Let's Not Fall in Love [Jeon Jungkook]©

Epílogo

Había dos cosas que tenía por seguro.

La primera era que el verano había terminado definitivamente, y que por muy larga que fuera la película que vimos aquella noche, por mucho que estiráramos el desayuno la mañana siguiente y mucho que arrastráramos los pies camino a la terminal de autobuses, nada haría que el tiempo retrocediera para darnos unos días más de verano en la playa.

Jungkook me dirigió una sonrisa mirándome sobre el hombro, para luego girarse y pasar unos billetes bajo la vitrina de la cabina y sacar el ticket de su pasaje. Me abracé con fuerza a mi chaqueta de jean. Ya no llovía, y entre las nubes densas que todavía no se habían terminado de disipar se colaban algunos rayos de sol. El muchacho se giró y camino con paso rezagado hacia mi, un pequeño bolso de mano colgando en su hombro y en su boca una sonrisa triste.

-Trata de dormir en el viaje así se tr hace más rápido -murmuré, estirando mis manos para arreglar el cuello de su chaqueta.

-No estes triste -me interrumpió, llevando una mano a mi mejilla y pasando el pulgar por mi labio haciendome sonreír casi al instante-. Verás como se pasa volando. Estarás tan ocupada en el bar que cuando quieras acordar ya será verano otra vez.

Suspiré y asentí apenas con la cabeza.

-Saca buenas notas -pedí.

-Claro que sí, tengo que poner a mi novia orgullosa.

Le sonreí mientras rodeaba mi rostro con sus manos y me besaba dulcemente. Me puse de puntitas para llegar mejor, pero me separé al segundo cuando oímos el autobús suspirar al estacionarse justo a nuestro lado. Miré en todas direcciónes y vi como la poca gente que viajaría en él se despedía y hacían fila para que les recortaran el ticket y subir.

Mi corazón dio un vuelco y volví la mirada hacia Jungkook. Éste no parecía triste, sonreía de buen ánimo; pero había una nostalgia inevitable en sus ojos que me hizo lanzarme a su cuello y abrazarlo con fuerza.

-Me llamarás todas las noches, ¿verdad? -inquirí con voz angustiosa y la mejilla pegada a su hombro.

La fila de gente para subir al autobús se hacía cada vez más y más corta.

Jungkook se separó de mí y me besó la punta de la nariz haciendo ruido. Luego una mejilla. Luego la otra. Luego los labios. Besos furtivos y casi desesperados, como quien se despide pero en realidad no quiere irse.

-Te llamaré tanto que querrás bloquearme.

Me reí.

Jungkook miró sobre el hombro. Solo quedaban dos personas en la fila.

-Ya me tengo que ir, Cath.

Enarqué la ceja de repente, risueña.

-Siempre me dices así -noté-. Cath. Todo el mundo me dice Cathy; sólo tú me llamas Cath.

-Lo sé -Jungkook sonrió como un tonto, retrocediendo y estirando el ticket hasta el chofer sin mirarlo. Éste lo cortó y se lo devolvió-. Por eso lo hago. Es sólo mío.

Sonreí, viendo como se metía en el autobús y corría hasta su asiento para abrir la ventanilla y sacar la cabeza.

El autobús volvió a inflar las ruedas del costado, enderezándose con un resoplido cuando el chofer tomó su lugar y cerró las puertas.

-Sí vas a videollamarme desnuda, ¿verdad? -inquirió de repente.

-¡Jungkook! -exclamé, mirando hacia todos lados a ver si alguien le había escuchado. Pero nadie parecía prestarnos atención.

El muchacho se rió.

-Es broma, es broma -dijo, justo cuando el autobús se ponía en marcha. El corazón se me encogió al ver como lentamente el muchacho se movía-. ¡O tal vez no!

Solté una risita y alcé un brazo para saludarlo, viendo cómo el muchacho rápidente se escapaba de mi vista. Él también agitó un brazo hacia mi, sonriéndome con ganas. Y cuando sólo pude ver la parte trasera del transporte me di media vuelta para emprender mi camino de vuelta a la playa.

-¡Cath! -oí de repente.

Me giré sorprendida y vi que a varios metros más Jungkook había sacado la mitad del cuerpo por la ventanilla para verme.

-¡Nos vemos en el invierno! -gritó.

Abrí mucho los ojos, sorprendida, y una sonrisa se dibujó en mis labios.

Había dos cosas que tenía por seguro:

La primera era que el verano había terminado.

Y la segunda que ésta historia, en realidad, recién estaba por empezar.