Parte 19: Viaje 3. Amenazas conocidas.

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Las luces que proyectaba el sol, se filtraban de entre los picos de las paredes; los cuales estaban curvados hacia adentro, las sombras que proyectaban eran movidas por el pasar del astro en el cielo, donde transitaban algunas nubes blancas y esponjosas movidas por el viento.

Todos denotaban como algunas mariposas volaban felizmente por césped que estaba a los lados del camino, estas se posaron sobre algunos narcisos en la instancia.

Al llegar los tres vieron que el pasaje empedrado terminaba en la entrada de lo que parecer ser un túnel, el cual se encontraba en el muro roca café: el mismo poseía un reborde hecho de piedras incrustadas.

—Alto. Algo viene, los puedo oler acercándose —dijo el león con un gruñido al final, extendiendo la mano para detener el avance de la armadura y al robot de cuerda, entrecerrando los ojos para ver a la oscuridad del pasillo de piedra, el mismo alzo las orejas atentas: estas poseían pelo grisáceo por dentro y pelaje amarillo como el resto de su cuerpo por fuera—. Pueden ser malévolos, entonces deben estar alertasss… —resaltó prolongado la “s” con un gruñido y elevando la cola de forma atenta.

—Estoy contigo —Eruptor se puso al lado izquierdo de Leo, mientras escuchaba como algo se acercaba, poniendo una cara desconfiada—. Hay que ser cuidadosos… si lo dices… ¿creo?

—Como sea. —El robot de juguete se puso a la derecha del león, el cual emitía gruñidos serios—. Solo veamos quienes son.

De repente ellos vieron como del túnel salía un joven dragón de escamas púrpuras de ojos amatistas, alas amarillas como sus placas y cuernos.

Seguido por un guepardo de pelaje amarillento y manchas negras en algunas partes del cuerpo, los mismos fueron expuestos por las luces diurnas, cuando sus ojos se acostumbraron a la iluminación que había.

Notaron al león de pelaje amarillo como el iris de sus ojos, pelo marrón en la parte superior del pecho y entre pierna. Este al verlos se puso de brazos grasados y cambio su expresión a una interesada, pero por otra parte, la armadura que estaba a un lado dejo escapar un suspiró aliviado, al igual que el cadete de metal azul y naranja.

—¡Waaa..! No me esperaba encontrar a alguien aquí —expresó el leopardo con unos ojos pasmados y mostrando algunos colmillos de intriga, levantó las manos para frotarse con los nudillos sus ojos, solo para saber si son reales, al darse cuenta que si lo eran, miró al dragón púrpura alzando la ceja—. Oye… ¿Spyro estás viendo lo mismo que yo?

—Si. La verdad, me sorprendió a mí también, Cazador —respondió el joven reptil de cuatro patas, pegando las alas de sus costados, poniendo una cara pensativa al respecto.

—Wau. Un león, un robot de cuerda y una especie de armadura viviente, juntos. —La libélula que estaba volando a un lado del joven dragón, puso una expresión pensativa, a la vez que le apuntaba a los tres—. Eso no se ve todos los días, ¿Quiénes son ustedes?

—Han… Yo soy Eruptor y los que están al lado mío, se llaman Leo y Wind-Up.

—Claro yo soy Leo —resaltó el león de melena frondosa color café, levantando la mano derecha para ponerla suavemente sobre el pelo de su musculoso pecho, luego la quito y movió la cabeza a un lado para mirar al juguete de cuerda, sacando la garra índice le señaló—: El robot es Wind-Up, es solo para que no se confundan.

—Es un gusto conocerlos, pero nunca en el reino de los dragones había visto a seres como ustedes, ¿De dónde vienen? —El leopardo hizo un gruñido de duda, mientras que se tocaba el labio con un dedo, subió una oreja y bajo la otra, pensativo mostro un colmillo—. Claro si se puede saber.

—Bueno…. Venimos de un reino muy lejano —dijo el león dando unos pasos, a la vez que retraía las zarpas que había sacado, poniéndose al lado izquierdo del leopardo; extendió la mano para pasarla por detrás de su espalda, apretándolo con la misma hizo un gruñido, moviendo la cola de lado a lado, mientras que sentía con el brazo, lo suave que era el pelaje en la espalda del leopardo—. Llegamos por un portal hasta aquí y ahora no podemos volver sin ayuda.

Skylanders: Una promesa para conocernos. Acto 1Where stories live. Discover now