ME PERTENECES

13-YIZHAN

—Ahhhh... mmmmm... más

—Ya estás babeando... ¿Quieres que te haga sentir aún mejor? ¿O seguirás evitando sentir el placer que te ofrezco?

—Te voy a matar en cuanto me sueltes—lo amenazó sin darse cuenta de sus palabras—. P-agarás por e-es-esto Ahhhh—gritó ante una fuerte estocada

—Quisiera poder tener un espejo en el techo para que vieras cómo te ves...Tu cara sonrojada y el cabello revuelto. Tus piernas abiertas para mí y el cuerpo marcado por mis dientes...No hay vista más erótica que esto—se relamió los labios

—Ugh...Tus padres...p-pueden entrar o escuchar... Ahhh

— ¿Es por eso? —bufo el castaño—. Zhan-ge, la puerta está con llave y si no quieres que escuchen trata de controlar tus gemidos

Wang Yibo saco sus dedos de la estreches del mayor, y éste gruño al sentirse vacío.

Xiao Zhan recuperaba su respiración agitada, cuando de pronto, lo tomo con fuerza de las caderas y abrió sus piernas aún más, el azabache miro hacia a abajo asustado al ver como Yibo rozaba su entrada con su erección. Sus ojos se veían perdidos en el placer, y de un movimiento fue metiendo la punta adecuándose al estrecho espacio, hasta que se enterró quedando completamente adentro. Tocando hasta lo más profundo de las entrañas del mayor.

—Ahhhhhhhhh...Ahhhh.... ¡Yibo! ¡Eres demasiado grande!

El castaño comenzó a moverse dentro de él lo más despacio que pudo, aguantándose las ganas de taladrarlo contra la cama. Xiao Zhan arqueo su espalda aguantando el dolor, que poco a poco se volvió un placer tan fuerte que nublaba sus sentidos.

No entendía en que momento termino en esa posición siendo penetrado por el castaño. Su cuerpo reaccionaba con tanto placer que había dejado de importarle el hecho de que pudieran atraparlos.

El azabache se aferró a las sábanas mientras las embestidas venían más fuertes y mordió sus labios para no gritar, envolviendo con sus piernas la cintura del contrario para mantenerlo dentro.

—Zhan...estás tan apretado. Sigue apretándome así...es delicioso—gimió Wang Yibo

Xiao Zhan no podía ni hablar. Lo único que escapaba de su boca eran gemidos llenos de placer, disfrutando de cómo era tomado por el más alto, y es que Wang Yibo era realmente fuerte, y sus embestidas provocaban que la cama golpeara contra la pared cada que se hundía en él.

— ¿Hermano Yibo? ¿Están bien? Escuche un ruido—toco la puerta el pequeño Jackson

Ambos se quedaron quietos.

Un intercambio de miradas mostró el pánico que sentía Xiao Zhan de que los descubrieran. Una sensación que le dibujo una sonrisa ladina al menor, quien le dio una estocada tan poderosa que por un momento, pensó que lo rompería a la mitad.

—No pasa nada Jackson...Zhan-ge se quedó dormido. Yo estoy viendo una película de acción...Ve a dormir—dijo el castaño con tranquilidad

Wang Yibo sujeto las piernas del mayor, y las subió hasta sus hombros aprovechándose del hecho de que Xiao Zhan mordía una almohada para evitar ser escuchado por el niño. Rápidamente, comenzó a dar estocadas más profundas y salvajes, dejando sus dedos marcados en la piel del azabache.

Xiao Zhan lo miro con ojos suplicantes. Si seguían siendo tan poderosas las embestidas no podría aguantar gritar de placer, pero el contrario no podía desaprovechar la oportunidad para darle con todo sin que este pudiera quejarse.

—Está bien...Hasta mañana Yibo-ge—se despidió Jackson frotando sus ojos adormecido

—Hasta mañana...