Merodeadores, el mapa y amortentia

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El profesor Phileas Shanatan era zorro viejo, y no había quien se la diera. Sus padres eran británicos, pero él se había criado con su tío en Bulgaria y, consecuentemente, había estudiado en Durmstrang. Aún así, por avatares del destino había tenido que volver a Inglaterra ya en la madurez, y cuando Horace Slughorn se retiró, unos años atrás, había movido los hilos adecuados y se había convertido en el nuevo profesor de pociones en Hogwarts.

Aquel primer día de clase tras Navidad, Shanatan se tomó un momento para observar a sus alumnos de ÉXTASIS de séptimo curso mientras estos entraban a la mazmorra y tomaban asiento en sus lugares habituales, con los compañeros de siempre. A aquel nivel, los alumnos no estaban divididos por casas en muchas asignaturas, y aún así en la suya en particular eran muy pocos, nada más que diecisiete.

Cuando todos estuvieron colocados, Shanatan esbozó su particular sonrisa lobuna y, situándose frente a ellos dijo con calma:

-Bienvenidos de nuevo, espero que hayan disfrutado de sus vacaciones -todos asintieron, aunque ninguno dijo una palabra-. Para este segundo trimestre he preparado un proyecto totalmente nuevo, nada que hayan hecho antes, pero que estoy seguro de que disfrutarán...

El silencio se apoderó de la mazmorra durante unos instantes.

-Pero bueno, ¿es que no tienen curiosidad por saber de qué les hablo? -Continuó el profesor, haciendo una mueca. Shanatan era un teatrero.

-¿De qué se trata, profesor? -Preguntó finalmente una chica rubia de Ravenclaw.

-Me alegro de que me lo pregunte -Shanatan era un teatrero, y realmente estaba disfrutado con aquello-, señorita McMahon. Pues verán, señoritas y señores, este trimestre trabajarán con una serie de pociones que nunca antes han elaborado, y además sus filtros, una vez terminados, serán enviados a la empresa preparadora de amuletos Bessie Jones e hija, las que aprueben mi examen, al menos. Una vez allí, madame Bessie elegirá a la mejor de cuantas le sean enviadas, y los ganadores (no sé si lo he comentado pero trabajarán en pareja) recibirán un premio de veinticinco galeones.

La clase entera se revolvió ante la mención del suculento premio, pero bastó con que Shanatan alzara una mano para que todos volvieran a guardar silencio.

-Veo que les gusta la idea, no saben cuanto me alegro... Ahora hablemos de las parejas que, no sé si lo he mencionado, pero yo mismo he elegido -algunos de los estudiantes hicieron amago de protestar, pero él los ignoró y caminó hacia su escritorio. Abrió el primer cajón y sacó un pergamino cuidadosamente doblado.

Había dedicado buena parte de las navidades a formar las parejas, y no lo había hecho guiándose por criterios meramente objetivos, sino que más bien había decidido que aquel trimestre se lo iba a pasar en grande observando trabajar a aquellos mequetrefes que tan poco en serio se tomaban su asignatura.

-Bien, comencemos -susurró, y tuvo que esforzarse para contener una carcajada: señor Weasley, haga el favor de recoger sus cosas y sentarse junto a la señorita Greengrass sin armar barullo. Usted, señorita Avery, simplemente muévase al asiento de atrás, y los señores Travers y Potter se sentarán junto a usted. Como somos impares, formarán un grupo de tres.


El profesor siguió emparejando alumnos, pero Margot y Cris ya no le prestaban ninguna atención, sino que habían pasado a mirarse con fastidio la una a la otra.

-Jodido búlgaro -cuchicheó Margot inclinándose sobre la mesa de su mejor amiga-, ¿colará si le digo que me dan alergia las comadrejas?

-No te quejes -replicó Cris-, que yo te lo cambiaría encantada por estos dos Pseudo Pelo Pantene.

Ojos verdesWhere stories live. Discover now