⌗𝗰𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭𝟴 ❜

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— ¡No! ¡Déjenme ir con él por favor!

— ¡Lo siento, señor! No puede pasar, tenemos que tratarlo en urgencias.

— ¡P-por favor! Tiene que salvarlo. — murmuró JiSung mientras era sostenido por Changbin y veía cómo se llevaban a MinHo en la camilla.

— Jisunggie, tienes que regresar a tu camilla, estás muy débil también. — dijo Changbin mientras lo sostenía de los hombros.

— No, yo me encuentro muy bien. Por favor, Binnie, tienes que decirles que lo salven. — volvió a pedir, su mirada estaba llena de dolor y de angustia.

Changbin le sonrió débilmente mientras asentía.

—Les diré, pero por favor, vuelve a descansar a tu lugar.

JiSung bajó la mirada, rendido. No dijo nada más mientras se iba hacia el cuarto que le habían asignado. Felix lo acompañó para vigilar que no saliera de ahí y por si su estado se complicaba.

No sabía cómo habían llegado a eso, en la mañana se habían despertado tan felices uno al lado del otro, siendo abrazado y besado por el menor quien le brindaba todo el calor posible. Y
ahora, horas después, se encontraban ahí en el hospital, esperando que MinHo se encontrara bien.

JiSung también se encontraba débil, tal vez era debido a la gran sorpresa de ver a MinHo lleno de sangre y creyendo que iba a morir.

Jamás se había asustado tanto en su vida.

Y ahora lo estaba aún más. Hace sólo unos minutos que se había despertado y salió corriendo de su camilla por los pasillos para saber de MinHo, y cuando lo vió, descubrió que tenían que llevarlo a urgencias porque las heridas que había recibido habían sido tan fuertes que uno de sus pulmones a peligraba.

A pesar de que le habían pedido volver a su habitación y descansar para que se recuperara de lo débil que se encontraba, era imposible para él. La vida de MinHo estaba en peligro y él no podía simplemente descansar.

— Tienes que mantenerte tranquilo. Sé que es difícil, pero tienes que hacerlo. — habló Felix, dejando un vaso con agua para que lo tomara.

El pelinegro asintió sin prestarle mucha atención, tomó aquel vaso y bebió de él. Ahora no podía pensar en nada más que en MinHo.

— ¿Cómo te sientes? — preguntó Felix. — ¿Te duele algo?

— N-no... creo que estoy bien. Sólo me desmayé por la impresión del momento. — dijo JiSung mientras volvía a beber agua.

—Bueno, tienes que reposar. Te prometo que MinHo estará bien.

JiSung dejó salir un gran suspiro, sus ojitos se aguaron en unos segundos. Felix le dió una palmada en el hombro y lo dejó solo para que se liberara de sus emociones. JiSung dejó caer todo su peso a la cama para tratar de tranquilizarse. Cerró sus ojos un momento, tratando de tragarse aquel amargo nudo que se le había formado en la garganta.

De pronto, varios recuerdos de ellos dos inundaron su mente, desde el primer día en que lo conoció. Recuerda que un chico menor que él se le había acercado para pedirle un consejo sobre la materia de cálculo, a pesar de que JiSung no daba esa materia, era muy bueno en ello también y amablemente le dió ayuda.

Desde ese momento en adelante, le ha preguntado que si tenía dudas o necesitaba ayuda en algo más le dijera. Fue ahí cuando poco después empezó a ver a MinHo yendo con él a casi todos lados, en la biblioteca, en la enfermería o incluso en la sala de maestros. Aquel chico siempre iba con él por asuntos de la escuela. Cuando comenzó a agarrar más confianza, empezaba a acercarse a JiSung para hablar sobre cosas triviales, el mayor aguantó a un adolescente en sus peores momentos y eso lo hacía feliz, pues había conseguido tener una relación genial de profesor-estudiante.

Y aunque nunca se le pasó por la cabeza la idea de que MinHo, su adorable alumno, se le declarara. Se había sorprendido tanto, lo había rechazado desde un inicio porque sentía que no era lo correcto, sin embargo, cuando comenzó a sentirse terrible por ya no tener a su alumno favorito detrás de él todo el tiempo, comprendió que tal vez sentía algo más por él.

Pero claro que así era.

Cuando le dió la oportunidad de ser algo más, muy dentro de él sabía que estaba haciendo lo correcto. MinHo lo hacía feliz, incluso ocho años después de esa ruptura trágica, lo hacía sentir feliz.

Sus mejillas estaban mojadas por las lágrimas, sus ojos aún seguían cerrados, no quería abrirlos y darse cuenta que todo eso era real. Deseaba que fuese solo un sueño, y que cuando despertara, estuviera a lado de aquel MinHo de tan sólo 18 años.

Sin darse cuenta, el sueño comenzó a vencerlo, quedándose al fin dormido.

◞♡°

— JiSung, Jisunggie, despierta.

Sus ojos se abrieron lentamente mientras se acostumbraba a la luz del lugar. Puso una de sus manos frente a él para no hacer tan notable la luz del foco de la habitación.

— ¿Hmm? ¿Qué pasó? — preguntó somnoliento, sintiéndose repentinamente molesto por arruinar su siesta.

— La cirugía de MinHo terminó, el doctor tiene noticias. — anunció Changbin. De repente, aquella molestia se esfumó al escuchar esas palabras salir de la boca de su mejor amigo.

JiSung quitó su mano de golpe, levantándose rápidamente. Changbin lo sostuvo para que no cayera. Sin prestarle atención a su amigo, comenzó a caminar fuera de aquella habitación, siendo seguido por Felix y Changbin.

Llegó hasta el pasillo en que anteriormente  lo habían sacado. Sentía su cuerpo doler de alguna manera, tanto sus piernas, como su vientre. Sin embargo, no le prestó atención alguna a su dolor, lo único que le importaba era saber cómo se encontraba MinHo.

Cuando por fin vió salir al doctor, quien los miró seriamente, supo que algo andaba mal. Caminó hasta llegar a ellos, se quitó su barbijo y suspiró.

— La cirugía no salió tan bien. — ante esas palabras, el corazón de JiSung se detuvo. — La herida es muy grande y el pulmón está muy dañado, sin embargo, cayó en coma. La herida está cerrada, pero sin respuesta de ser exitosa. Puede que cuando despierte le ayudemos con el tratamiento para que no pase a mayores peligros.

— ¿Cómo que “puede”? — preguntó algo desesperado JiSung.

— No estamos seguros de que despierte. Él tiene probabilidades de morir. — dijo directo.

JiSung abrió levemente su boca, llevando una de sus manos a esta para evitar soltar algún sollozó.  Sus ojos de nuevo se cubrieron de lágrimas, pero trató de retenerlas.

— Lo siento mucho. — dijo aquel doctor, dándose la vuelta, dispuesto a irse y darle privacidad al grupo de chicos, se acordó del objeto que encontró en la chaqueta del hombre del accidente. Se volteó a ellos de nuevo. — Por cierto, encontramos algo en su chaqueta. Usted es Han JiSung, ¿correcto?

JiSung asintió, aún con las lágrimas recorriendo sus mejillas. Vió cómo aquel doctor le entregaba una pequeña caja. Su corazón se aceleró mucho más, más lágrimas comenzaron a bajar de sus ojos. Sus manos temblaron cuando tuvo entre sus manos aquella cajita, algo nervioso, la abrió lentamente.

Esta vez no pudo callar sus sollozos, comenzó a llorar libremente en cuanto vió aquel precioso anillo plateado dentro de la cajita, sonrió débilmente mientras aún soltaba lágrimas sin parar.

Changbin se acercó y rodeó el delicado cuerpo de JiSung, esperando a que dejase de llorar para llevarlo a otro lugar. Felix estaba conteniendo sus lágrimas, aunque le fuera difícil, pues era su mejor amigo, quien posiblemente moriría.

JiSung limpió torpemente sus lágrimas y sonrió, sacó aquel anillo sin importarle tirar la cajita, sin dudarlo un segundo se puso aquel anillo en el dedo anular, llevó su mano a sus labios dando varios besos a aquel objeto mientras repetía: “Sí,  sí quiero”.

— Tienes que despertar, Lee MinHo. — susurró para sí mismo.

Mantendría su esperanza viva, hasta el final.

1308 palabras.
Nanay.

𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐀𝐋 𝐋𝐎𝐕𝐄 ー minsung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora