Let's Not Fall in Love [Jeon Jungkook]©

4- El Club

-¡CATHY! -gritó alguien muy cerca mío.

Pegué un grito y salté en la cama. ¿En qué momento me había quedado dormida? No tenía ni idea; pero sí recordaba que la última cara que había visto antes de quedarme dormida había sido la de Jungkook. La pregunta era, ahora ¿¡Por qué era la primera cara que veía, también, recién despertarme!?

-¿¡Qué haces...!? -me giré hacia atrás y vi la ventana abierta-. ¡Deja de entrar por la ventana!

-¡No hay tiempo para hablar de eso! Tienes que levantarte y salir. ¡Ahora!

-¿Qué? ¿Por qué? -me incorporé en la cama de mala gana, restregándome un ojo con el dorso de la mano.

-Porque van a demoler el Club.

Saqué la mano de mi cara de golpe y lo miré con más atención. El muchacho yacía totalmente despeinado, y su expresión, aunque me generaba la misma molestia que siempre, era ésta vez de honesta desesperación. Algo malo estaba sucediendo, lo suficientemente malo como para que la persona probablemente más relajada que conocía estuviera mirándome con tanta angustia.

-¿Cómo que van a demoler el club? ¿De qué estás hablando?

-¡No hay tiempo! ¿Vienes o no? -me dio la espalda, cruzando la pierna al otro lado del marco de la ventana. Se quedó un momento sentado, girándose malhumorado al no escuchar que mis pasos lo seguían-. ¿¡Qué estás esperando!?

-¿Qué tienes con las ventanas? -inquirí, poniéndome mis zapatillas de forma apresurada para luego tirar de mi chaqueta de jean. Me la puse llena de orgullosa, como un soldado que se pone su traje de veterano de guerra, insignia de quién es y qué representa. Si lo que decía Jungkook era cierto, y estaban por demoler el Club, tenía que usar mi armadura más sagrada-. ¿Cómo te enteraste que lo iban a demoler? Ésto no es algo que se piensa en dos segundos, Jungkook.

-Al parecer, ya lo tenían premeditado; sólo que no era noticia pública -vi a Jungkook saltar de la ventana al árbol. La camiseta se le subió hasta la parte alta de la espalda, rebelando una piel tostada por el sol. Se aferró con fuerza de las ramas más fuerte y se deslizó hacia abajo, cayendo con la gracia de un gato. Como si se supiera ese movimiento de memoria, de tantas veces que había trepado por el árbol. Una vez en el suelo levantó la vista hacia mí, entrecerró los ojos por el sol y se llevó una mano a la frente para hacerse de visera-. ¿Vas a bajar o qué?

Solté un gruñido y me corrí el cabello rubio hacia atrás, calzándome bien la chaqueta sobre los hombros. Traté de seguir los mismos pasos de Jungkook, un paso en falso significaba una caída no severa pero sí muy dolorosa. Me aferré con uñas a las ramas fuertes y tanteé con el pie antes de moverme, deteniéndome un momento, indecisa, al ver hacia abajo. No tenía un miedo irracional a las alturas, pero no me hacia mucha gracia tampoco. Estiré una mano, alargando mi cuerpo hacia otra rama, pero mi peso hizo que mi zapatilla terminara derrapando sobre la corteza y terminara perdiendo el equilibrio.