Let's Not Fall in Love [Jeon Jungkook]©

36- Lo más lindo del mundo

Me di vuelta para ver sobre el hombro, para luego girar todo mi cuerpo lentamente, porque mis músculos tardaron tanto o más que mi cerebro en comprender que esa persona que estaba frente a mí era real.

El viento azotaba con fuerza su cabello ya largo, que flotaba como una nube negra a un costado y sobre sus ojos. La lluvia empapaba por completo su hoodie negro que no se movía con la misma violencia porque ya se le había pegado casi completamente al cuerpo. De repente se veía pálido como no se había visto en todo el verano, probablemente por esos dos profundos pozos oscuros que surcaban debajo de sus ojos. 

Con el cielo gris sobre su cabeza y la luz blanquecina que iluminaba la arena pálida detrás de él, en medio de un temporal y con el mar embravecido resonando a nuestras espaldas, Jungkook parecía un ángel.

Apreté los puños a los costados sintiendo que el corazón me daba un vuelco adentro del pecho. Parpadeé para verlo entre la lluvia que me caía en la cara; pero no pude notar ni una sola emoción en su rostro. Estaba completamente serio y no hacía otra cosa que mirarme con esos profundos ojos negros.

-¿Qué estás haciendo aquí? -fue lo único que se me ocurrió preguntar, entre el titubeo de mi boca que temblaba de frío así como el resto de mi cuerpo.

-Tenía algo que hacer antes de irme -murmuró, tan frío que de repente no se si temblaba por tener la ropa mojada pegada al cuerpo o por su mirada.

Quise preguntar qué cosa, pero antes de que pudiera decir nada el muchacho se había acercado a mi en dos largas zancadas y me había estrechado con fuerza entre sus brazos, haciéndome poner en puntitas. Sus labios húmedos y fríos se pegaron a los míos, y yo sólo pude abrir mucho los ojos y quedarme completamente estática. Apenas fue un segundo, un simple roce de labios, y entonces él se despegó de mí y me dejó sobre el suelo. Sus manos se aferraron a mis brazos y agachó la cabeza como en derrota.

-Lo siento, probablemente no querías que hiciera eso -se disculpó sin mirarme. Yo no respondí, ni siquiera me moví. El muchacho levantó la mirada y entonces vi una emoción: una angustia tan dolorosa que se me cerró el pecho-. Pero no podía irme así.

-Jungkook...

-Sé que no quieres hablarme. Sé que... me odias, probablemente -me soltó y retrocedió un paso, apartando la mirada-. Pero yo te amo, ¿sabes? Mucho. Y no sé qué más hacer, no sé qué decirte, yo sólo...

-Creí que te habías marchado -sacudí la cabeza-. Vi la camioneta.

-Mis padres se fueron antes, yo dije que me tomaría un autobús -se encogió de hombros medio culposo-. Les dije que no eché ojo en toda la noche y que no podría conducir, así que les pareció bien. Además entienden que... -se encogió-. Me quería despedir... bien. Aunque sólo fuera besarte y que me dieras una bofetada. No habría sido un gran problema -sonrió ladino, sin mirarme-. Ya lo hiciste antes...

-Jungkook -sacudí lentamente la cabeza, abrazándome a mí misma.

-No, ya sé. Lo siento. Estuvo mal -se rascó la nuca. El pelo empapado le tapaba casi todos los ojos, pegándosele a la frente-. Pero no tienes que volver a verme, así que... -enmudeció al mirarme.

Porque yo había comenzado a llorar tan desconsoladamente y en silencio que no supo que decir.

Salí del agua con un chapoteo y lo abracé con fuerza rodeando su cintura con mis brazos y aplastando mi mejilla contra su pecho. El llanto salía sin que pudiera evitarlo, una mezcla de miedo, alivio, dolor y felicidad al mismo tiempo.

-Lo siento tanto -gemí, el llanto lastimoso lo había dejado a él completamente en ascuas. Lo apreté más a mí, tanto como pude rodear esa espalda grande con mis brazos delgados-. Lo siento, lo siento, lo siento tanto, Jungkook.