EPISODE 29

6K 761 194
                                    


Xiao Zhan dormía plácidamente sobre el pecho de Yibo el cual también dormía.

Los rayos del sol entraron por la ventaba del pelinegro y Yibo abrió los ojos , pero el sol lo cegó, frunció el entrecejo para seguir durmiendo, atrayendo a Xiao Zhan más a su cuerpo para que le dé calor, ese calorcito especial que solo venía de él, sentía sensaciones agradables como haber vuelto a la vida, una energía nueva.

Abajo, Liu Ting preparaba el desayuno, aún estaba intranquila por la partida violenta de Han, esperaba que regresara a pedir disculpas a su hijo por sus rudas palabras. Xiao Zhan prefería los hombres y ella sabía muy bien que eso no se podían cambiar y que tampoco había sido su culpa que eso pasara. Ahora se encargaría de que superara la separación de Yibo y le apoyaría en sus estudios.

He ahí el mayor problema para Liu Ting. Xiao Zhan ya le había contado que había perdido el trabajo en casa de los Wang, ¿Cómo haría ahora para estudiar? Faltaba tan poco para el inicio de sus clases y Xiao Zhan,en el hospital, le había dicho que vendería su auto, regalo de su padre, para costearse los años de estudio, era un sacrificio cruel, pero ella no quería que eso pasara, pensaba y pensaba en cómo ayudarlo, debía conseguir dinero como sea para que su único hijo no dejara perder su primer auto así como así.


—&—

Yibo despertó por segunda vez, ya serían las nueve y media de la mañana y de seguro Liu Ting entraría en cualquier momento para llevarle el desayuno a Xiao Zhan y cuando eso pasara de seguro pegaría un grito al cielo por verlo metido en la cama.

Le dio un pequeño beso en la punta de su nariz y Xiao Zhan frunció el ceño parpadeando para despertar.

—Me duele todo —dijo con voz pastosa. Yibo suspiró sabiendo a qué se refería.

—Lo siento, ayer quizás no debimos—hablo Yibo siento el dolor como suyo el de Xiao Zhan.

—Estoy bien de ahí, solo me duele la pierna. —hablo abrazando más fuerte a Yibo.

— Deberás resignarte a tener la pierna así por un tiempo, al principio es algo muy molesto porque aparentemente nadie se pone a pensar en lo importante de cada parte del cuerpo, es decir, nadie anda pensando en lo importante de tener manos hasta que no las puede usar. Acostumbrarse a ese cambio cuesta. —Xiao Zhan escuchaba aun apoyado sobre su pecho, pero se tuvo que obligar a moverse porque necesitaba ir al baño.

—¡Maldición! —casi gritó cerrando los ojos, su rostro se contrajo en una mueca de dolor, al momento de girar en la cama sintió otro dolor en su pierna. Yibo se sentó en la cama y le ayudó—. Ay... esto duele —se quejó aún más.

—Necesitas los medicamentos, será molesto al principio.

—Necesito ir al baño y... joder —bajó la cabeza. Había visto la horrenda muleta al lado de su cama con la cual llegó hacia ella. Yibo se puso de pie y lo jaló de una mano—. ¿Qué haces?

—Te llevo —respondió sin más.

La forma en cómo se lo dijo hizo estremecer a Xiao Zhan, quería colgarse de su cuello y besarlo en ese instante, pero se contuvo, aún no estaba claro qué cosa eran, pero se sentía muy bien siendo ayudado por Yibo.

Pasó una mano por su cintura y la otra tomó una mano suya. Xiao Zhan se sentía muy limitado, aun así, avanzó con Yibo.

—Tengo la sensación que el karma existe —dijo Xiao Zhan—. Pero esta vez no fui el causante de algún mal. —Yibo rio, Xiao Zhan se refería a cómo se habían invertido las cosas.

—Recuerdo mucho esos días, ¿sabes? Cuando fingía que me dolía la pierna solo para ver tu carita de preocupación y esa forma tan... tan no sé de cuidarme. —Xiao Zhan lo miró cuando llegaron a la puerta de su habitación y antes de que Yibo pudiera abrir la puerta, Xiao Zhan acarició su rostro por un momento. Yibo se quedó muy quieto y se dejó besar suave, un beso cortó que hizo contraer su vientre en solo segundos.

—Recuerdo mucho eso también —dijo Xiao Zhan y luego abrió su puerta para ir al baño.

Tragó saliva cuando entró a éste y luego vio a Yibo, no quería necesitarlo hasta para eso. Y Yibo entendió, le pasó una muleta y cerró la puerta.

—¡Ahhh! ¡Qué haces aquí! —gritó Liu Ting en el pasillo viendo a Yibo en la puerta del baño. Y este pego un salto del asustó.

—Buenos días, señora Liu Ting —sonrió fingido, ¿Qué podía explicarle en esos momentos? —. Yo... yo... bueno, quise arreglar las cosas con Xiao Zhan. —Ella camino llegando a su lado y se cruzó de brazos, viéndolo de cerca. Yibo se rascó la nuca comenzando a ponerse nervioso. Ya había recibido todo el odio del padre de Xiao Zhan y ahora quizá lo recibiría de Liu Ting.

—Tú... —dijo achinando los ojos—. No puedo confiar en ti, Yibo.

—Quiero cuidar de él, por favor... —pidió sintiéndose pequeño. Liu Ting lo miro confusa.

Antes de poder responder a Yibo, Xiao Zhan salió del baño y se juntó a Yibo tomando su mano y mirando con preocupación a su mamá quien suspiró resignada, No había nada que pudiera hacer, su hijo era un hombre y no cometería el error que cometió Han, podía ver lo enamorado que su hijo estaba.

—Bien, bajemos por el desayuno. —dijo rendida la mujer.

Luego de que Yibo se aseara, los tres comían un rico desayuno. Este se sentía como aquellos días en donde casi vivía con Xiao Zhan ayudándole a hacer su proyecto de investigación a mano. 

BABYSITTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora