Skylanders: Una promesa para conocernos. Acto 1

Parte 10: preludio 9. El fin de la batalla

"¡Pan...pan!" se escuchó, cuando unas bolas de fuego salieron de su izquierda. Estas le pegaron con fuerza a Génesis, haciendo que saliera volando; quitándose de la pansa de Cynder, luego hizo unos aullidos adoloridos al recibir otras dos llamaradas en su costado. La dragona púrpura hizo unos gemidos de dolor, siendo lanzada al callejón que se encontraba a la derecha de ambas, tanto sus escamas como sus placas amarillas, fueron oscurecidas por las sombras: estas eran proyectabas por uno de los dos edificios que se encontraba a los laterales del pasaje.

—Parece que llegamos a buena hora, me sorprende, mucho salir y encontrarme un caos afuera. —resaltó el monstruo de lava rojiza, frente a la puertas de vidrio con marco de mental negro; estas eran parte de la tienda de láser-tag, bajando los bultos que estaban al final de sus brazos: estos desprendían humo de color blancuzco, tras haber lanzado las llamas; dejando escapar un suspiró para calmarse, dio algunos pasos acercándose a la dragona violeta. La misma poseía marcas de garras en sus brazos, estas se encontraban debajo de sus brazaletes de metal; donde brotaba un líquido espeso carmesí, dejó ver el iris rojizo de sus ojos, al denotar que este también le salía de sus fauces—. ¡Cynder estas sangrando! ¡¿Qué te paso?!

—Fue una dragona púrpura, pero me preocupa más Spyro —contestó está poniéndose boca abajo para levantarse con dificultad, adolorida se acercó en donde yacía acostado el joven dragón púrpura, el cual permanecía con los ojos cerrados. La dragona de escamas violetas suavemente paso las zarpas por debajo de su cuello para levantarlo; a la vez que se agachaba, poniendo la cabeza sobre sus rodillas—. ¡Por favor! ¡Spyro despierta!

—¡quiere decirme alguien! ¡¿Qué ocurrió aquí?! —aclaro el monstruo de roca, viendo como Hex se levantaba nuevamente, la misma frotándose los ojos con sus nudillos, confundida se colocó de pie, dejando mover las telas negras de la túnica que llevaba.

—Realmente. No sé qué pasó aquí, Eruptor —aclaro la goldina de piel dorada, moviendo la cabeza de lado a lado porque la habían aturdido, levantándose para reincorporarse y entrar en si misma nuevamente, decidida se acercó donde estaba su lleve inglesa, tomándola para levantarla del suelo, continuó—: No salvaste de una grande, casi mata a Cynder.

—Gracias, lo hice porque estaban luchando. —El monstruo de lava esbozo una sonrisa alegre, mostrando todos los dientes afilados, pero al girar el cuerpo a su izquierda para ver a ambos dragones, trasformo su expresión a una asustada—. ¡¿Porque Spyro esta inconsciente y Cynder tiene esas feas heridas?!

—Eso me gustaría saber yo. —aclaro la hechicera con túnica negra y piel azulada, dando unos pasos para colocarse a la derecha de la dragona violeta y el dragón púrpura, la misma hacia unos gemidos adoloridos, acorde movía el cuerpo del joven macho de placas amarillas con la zarpas delanteras, derramando algunas gotas del espeso liquido color carmesí en su pecho—. Hablando... ¡Skull ven aquí!

—Este bien. —La calavera salió flotando del arbusto derecho, el cual estaba un poco más alejado del arco: el mismo era de ladrillo grisáceo, la planta se encontraba plantada en una jardinera de cemento, esta se acercó para colocarse sobre el hombro de la recluta de ojos blancos—. Buena batalla, por ciento.

—¿Por qué estabas escondido en una arbusto?

—Es porque no quería ser atacado por Génesis, por eso me escondí. Sin que me vieran —explicó Skull con un tono avergonzado.

—Entiendo eso, lo único que no entiendo. Es lo de Génesis, además... ¿Qué pasó después de que perdí la conciencia? —Hex al levantar la mirada pudo ver la parte de arriaba de la formidable cúpula de color púrpura, donde yacía el enorme aro de color dorado, el cual daba vueltas en la parte de arriba, el símbolo elemental que tenía incrustado era deslumbrado por el cálido sol, acorde colocaba unos ojos como platos asombrada, gritó al aire: