⌗𝗰𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟬𝟮 ❜

4.4K 613 112
                                    

Habían pasado esos dos meses tan esperados por los alumnos, por fin, después de tanto trabajo y sacrificio, hoy se estaban graduando, y MinHo no era la excepción, a pesar de que se encontraba un poco triste y feliz por haber terminado su preparatoria, algo dentro de él se sentía mal.

Un vacío enorme inundaba todo su pecho, ese sentimiento no había desaparecido desde aquel momento en el que sus sentimientos fueron rechazados.

Tal vez había sido un error para él haber confesado algo como eso, si no lo hubiera hecho, ahora mismo su profesor lo estaría felicitando y dándole abrazos, pero no era así.

Al contrario, se encontraba rodeado de algunos compañeros de clases y de sus padres, su madre como siempre muy feliz por él, abrazándolo y llenando todo su rostro de besos, pero su padre, él solo se dedicaba a verlo sin expresión alguna. No era ningún secreto que él y su padre no mantenían una buena relación, su progenitor se encargaba de recordarle que él mandaba en la casa y que haría lo que él le mandara, pero MinHo no quería eso, lo que él necesitaba y quería, era seguir su pasión.

Pero su padre tenía una mentalidad completamente diferente.

— ¡Estoy tan feliz por ti! — exclamó su madre mientras le acariciaba su mejilla.

— ¡Yo también, hermanito! — chilló emocionado su pequeño hermano Seungmin, abrazó a MinHo mientras este le devolvía el abrazo.

— Gracias a los dos. — dijo MinHo sonriéndoles, su mirada se topó con la de su padre, quien sólo asintió sin decir nada.

— ¡Estoy tan feliz de que por fin vayas a estudiar la universidad! — MinHo la miró y después miró a su padre, quien en seguida soltó un gruñido de enojo.

— Él ya no necesita estudiar, estará bien manejando la empresa. — dijo su padre mirándolo seriamente.

— Pero quiero hacerlo, quiero seguir estudiando. — dijo firmemente. — No me lo puedes impedir.

— ¿Para qué quieres estudiar? Ya tienes la vida ganada.

MinHo hizo una mueca, molesto. Bufó enojado y caminó ignorando a sus padres, no quería estar cerca de ese hombre que siempre le recordaba su asquerosa vida. Era cierto, había nacido en una bandeja de plata, pero él quería hacer su vida con lo que de verdad amaba.

Salió directo de aquel salón de celebración, se sentó justo en una de las bancas de la parte de afuera y dejó salir un suspiró rendido.

Odiaba que su padre quisiera manejar toda su vida.

Mientras tanto, Han JiSung, quien había visto con sus propios ojos lo que había pasado, siguió los pasos de MinHo hasta verlo sentado en la parte de afuera.

Dejó ir sus nervios y su orgullo, le dolía el sólo hecho de haberse alejado de aquel chico, y ahora que lo miraba tan abatido y triste, sólo podía pensar en lo mal que lo estaba pasando.

Sin más, se acercó hasta donde MinHo se encontraba y se sentó en el otro extremo de la banca, no dijo nada.

— ¿Qué desea, profesor Han? — preguntó MinHo, sin voltear a verlo pero conciente de que era él.

— Y-yo sólo... quería ver cómo estabas.

MinHo sonrió a medias.

Suspiró, conteniendo las lágrimas que luchaban por salir. Se talló los ojos y miró a su mayor, quien lo observaba preocupado.

— Estoy bien, sólo estoy emocionado. — JiSung lo miró y frunció el ceño, no estaba muy convencido de lo que su menor le había respondido.

— ¿Pasa algo con tus padres? — preguntó JiSung sin rodeos, ciertamente sentía mucha curiosidad.

— Con mi padre. — respondió MinHo sin pensar. No era como si a JiSung no le hubiera contado muchas cosas de su vida, pero esta vez era diferente, era la primera vez que hablaban después de dos meses. — Él... Sólo piensa en su empresa, pero no piensa en mí.

Y la curiosidad de JiSung creció aún más.

— ¿Puedo saber qué pasa? — preguntó, tratando de darle confianza de nuevo.

— Él quiere que ya no estudie, quiere que me haga completamente cargo de la empresa, y yo... No quiero eso, hasta hace unos meses lo deseaba, pero ahora no.

JiSung hizo un puchero confundido, sabía sobre la posición de la familia de MinHo, sabía que eran una familia poderosa. Pero no tenía ni idea que MinHo realmente quería hacer algo más que sólo ser un empresario.

— ¿Y qué es lo que tú quieres?

A ti, pensó por un momento MinHo.

— Quiero ayudar a las personas con casos especiales, quiero ver felices a esas personas que todo el mundo parece despreciar sólo porque son mucho mejores que ellos, esos niños, jóvenes y ancianos que son especiales, quiero poder ayudarlos. — dijo feliz, una ligera pero sincera sonrisa se asomó por su rostro mientras decía eso.

JiSung también sonrió, soltando una pequeña risita que llamó la atención de MinHo.

— ¿Sabes? Yo quería lo mismo. — confesó, mirándolo. — Pero no sólo para las personas especiales, yo quería fundar una agencia de protección y seguridad para todas las personas indefensas, para aquellos que no tenían la ayuda ni seguridad de su familia. — JiSung sonrió, recordando que ese era su sueño de adolescente, y aún lo era. Pero no tenía dinero suficiente para llevar acabo su proyecto.

MinHo lo miró maravillado, ahora sabía porqué se había enamorado realmente de él, Han JiSung era una persona de sentimientos limpios, con seguridad y valentía en el alma, veía por la felicidad de los demás y siempre era la persona más bondadosa de todas.

— Eso es genial. — dijo MinHo sonriéndole.

JiSung asintió, los nervios habían regresado de tan sólo ver a su menor sonriéndole de esa manera y mirándolo como lo hacía antes. Suspiró algo temeroso, no estaba seguro de lo que haría, pero sentía la necesidad de hacerlo.

— ¿Qué harás este sábado? — soltó sin más.

MinHo lo miró sorprendido por la pregunta, carraspeó su garganta y respondió: — No haré nada, ¿por qué?

— Yo... lamento lo que te dije hace unos meses, no fue la mejor manera de comportarme, no estaba pensando bien lo que decía. No siento lo mismo que tú sientes por mí. — dijo mirando, hacia el suelo. — Pero... Quiero intentarlo.

Los ojos de MinHo se iluminaron y lo miró rápidamente, ¿había escuchado bien? ¿Acaso Han JiSung le estaba pidiendo intentarlo? Una enorme sonrisa se asomó por sus labios.

No podía estar más feliz ahora.

— ¡¿Está hablando en serio?! — chilló emocionado.

JiSung dejó salir una carcajada por la mirada de alegría de su menor, asintió rápidamente mientras sentía como los brazos de MinHo lo rodeaban rápidamente. Se quedó estático.

— Gracias, hyung. — le habló informalmente por segunda vez, cosa que a JiSung no le importó. Podría acostumbrarse a eso, de hecho, le gustaba la confianza que tomaba el menor. MinHo, sonriente, se separó de él. — No te decepcionaré, te lo aseguro.

JiSung sonrió, estaba feliz pero también algo triste, no quería que otra relación más fracasara. Estaba entendido que no eran novios, pero si lo fueran, no quería que sólo los primeros meses fueran bonitos y que luego todo el amor se acabara, principalmente porque siempre era él quien salía lastimado.

— Está bien, Min, saldremos este sábado. — dijo, mostrando su blanca dentadura al igual que MinHo.

Ambos chicos estaban felices, no había nada que pudiera salir mal. Ya no eran maestro y alumno, ahora sólo eran Lee MinHo y Han JiSung.

1210 palabras.
Nanay.

𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐀𝐋 𝐋𝐎𝐕𝐄 ー minsung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora