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Jungkook

El pelinegro quien permanecía recostado sobre su cómoda cama, frunció sus cejas y colocó una almohada gris sobre su rostro evitando así, que la luz diera justo en este.

Sentía como si no hubiera dormido nada, aquellas horas de sueño no le habían ayudado mucho, y es que a parte de estar bajo estrés, no descansar ni alimentarse bien, tampoco le aportaban mucho a su cuerpo. Tenía pocas energías, apenas y tenía ganas de almorzar cuando su horario para almorzar llegaba, antes de ir a la oficina solía tomar café, pero últimamente tanto café estaba haciendo estragos en su cuerpo.

Durante la tarde solo se dedicaba a los sin fin de papeles que tenía para firmar y revisar en compañía de su secretaria, era buena en su trabajo y lo ayudaba más de lo que esperaba, pero sabía que ella tenía otras prioridades después de su horario laboral y llegaba a sentirse un poco mal cada que ella decidía ayudarlo a terminar sus cuentas y quedarse hasta tarde.

Es por eso que estaba pensando en pagarle un aumento en su próximo pago, era lo menos que podía hacer por ella, después de todo la ayuda que le brindaba.

Se removió un poco en la amplia cama, la alarma no había sonado en ningún momento, eso significaba que aún era más temprano de lo que él pensaba, su cuerpo dolía, más que nada sus piernas  por permanecer tanto tiempo sentado.

Pero no tenía otra forma de trabajar, salía en auto hacia la empresa lo que implicaba manejar sentado, en cuanto llegaba a la empresa solo se mantenía en su asiento que por más que fuera el más cómodo no evitaba que su cuerpo doliera por estar en la misma posición. Por lo general, pasaba todo el día pegado a una silla o asiento.

Quitó las sábanas que cubrían su fornido cuerpo, salió de la cama y caminó hacia el baño para darse una ducha y arreglarse rápido para trabajar.

Se despojo de su ropa y entró a la ducha dejando que el agua cayera sobre su cuerpo, restregó el jabón sobre su piel levemente bronceada, amaba el olor a jabón, lo hacía sentirse limpio durante el día.

Su fragancia natural a veces llegaba a molestarle un poco, debido a lo pesado y fuerte que podía ponerse de vez en cuando, aún más en sus días próximo a su celo.

Minutos después, salió de la ducha con una toalla rodeando su cintura, seguramente Yeonsang estaría durmiendo. No había pasado a revisar si se encontraba en su habitación cuando llegó de trabajar, había llegado tan cansado que no pudo pensar en otra cosa que no fuera dormir.

Se dió una cachetada internamente, que mal padre estaba siendo en estos momentos.

Con la toalla aún rodeando su cintura y otra secando su cabello, salió de la habitación hacia la del pequeño, abrió la puerta y entró notando que las cortinas de la ventana estaban cerradas y la cama hecha, no entendía la razón de aquello por lo que frunció el ceño mientras se dirigía al baño de la habitación.

Pero este también se encontraba vacío y sin señal de vida.

Colocó en su cuello la toalla con la que secaba su cabello mientras bajaba las escaleras, sus pies descalzos resbalaron en unos de los últimos escalones, tuvo se sostenerse de la barandilla para que no cayera de bruces al piso.

Eso seguramente habría dolido.

Las cosas en la planta de abajo estaban igual de extrañas como las de arriba, parecía como si un tsunami hubiera atravesado la habitación, las almohadas yacían regadas por doquier, varias frazadas cubrían el sofá como si fuera un techo, había rastros de dulces en varios lugares.

¿De qué se trataba todo aquello?

Masajeó su cien, no había que molestarse tan temprano, la mañana tenía que iniciar bien y con el pie derecho.

[En busca de una Niñera]_KOOKMIN_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora