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Jimin

Se encontraba sentado sobre el asiento del copiloto justo a un lado del Alfa, quien conducía hacia la casa de sus padres.

Llevaban aproximadamente quince minutos de viaje, Jimin creía que seguramente su casa quedaba un poco alejado de la ciudad.

Miró su vestimenta, esperaba que fuera buena, llevaba unos jeans negros junto a un suéter blanco y celeste, le quedaba bien incluso Yeonsang le había dicho que se veía muy lindo y que debía cambiarse para que nadie lo viera.

No sabía que el pequeño era así de posesivo, pero le parecía tierno.

Él llevaba puesto un pantalón azul, junto a una camiseta roja con dibujos de carritos estampados y también unos lindos tenis rojos que hacian juego con su camiseta, según él, la ropa le quedaba bien con su tono de piel, Jimin quedó impresionado cuando el pequeño dijo que los colores oscuros le quedaban mejor que los claros.

Jungkook estuvo presente en ese momento y sabía porque su hijo decía aquello, al tener una madre modelo que trabaja todo el tiempo con ropa de diferentes colores seguramente había aprendido todo aquello durante el tiempo en el que vivió con esta.

Un tema del cual el Alfa no quería tocar.

Finalmente luego de unos interminables minutos habían llegado a su destino, el Alfa estacionó delante de una gran casa, tenía dos pisos, eran bastantes amplios por fuera, un poco más grande que la casa de Jungkook, el color blanco cubría completamente las paredes y tenía un muy lindo jardín.

Jimin quedó impresionado con todas esas flores, amaba los lugares así, y sentir el exquisito perfume que estas aportaban al ambiente lo hacía ponerse de buen humor.

Bajó del auto y cerró la puerta con cuidado antes de abrir la de Yeonsang para sacarlo con cuidado, tomó su mano y  caminó hacia el Alfa, quien los esperaba frente al auto.

—¿Listos?

Ambos asintieron sonrientes y entusiasmados.

El Alfa caminó hacia la entrada, tocó un par de veces el timbre y esperó a que la puerta fuese abierta.

Segundos después una señora no muy mayor abrió la puerta, su cabello se mantenía atado en un alto y elegante moño, su uniforme era negro y gris, algo peculiar para la vista de Jimin.

—Buenos días señor Jeon!—Saludó haciéndole una reverencia.

—Buenos días Haneul.

La mujer sonrió y se hizo a un lado para que pudieran pasar, sus ojos se abrieron sorprendida cuando vieron al Omega y al pequeño detrás de Jungkook.

—Oh, pero miren que lindura—Sonrió apretujando la mejilla del pequeño.

—Haneul, el es Yeonsang, mi hijo.

La mujer lo miró atónita ¿Es que acaso nadie sabía que tenía un hijo? Se preguntó Jimin.

—Valla! son muy parecidos.

El Alfa sonrió asintiendo con orgullo.

—La señora los espera en el jardín—Informó cerrando la puerta.

Jungkook asintió y miró a Jimin quien se mantenía callado al igual que su hijo.

—Denme su mano, iremos con mí madre—Sonrió estirando su mano para que el Omega y su hijo la tomaran.

Jimin la miró unos segundos antes de tomarla para que Jungkook lo guiara hacia donde sea que el fuera.

La verdad no entendía nada, la casa por dentro era aún más grande que por fuera, los pasillos hacían que se mareara con facilidad. Las cosas lucían muy lindas, los muebles se veían costosos y sus ojos revoloteaban maravillados con todo lo que veían.

[En busca de una Niñera]_KOOKMIN_Where stories live. Discover now