Let's Not Fall in Love [Jeon Jungkook]©

10- Rain

Hoy estamos de cumpleaaaañoos. De quién? De su Babi, por supuesto ♥
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Flashback pt. 3

Mientras iba colgada apoyada contra el vidrio de la camioneta y miraba las gotas caer contra la ventana y deslizarse hacia abajo, me preguntaba qué tan buena idea había sido ir con los Jeon de compras. Nos preparábamos para una cena de domingo, y mientras mi padre y el Sr. Jeon se habían quedado preparando la carne, la madre de Jungkook había recordado que faltaban cosas. "Ven conmigo y Jungkook" había dicho. Y por alguna razón, acepté. Quizá más por cordialidad que otra cosa. Ahora iba en silencio al lado de un chico con el que acababa de pelear porque mientras jugábamos al fútbol en mi habitación me había dado en feo pelotazo en plena cara.

-¿Esperan aquí? ¡Ya vuelvo! -exclamó la Sra. Jeon, y sin esperar respuesta salió de la camioneta y dejó que la puerta se cerrara sola de un golpe, meciéndome en mi asiento cuando todo el coche se tambaleó.

Vi cómo la mujer corría delante del capó medio tapándose el cabello con las manos para que no se le mojara con la lluvia, y luego se detenia bajo el alero del súper y se metía dentro. No pude evitar pensar en que la mamá de Jungkook no se parecía en nada a mi mamá. Era muy enérgica, casi nerviosa, con esa cosa delicada que portan las mujeres de alta alcurnia. Esbelta y delicada, eso diría yo. Eso diría cualquiera. No era como mi madre. Mi madre era fuerte, se hacía escuchar. Era segura de sí misma y no le importaría mojarse el cabello con la lluvia, de eso estaba segura.

-¿Sigues enojada? -inquirió Jungkook, sorprendiéndome con su voz en el silencio del auto. No respondí, sólo me apegué más al vidrio-. Lo siento, ¿sí? No es justo.

-¿No es justo? -me giré hacia él y vi que me miraba de brazos cruzados, haciendo casi un mohín en los labios. Casi parecía que se iba a echar a llorar, pero como le conocía bien sabía que su orgullo jamás se lo permitiría-. ¡Me diste en la cara!

-¡Sí, pero no fue a propósito!

-¿Cómo saberlo? Siempre me molestas

-¡No es cierto!

-Sí es cierto.

-No te habría lastimado así a propósito -se le quebró la voz. Lo vi sorprendida, lo ojos muy abiertos-. Nunca.

Parpadeé, conmocionada por ver lo acongojado que estaba.

-Eres un bruto -admití en voz baja-. Pero te perdono, ¿ya? -y tras decir eso volví a girarme a la ventana. No fuera a ser que si me ablandaba demasiado me tomara el pelo, o algo así