EPISODE 4

10.6K 1.3K 1.5K
                                    


Xiao Zhan no dejaba de pensar en la pierna de Yibo y obviamente en el maldito acoso que había tenido que sufrir la última vez, solo esperaba que todo acabara luego y haya sido un mal entendido de parte de Yibo...

—Hijo, debemos hablar —dijo su madre.

—Estoy tarde mamá.

—No podré decírtelo cuando llegues porque estaré descansado.

—Dime, pero rápido.

—Bien, este fin de semana deberás ir con tu padre. —Xiao Zhan hizo una mueca de disgusto.

—Trabajo los sábados y domingo es el único día que tengo para lavar mi ropa y alistar mis trabajos de la universidad. Ah, y además dije a Dilraba que saldría con ella.

—Tendrás que hacer tu tiempo y por la ropa no te preocupes, lo haré yo y la tarea de la universidad la podrás llevar a casa de tu padre. Debes ir, él pueden pensar que estoy influenciándote para que no lo veas y sería perjudicial para mí.

—Con que era eso...

—Debes pedir permiso para mañana sábado.

— ¿Y si no me lo dan? No quiero perder el trabajo.

—Deberían darte si le dices el motivo, o tendrás que negociar un día libre. —Xiao Zhan resoplo de fastidio, no quería explicar ese detalle de su vida a la familia Wang.


—&—


Al llegar a la Casa de los Wang, la señora Carman le esperaba no muy animosa.

—Hola Xiao Zhan, lo que pasó ayer no debe volver a pasar ¿entiendes? Sé que mi hijo es un abusivo con las personas de servicio, pero no debiste hacerle caso.

—Lo siento, no quería causarle mal.

—Pues le causaste uno, está internado ahora y bueno aunque en realidad es mejor así. —Xiao Zhan bajó la cabeza, no creyendo que Carman fuera tan fría en decir esas palabras y mas sabiendo que Yibo detestaba los hospital, le dolió que lo hayan mandado de vuelta.

Jin se le acercó y lo abrazó muy fuerte, el pequeño estaba muy contento de verlo otra vez y Xiao Zhan tuvo que fingir una sonrisa. Jin le entrego el regaló, era una gorra que le había comprado en el supermercado.

—Los dejo, aquí tienes la lista para hoy —dijo Carman y se la dio—. Regresaré a las nueve. Suerte.

—Sí gracias. —En ese momento recordó lo que su mamá le había dicho—. Espere, debo pedirle permiso para mañana, tengo que hacer un pequeño viaje y no podré venir—. La mujer lo miró con desaprobación—. Por mí no iría pero me lo están ordenando mis padres, es solo por mañana.

—Ese tipo de cosas debiste haberme dicho con anticipación, ahora, ¿a dónde llevaré a Jin? —Xiao Zhan bajó la cabeza—. Bien qué más da tómatelo pensaré en algo. Entonces nos vemos el lunes.

—Sí.

Xiao Zhan suspiró resignado, un día de trabajo común empezaría. Primero las tareas y esa parte era un poco difícil porque Jin quería jugar con el conejo Yibo y más ahora que su hermano no estaba en casa, había un cierto descontento en el pequeño. Luego, debía limpiar su habitación, después cenar y ver televisión.

Xiao Zhan salió al patio como de costumbre a perseguir al menor que buscaba al conejo.

—¿Por qué no lo trajiste? ¡Es mío! Lo dijiste —reclamó molesto.

BABYSITTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora