⌗𝗰𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭𝟭 ❜

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Había amanecido. El ambienté aún seguía estando fresco, se dió cuenta de que estaba cubierto con una manta más gruesa que la anterior, se hizo una idea de quién pudo haber sido. Sonrió levemente, se sentía muy agradecido con MinHo en estos momentos.

La puerta se abrió, dejando ver a MinHo completamente listo y vestido, se veía extraño.

— Buenos días, Jisunggie. — saludó, sentándose al pie de la cama mientras se ponía sus botas de entrenamiento.

— Buenos días. — dijo, tratando de no sonar adormilado, pero le era imposible. Anoche sólo había dormido un poco después de haberse despertado en la madrugada.

— Ven conmigo, debes estar hambriento. — MinHo dijo mientras se levantaba de la cama y le dedicaba una sonrisa tranquila. — Los niños ya están abajo.

— Está bien... — contestó y se levantó.

Se tambaleó un poco por el dolor horrible que sentía en el cuerpo. MinHo logró atraparlo sosteniéndolo de la cadera.

— ¿Estás bien?

— Huh... Sí, no te preocupes. — le dedicó una sonrisa pero salió más como una mueca, MinHo lo ayudó a pararse bien y después lo ayudó a salir de la habitación.

Ambos chicos caminaron hasta la cocina de aquel lugar, por lo regular, MinHo tenía al personal de cocina trabajando, pero esta vez había decidido hacer el desayuno él mismo, especialmente para su JiSung. Cuando llegaron a la cocina, el mayor pudo observar a Seungmin y Jeongin felizmente hablando con alguien más. No lo conocía realmente, así que sólo lo dejó pasar.

Felix levantó su vista, dejando de hablar con aquellos dos chicos para mirar a MinHo y JiSung. Una extraña sensación le cubrió el pecho cuando vió a aquel chico, MinHo le había dicho que ellos se habían quedado aquí por asuntos personales y que él no pensaba dejarlos solos, pero era evidente que para él no era fácil ver a la persona que le gustaba estando con su ex-pareja y la persona que le había roto el corazón al irse.

Trató de disimular su molestia, pero JiSung lo había notado muy bien. Han, como buena persona, lo saludó gentilmente, siendo correspondido.

— Puedes sentarte, hice el desayuno para ti. — dijo MinHo mientras servía algo para JiSung en un plato. — Volveré en unos minutos, tengo que preparar algo más.

Dejó a los demás desayunando y se fue junto con Felix.

Entraron directo a la oficina de MinHo mientras este trataba de buscar los papeles donde tenía información.

— ¿Te sientes bien con esto? — preguntó Felix mientras se sentaba en el escritorio de MinHo y se cruzaba de brazos. — ¿No es extraño que lo hayas traido contigo?

— No lo es. — respondió directo, no le era un problema estar con JiSung, aunque él entendía el punto de Felix. — Trato de ayudarlo porque le quieren hacer daño.

— Lo sé, pero... ¿Por qué tienes que ser así? Te rompió el corazón y aún así lo ayudas. — habló.

Quería hacer entrar en razón a MinHo, puesto que él no merecía sufrir por alguien. Él sólo quería su felicidad, pero no le agradaba la idea de que el mismo chico que se la quitó, se la diera de nuevo.

— Te dejó sin razón alguna, ¿y luego vuelve así como si nada? ¿No crees que es injusto?

— Felix... Sé a lo que te refieres. Lo lamento, pero jamás podría darle la espalda. Aún amo a JiSung.

Felix sintió una opresión en su pecho, un sentimiento de rabia y tristeza se instaló en su pecho. ¿Por qué no podía fijarse en él? ¿Por qué no se daba la oportunidad de iniciar de nuevo? Le dolía.

— Lo entiendo, pero él ni siquiera aprecia lo que estás haciendo por él.

MinHo suspiró frustrado, comenzaba a cansarse de los constantes regaños de su amigo. Debía apoyarlo, debía ayudarlo y decirle que lo que él eligiera estaría bien.

— ¿Por qué estás diciendo todo esto? ¿Acaso él te ha hecho algo a ti? Aunque no me lo agradezca, él sigue siendo la única persona que he amado. Lo defenderé siempre, y deberías entenderlo. — dijo MinHo.

Felix se quedó callado. Ya le había quedado en claro desde hace tiempo que él nunca sería amado por MinHo. ¿Por qué seguía insistiendo?

— Tenemos que trabajar. No voy a cuestionarte, eres mi mejor amigo. — habló MinHo mientras pasaba de su lado para comenzar a dirigirse a la sala de entrenamiento.

◞♡°

Eran las 11:30 de la mañana, JiSung había cancelado clases al menos por ese día. No estaba dispuesto a ir a la escuela con un montón de guardias de seguridad, claro que no. MinHo le había dicho que si iba a dar clases ese día, él mismo le pondría al menos a cinco guardías para que lo cuidaran. Era mejor no llamar la atención y quedarse por ahora en aquel lugar.

— ¡Sunggie hyung! Iremos a ver el entrenamiento al aire libre, ¿vienes? — chilló un emocionado Jeongin mientras tomaba su mano.

JiSung asintió y corrió junto con los dos niños hasta la parte trasera de la empresa, en donde lograron divisar el campo al aire libre. Se sentaron en el limpio y bien cortado pasto, viendo cómo había una fila de hombres y de mujeres bien formados, todos con un atuendo negro y bien equipados para entrenar.

JiSung pudo percibir que Felix era la mano derecha de MinHo, pues mientras MinHo no hacía nada más que supervisar que hicieran bien el trabajo, Felix entrenaba junto con los otros, dándoles indicaciones.

— Necesito que estén más concentrados. — habló MinHo. — Quiero que lo hagan el doble de fuerte y el doble de rápido, hoy entrenarán hasta la tarde, después podrán irse, mañana sólo habrá clases, así que traigan sus cosas.

Terminó de decir y se volteó para comenzar a caminar hasta donde estaban los tres chicos, Seungmin y Jeongin se miraron curiosos, observaron cómo MinHo se sentaba a lado de JiSung y cómo se sonreían tranquilamente.

— Objetivo casi logrado. — susurró Jeongin a su amigo. — Estaría bien darles un empujoncito.

Acto seguido, ambos niños se pusieron a cada lado de sus hermanos y los juntaron, dandoyse un abrazo grupal, causando que MinHo y JiSung quedarán muy juntos.

— ¿Qué están haciendo, mocosos? — se quejó JiSung mientras sus mejillas sentían incendiarse por la cercanía.

— ¡Es un abrazo familiar! — chilló emocionado Seungmin.

JiSung soltó una risita, y sin quejarse de nada, recargó su mejilla en el hombro de MinHo, dejando que los niños se abrazaran mucho más, siendo estrujados por ellos.

Lo que ninguno más noto, fue cómo MinHo, con todo el coraje del mundo, dejaba un beso en la otra mejilla de JiSung.

El quiso apartarse y preguntarle el porqué había hecho eso, pero simplemente no lo hizo porque se había sentido bien para él haber sentido sus labios sobre su mejilla sólo unos segundos.

1117 palabras.
Nanay.

𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐀𝐋 𝐋𝐎𝐕𝐄 ー minsung.Where stories live. Discover now