1-LA DEUDA

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Su mirada se mantenía perdida en las altas paredes blancas, que parecían ser cada vez más cercanas, quitándole el poco espacio entre él y la habitación de enfrente. Las enfermeras, pasaban de un lado a otro de los pasillos alumbrados por esa horrible luz que carcomía sus ojos, intercambiando papeles y ayudando a los médicos con sus respectivas labores.

Aguantando los nervios, se levantó de su asiento y camino hasta donde yacía su madre. Xiao Zhan acarició la mano de aquella mujer que se mantenía adormecida en la cama, cubierta por sábanas suaves color crema y perla, y suspiro con el sentimiento de culpa enterrado en su corazón.

—Estas aquí mi niño...Disculpa que te preocupara—susurro al sentir el tacto de su hijo

—Me alegra que ya estés despierta.... ¿Cómo te sientes madre?

—Estoy bien Zhan, solo fue un desmayo

Xiao Zhan sonrió con tristeza, con un suave brillo resaltando sus iris avellana, amenazando con derramar lágrimas. Bajo la mirada dejando notar su cabello azabache que caía alborotado, producto de la caminata apresurada hasta el hospital, resaltando su piel lechosa y sus labios de cerezo, acompañados por ese tentador lunar junto a ellos.

El muchacho, tomo valor dejando atrás sus emociones, y sujeto las manos de su madre con más fuerza tratando calmarse.

— ¿Por qué no me dijiste de la deuda?—cuestiono rompiendo el silencio

—No quería causarte problemas cariño. Sabía que si te enterabas tratarías de ayudar

—Por supuesto que te tengo que ayudar. Pero para entender, necesito que me expliques... ¿De dónde salió la deuda?

—Trabaje para la familia Wang por muchos años. Tú apenas tenías cinco cuando encontré apoyo en ellos...El día del accidente, tu hermana mayor quedó en muy malas condiciones y para aumentar el dolor, le encontraron un tumor en la cabeza. Los gastos eran demasiados y no podía cubrir todo... Así que les pedí a los señores Wang un préstamo al cual accedieron. Con el pasar del tiempo el interés fue aumentando y aunque tenía tres empleos no alcanzaba para pagarlo

—Por eso me mandaste a vivir con mi tía a Estados Unidos...—murmuro tragando en seco—. Madre ya soy lo suficientemente fuerte como para poder hacerme cargo de mí mismo, y de apoyarte

—No quiero que cargues con mis responsabilidades—hablo su madre acariciando la mejilla del azabache

—Son nuestras responsabilidades—insistió Zhan—. Somos familia, y los problemas los enfrentamos juntos

Xiao Zhan no estaba dispuesto a dejar que su madre continuara batallando sola. Dejando a la mayor en el hospital descansando, abandono el edificio para asimilar un poco más calmado la situación.

Media hora más tarde, el muchacho caminaba pensativo, bajo la protección de las estrellas que iluminaban el cielo oscuro, buscando la forma de acabar con esa deuda sin que esto la afectara más.

Su vida había tomado un giro complicado que no se esperaba. Dejar la Universidad para regresar a China a causa del agotamiento de su madre, quien no le tuvo la confianza de contarle sus problemas. ¿Cómo podría juntar lo requerido si ella se negaba a decirle del monto total?

Aceleró sus pasos, haciendo más fuerza en el pavimento, hasta pasar por las calles cercanas al Club Lan, dónde se encontraría con un amigo de la infancia. Al dar con su destino, entro sin prestar atención al grupo de muchachos, que reían en la entrada con aparente estado de ebriedad.

Paso por en medio de los que bailaban y conversaban, y se dirigió a la barra para esperar cómodamente. No era su primera vez en un lugar así, pero en esta ocasión la música parecía atacar sus sentidos aturdiendo su mente a tal grado de darle mareos.

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