Diecisiete primaveras

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-Chst, no hagas ruido, llegas justo a tiempo -musitó Dominique, al tiempo que hacía gestos imperiosos a Lily Luna para que entrase a la habitación rápidamente y cerrando la puerta tras ella con cuidado de no hacer el menor ruido.
-Bueno, ya estamos todas, ¿no? -Susurró Rose, y su prima medio francesa asintió.
-Todas pelirrojas... -dijo Lily en bajito, al ver que en la habitación también estaban las gemelas Longbottom-. En cualquier otra parte destacaría por tener el pelo color zanahoria, pero visto lo visto aquí sería más fácil teñirse de morena...
-No, a ti te iría mejor un azul eléctrico -comentó Grace, con una sonrisa irónica.
-Tú no me des ideas... Que luego mi madre me echa de casa.
Alice les hizo un gesto de que se callaran y todas se situaron alrededor de la cama de Elena, que aún dormía apaciblemente, en una extraña postura retorcida entre las sábanas y con la boca ligeramente abierta.
-Mira como duerme, ¿no os da pena despertarla? -Dijo Rose, sonriendo.
La respuesta fue unánime e inmediata.
-No.
Dominique contó entonces silenciosamente hasta tres, y todas las chicas comenzaron a cantar su propia versión del "cumpleaños feliz", más afinada de lo que ninguna de ellas había esperado en un principio.
Estaban acabando la primera estrofa cuando Elena al fin se revolvió y abrió un ojo verde. Las miró con extrañeza, al tiempo que bostezaba y se estiraba todo lo larga que era. Al fin se dio cuenta de que era once de marzo y cumplía diecisiete años, con lo que era legalmente mayor de edad en el Mundo Mágico. Sí, la francesa no era exactamente brillante ni tampoco rápida cuando se despertaba. Una enorme sonrisa se extendió por su rostro de ojos aún ligeramente adormilados.
-Anda, si os habéis acordado, muchísimas...
Sin embargo, antes de que pudiera acabar siquiera la frase, Dominique se llevó un dedo a los labios.
-Calla y déjanos acabar, que no veas lo que nos ha costado hacer esta versión.
Obedientemente, Elena se sentó en la cama y las escuchó sin decir palabra y conteniendo las ganas de ponerse a saltar sobre el colchón. Le encantaba aquella versión de la canción que habían hecho especialmente para ella, y tenía ganas de achuchar con todas sus fuerzas a sus amigas. Verdaderamente, eran las mejores.
Cuando finalmente el coro de pelirrojas finalizó su canción, Elena se echó a reír y abrazó a Alice, que era la que más cerca estaba.
-¡¡Muchísimas gracias!! Por Merlín, es la mejor versión del cumpleaños feliz que he escuchado jamás, me encanta, me encanta.
-Y eso que no oíste la primera versión que compuse yo -se rió Lily-. Estoy segura de que esa te hubiera gustado mucho más.
-Sí, pero no era apta para horario infantil -replicó Alice, aún abrazando a Elena.
-Vale, definitivamente quiero oír esta también -rió también la cumpleañera, soltándose de Alice y abrazando y besando por turnos a todas las chicas.
-Aún así las mejores rimas fueron las de Grace y lo sabéis -dijo Rose, recordando los "elaborados" pareados de la chica.
-Yo sé que aunque lo neguéis os encantaron, tengo alma de poetisa. Pasa que la gente no me entiende, soy una genio incomprendida.
-Yo te creo, Grace -Elena plantó un sonoro beso en la mejilla de la chica y salió de la cama con un salto.
-Bueno, a ver, tienes diez minutos para vestirte y arreglarte antes de bajar a desayunar -informó Dominique, en actitud profesional.
-¿Has organizado el día hasta el último segundo, Nique? -Elena enarcó las cejas.
El resto de chicas se miraron y sonrieron. Si Elena hubiera visto a Dominique los últimos días mientras planeaban el cumpleaños...
-Qué exageradas son las francesas -comentó Grace-. Solamente ha sido hasta el último minuto, mujer. Segundo, dice...
-Ya ves hija -respondió Rose, sacudiendo la cabeza con diversión.
Dominique las miró enarcando una ceja y rápidamente empujó a Elena hacia el baño.
-Digáis lo que digáis, en el fondo os encanta como organizo los cumpleaños.
-También es verdad -dijo Lily Luna, y a continuación añadió-. Por cierto, que el mío es el próximo... El dos de abril, por si las dudas.
-No te preocupes que yo nunca olvido una fecha, enana.
Diez minutos exactos después, Elena salió del baño, vestida con unos vaqueros ajustados y una camiseta de manga larga en un tono crema clarito y con la cabeza de un tigre en la parte delantera. Se había cepillado el pelo, y este le caía en desordenadas ondas a lo largo de su espalda.
-Justo a tiempo -dijo Dominique con una gran sonrisa.
-Por favor, dime que no la estabas cronometrando -pidió Rose, y su prima esbozó una sonrisilla culpable-. Anda que, para que luego digas de mí...
-Sí, pero te lo digo con amor de prima.
-Sí, bueno, aquí nos amamos todas mucho, ¿pero se puede saber cuándo vamos a desayunar? Porque tengo un hambre que... -Intervino Lily Luna en tono quejumbroso.
Aunque el resto de chicas se rieron al oírla, lo cierto es que también ellas tenían ganas de comer algo, así que no se entretuvieron más tiempo y bajaron a la Sala Común, donde Albus esperaba pacientemente, sentado en uno de los sillones, ya que él no había podido subir a despertar a su amiga.

Ojos verdesWhere stories live. Discover now