EPISODE 10

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Yibo podía saborear la lasaña que había traído de su ex casa para que la cocinara la señora Liu Ting, Xiao Zhan no dejaba de estar nervioso su madre lo observaba y él ya estaba comenzando a creer que ella podría sospechar algo, y solo esperaba que no.

—Esta noche iré a un baile —le dijo y ella sonrió.

— ¿Con Yibo?

— ¡No! —Respondió rápido, para luego atorarse con la comida, Yibo le pasó un vaso con refresco—. No, con Dil, iré con ella —dijo rojo de vergüenza.

—Ah, tu amiga inseparable, es un milagro que no la vea por aquí desde hace semanas.

—Desde que empecé a trabajar —corrigió él y era así, Dilraba antes que Xiao Zhan trabajara pasaba en su casa y a Liu Ting le simpatizaba mucho.

Los tres terminaron de comer y Xiao Zhan subió a su habitación muy rápido para cepillarse los dientes, cambiarse de ropa y salir al trabajo, sabía que Yibo lo llevaría.

Yibo, abajo, se dispuso a limpiar la mesa, sabía que debía hacer algo, aunque en sí no estaba acostumbrado.

Liu Ting ya se había dado cuenta que él no era un chico como su hijo, podía predecir que era de familia rica por sus modales y esa falta en colaborar propio de la gente adinerada en los quehaceres.

—Disculpe por solo poder hacer esto —dijo Yibo un poco avergonzado, limpiando la mesa, aunque había traído la lasaña para que Liu Ting la preparara y eso compensaba el resto.

—Descuida. — le sonrió ella con ternura—. Gracias por todo lo que haces por mi hijo, chicos como tú hay muy pocos y sé que no eres el chofer de esa famila. —Yibo se puso un poco nervioso—. De seguro te conoció en la casa de los señores esos, pero estoy segura que no eres un empleado más...

—Yo... no sé qué decirle.

—No tienes que justificarte, solo te agradezco. —Volvió a sonreírle y Yibo se sintió un maldito, Liu Ting le agradecía por algo que él hacía por interés.

Sabía que era un egoísta y esa mujer confiaba en él, lo creía un buen tipo a pesar de saber que no era un pobretón como Xiao Zhan si no alguien de muy buena familia. Ella podía sonreírle como lo hacía con Xiao Zhan y no veía sus errores ni sus malas intenciones. No era como su madre que siempre le recalcaba el mal ejemplo que era y lo poco que valía para ellos por no ser como ellos.

Vio bajar a Xiao Zhan quien se ponía su chaqueta para ir al trabajo.

— ¡Mamá, ya me voy nos vemos! —se despidió.

—Creo que vendré luego de dejarlo en el trabajo —dijo Yibo a Liu Ting y ella asintió.

—Está bien, te espero, tengan buena tarde.

Yibo salió tras Xiao Zhan y encendió su moto, para llevar al pelinegro a su antiguo hogar.

Llegaron en minutos y Xiao Zhan entró primero llegando a la sala donde la Carman lo esperaba. 

—Aquí tienes la lista —le dijo pasándole el papelito y este asintió — ¿Yibo viene contigo? —preguntó dudosa.

Él sabía que tarde o temprano Carman preguntaría eso pero ya Yibo le había dicho que no le dijera nada acerca de que dormía en su casa.

—No, pero me lo encontré afuera.

— ¿Otra vez? Ayer también entraron casi juntos. —Xiao Zhan tragó saliva y solo se mantuvo serio.

—Coincidencias.

Carman no dijo mas y salió de la sala, se encontró con su hijo y no dudo en encararlo antes de que éste pudiera adentrarse en la casa. Yibo esquivó su mirada pero ella quería aclarar muchos puntos.

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