.... No hay que pensar mucho —señaló Cynder  con las alas extendidas por completo: los cartílagos de las mismas eran de color morado claro por dentro y violetas por fuera, poniendo boca abajo la inscripción del papel y levantándolo para que los rayos del sol lo deslumbrara.

—Espera. Eso no tiene sentido, porque dudo que pase algo si lo pones a contra luz. —La joven de piel dorada, acomodándose las gafas de construcción, le echó un vistazo algo desconcertada.

—Mm.... Deberíamos intentarlo, a ver qué pasa maestro Jet-Vac. —resaltó la cadete con armadura helada, tocándose el labio inferior con el dedo índice, sentía en lo más profundo de su corazón que esa era la solución—. Si... Usted quiere. Claro.

—Bueno. No perdemos nada. —El águila de pico amarillo asintió con la cabeza de forma afirmativa, mientras que sus ojos del mismo tono eran semi-iluminados por la luz diurna en la isla.


Los dos hicieron lo mismo, poniendo las notas a contra luz pudieron ver como poco a poco aparecía en el reversó la palabra: "espejo" esta apareció tanto en la que tenía la dragona como la que sujetaba el águila con plumaje blanco en la cabeza, esta abrió los ojos sorprendida al ver las letras.

—Mira Sprocket. Encontré un mensaje oculto, parece escrito con una especie de tinta que solo reacciona a contra luz, dice: espejo —dijo Cynder  mostrando un par de colmillos afilados en sus fauces, haciendo un gruñido movió la cola, parecía como si hubiera encontrado una montaña de oro por la expresión contenta que había esbozado, señalando a las letras con la garra índice para que Sprocket  mirara a donde tenía que mirar, esta al ver el reversó denotó que no había nada ante sus ojos. Los lentes verdes de las gafas de construcción oscurecían un poco el papel, haciendo indivisible lo que estaba escrito en él; algo confundida inclinó la cabeza fijándose bien, pero aun así no podía verlos. Cynder  al ver su cara movió el hocico a un lado, haciendo un gruñido de duda; dejando escapar un leve humillo de su boca, continuó—: ¿qué pasa? Aquí está la palabra, ¿no la vez?

Skylanders: Una promesa para conocernos. Acto 1Where stories live. Discover now