EPISODE 15

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Yibo se soltó de Xiao Zhan y salió de la habitación tan rápido como pudo. Este último se quedó de pie frente a su computadora muy decepcionado.

— ¿Pasa algo? —preguntó el profesor y Xiao Zhan se volvió a sentar en su silla.

—No pasa nada... hum, creo que tenía que irse.

—Así que vives con un amigo... —Xiao Zhan sonrió y bajó la cabeza nervioso, eso era tan evidente.

—¿Solo habla conmigo ahora?

—Sí, tus demás compañeros se han ido, solo estamos los dos, pero creo que es tarde.

—Lo es, debo dormir.

—De acuerdo, Xiao Zhan, ha sido un gusto hablar contigo, hasta mañana.

Xiao Zhan cerró su computadora sintiendo que el profesor Gao Wei era más que un simple profesor, podía entenderlo y además que era muy grato entablar una conversación con él y eso para él era esperanzador.

Suspiró inflando sus mejillas al recordar la rara actitud de Yibo, debía arreglar las cosas, al menos aclararlas y además estaba curioso por saber cómo estaba y si pensaba quedarse en casa.

Salió de su habitación y caminó nervioso por el pasillo hasta llegar a la habitación de huéspedes. Había una luz tenue de la lámpara pasando por debajo de la puerta, así que se animó a entrar.

Yibo terminaba de ponerse una camiseta que le serviría de pijama y al ver a Xiao Zhan acercarse con esa mirada dulce, frunció el ceño. ¿Cómo Liu Ting le prohibía tener que dormir lejos de su hijo si éste mismo entraba así a la habitación que le habían dado? Yibo giro su cabeza evitando verlo.

—¿Qué quieres? —preguntó frío y entrando a la cama para terminar de jalar las mantas para cubrirse.

—Yo quería saber cómo estás, solo te fuiste de mi habitación, así sin más.

—Tu madre me ha prohibido estar en tu cuarto Xiao Zhan, y no sé qué haces aquí. —el pelinegro se mordió el labio inferior y Yibo lo miró de reojo. Su vientre se contrajo, quería tomarlo de sus brazos y jalarlo hacia él, pero debía contenerse.

—Lo sé, solo quería decirte que... tu mamá me dio pequeñas vacaciones, se quedará en casa con Jin. —Yibo frunció el ceño.

—¿Pero qué mierda dices? Eso es terrible...

—Yibo, es su madre, ella necesita tiempo con su hijo pequeño, quizá tú también debas darle una oportunidad. —Yibo suspiró comenzando a airarse, el tema de su familia era uno muy sensible.

—Y tu ¿Por qué mejor no traes a tu padre a vivir aquí? —Contesto de la peor manera y vio como el pelinegro se incomodaba y dejaba de verlo—. Así me molesta el tema, no vuelvas a mencionarme a mi madre.

—Está bien, no tienes que ponerte así conmigo. —Hizo un puchero y le dio la espalda, sentándose en el borde de la cama, Yibo sonrió ante eso, ese era su Xiao Zhan, ese chico que desprendía ternura natural y quizá por eso sentía tantos deseos de quitarle todo eso. Golpeó su cama y Xiao Zhan volteó a verlo—. ¿Qué pasa?

—Deseo dormir. —Xiao Zhan entendió eso y se puso de pie. Bajó la cabeza un poco decepcionado, ¿Dónde estaba el Yibo que deseaba darle un beso? Incluso se sintió feo. Llevó una mano a su labio sintiéndolos fríos y secos, hubiese deseado un beso de buenas noches, siguió sus pasos y mojos sus labios con su lengua. Yibo apretó los dientes e hizo puños en la cama.

—Buenas noches, Yibo —dijo bajito y cuando estuvo por irse, Yibo decidió hablar.

—¿Qué día es tu cumpleaños? —Xiao Zhan se detuvo en el camino.

BABYSITTERWhere stories live. Discover now