28- María

2K 230 109
                                    

-¡PORQUE ME QUEDO MUUUDA! -grité al micrófono, el eco rebotándome en los tímpanos.

-¡PRENDIDA EN TU MIRADAAA! -siguió Alex, estirando un brazo al aire, con los ojos llenos de lágrimas de nostalgia.

-¡PORQUE TODO ES LEJANO, PORQUE SIN TI YA NO HAY MAS NADAAA! -retrocedí hasta caer en el sofá, llevando las manos a mi cara.

Alex se apresuró a apagar la máquina karaoke que el Sr y la Sra. Jeon le habían regalado a mi padre por Navidad y corrió a sentarse a mi lado.

-Ey, ey, ¿qué pasa? -inquirió, tratando de correrme las manos de la cara-. ¿Mucho Floricienta por hoy?

Sacudí la cabeza.

-Hay algo que no te he contado -murmuré, compungida. Destapé mi rostro y la mire con tanta pena que de repente mi amiga me puso cara de preocupación-. Algo sobre Jungkook.

-¿Está todo bien?

Negué lentamente con la cabeza, volviendo a agarrarme la frente con las manos.

-Nosotros peleamos.

-¿Por qué?

-Porque él me ha engañado con otra chica.

Casi sentí como Alex dejaba de respirar a mi lado.

-Espera... ¿¡Qué!? -sacudió la cabeza mientras yo gemía en dolor-. ¿¡Es un chiste!? ¿¡Engañarte!? ¿¡Cómo!? -hizo un silencio, estuperacta, y bajó un poco la voz-. ¿Con quién?

Destapé mi rostro y clavé la mirada al frente, entrecerrando los ojos con malicia.

Solo dije una palabra.

Un nombre.

-María.


La noche anterior, a eso de la una de la madrugada, en la habitación a oscuras de Cathy

Me aparté de Jungkook, bajando de su regazo y echándome al costado con la respiración agitada. El rumor del mar bravo llegaba hasta mi habitación, la ventisca huracanada colándose por la ventana así como la débil luz de las farolas dd la calle y el pequeño alboroto y música del bar abajo.

Me giré y vi que el muchacho me estaba mirando. Tenía los labios entreabiertos, la mirada febril y el flequillo húmedo de sudor. Su pecho desnudo subía y bajaba a un ritmo irregular a medida que se iba acompasando; el subidón de adrenalina bajando de a poco luego de la colisión de nuestros cuerpos.

Jungkook levantó un dedo y delineó mi mejilla con él, con una delicadeza que nada tenía que ver con sus manos fuertes moviéndome hacía solo un minuto. Le sonreí con dulzura, nerviosa ante su tacto cálido y tierno. Era sencillo responder a una palabra sucia susurrada al oído mientras teníamos sexo; pero nada me había preparado para responder a la frase que ahora pronunciaban sus labios:

-Te amo.

Me recosté sobre mi costado, viendo cómo se formaba una sonrisa en sus labios. Viéndolo así, con la luz amarilla gradual que dibujaba líneas cortadas y duras sobre un costado de su cara mientras el otro se sumía en sombras, no pude menos que pensar en lo muy enamorada que estaba de ese chico. Enamorada de esa forma que durará por siempre en tu corazón.

Porque no tenía idea de cuánto iba a durar ese amor de verano, no sabía si iba a funcionar a distancia; pero estaba segura de que era real. Era honesto. Allí, en ese rincón oscuro junto a la playa, perdidos entre las sábanas llenas de arena, éramos dos niños enamorados total, perfecta y completamente. El tipo de amor que tiene la fuerza de quedarse en tu corazón por mucho tiempo que pase. El tipo de amor que algún día recordaría de anciana tomándome un café en el bar de la playa y recordando todos esos primeros momentos de juventud que habíamos pasado juntos. Cómo habíamos crecido juntos. Los juegos, los besos, las caricias, y todas esas miradas.

Let's Not Fall in Love [Jeon Jungkook]©Where stories live. Discover now