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Jimin

En cuanto sus prácticas terminaron a media mañana, fue a recoger a Yeonsang. El camino desde la universidad hacia el edificio donde Yeonsang tomaba clases, resultó ser mucho más cerca de lo que él creía.

Así que antes de tomar un taxi que lo llevara a recoger al pequeño, prefirió ir a pie y de paso estiraba un poco los músculos de sus adormecidas piernas.

Llegó al edificio en poco tiempo y fue resubido por una amable maestra Omega. Jimin tuvo que explicar que el Alfa lo dejo recoger a Yeonsang debido a que él no podría hacerlo, la maestra sin problemas dejó que el pequeño fuera con él, ya que él Alfa ya le había informado que Jimin pasaría a buscarlo un poco antes de que las clases terminaran.

Yeonsang sonrió en cuanto lo vió parado frente a la puerta, había esperado que el Omega viniera por él desde temprano.

Jimin acarició sus cabellos con cariño antes de tomar su pequeño y suave mano, dejó que Yeonsang se despidiera de la mayor, para luego comenzar a caminar hacia la estación de autobuses.

—Señor Jimin.

—Dime, Yeonsangie.

—¿Podemos ir al parque? Solo un ratito, por favor.

Jimin ladeó su cabeza un poco pensativo, los ojitos de Yeonsang brillaban esperanzados y él no tenía el coraje para negarse al tierno conejito.

—Esta bien!, vamos un ratito antes de que sea hora del almuerzo.

Yeonsang sonrió triunfante y agradecido con el mayor. Caminó al lado del Omega quien lo llevaba hacia un hermoso parque que quedaba bastante cerca de la estación de autobuses que ellos debían tomar.

En cuanto llegaron al parque, Jimin tomó asiento en una de las tantas bancas y dejó que Yeonsang fuera a los juegos, siempre y cuando fueran cercanos y pudiera verlo desde su asiento.

Jimin sonrió cuando una fresca brisa impactó en su rostro y desparramó su cabello dándole una forma divertida, le encantaba aquel día, había comenzado con el pie derecho, por suerte.

Desayunó junto a su mejor amigo, quien pasó a buscarlo de su departamento y lo llevó a una cafetería cercana a la universidad en la que ambos asistían.

Luego asistió a sus clases, las prácticas fueron algo simples, agradecía el hecho de que su profesor no intentara crear una nueva coreografía.

Estaban a poco menos de un mes, para que el concurso de presentaciones iniciara, así que debían prepararse para aquello. Tanto sus compañeros como él, ya tenían algunas coreografías listas, pero aún quedaban los bailes grupales y algunos solos que debían crear.

Yeonsang terminó de bajar por la resbaladilla y corrió hacia Jimin.

—Señor Jimin, ¿Podemos ir por un helado?

Jimin asintió y tomó su mano y con la otra la mochila del banco. Caminaron un poco hasta que el Omega se detuvo y entró junto al pequeño a la tienda.

Pidieron dos helados, uno de vainilla y otro de chocolate, el pequeño sonrió contento cuando su helado le fue entregado.

Tomaron asiento en una de las pocas mesas que había en la tienda. Varias miradas cayeron sobre ellos, pero Jimin no le prestó atención en absoluto.

—¿Hicieron algo nuevo en clases?

Preguntó Jimin curioso, mientras llevaba de la mano a Yeonsang.

—Si! Nos enseñaron las letras y algunos colores en inglés—Respondió alegre y con una dulce sonrisa.

[En busca de una Niñera]_KOOKMIN_Where stories live. Discover now