⌗𝗰𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟮𝟬 ❜

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Las pequeñas lágrimas de JiSung bajaron por sus mejillas hasta caer por sus prendas. No recuerda con exactitud hace cuánto tiempo había llorado de esa manera. Ahora todo su cuerpo temblaba, abrazando al chico que tenía entre sus brazos. Pasó dos semanas asustado, temiendo por la vida de MinHo.

Sin embargo, justo ahora lo tenía entre sus brazos sin deseos de querer soltarlo. Ambos chicos se abrazaban como si no quisieran que los separarán nunca más.

JiSung se alejó sólo unos centímetros, pues las manos de MinHo lo seguían rodeando completamente. Soltó un suspiro de alivio cuando al fin pudo sentir que todas las preocupaciones se esfumaron.

No había nada por qué temer.

Todo estaba bien ahora. Justo ahora. MinHo estaba despierto y a salvo, y él, bueno él estaba esperando un bebé que pertenecía a ambos chicos.

Y, oh... El bebé.

Aún debía decirle a MinHo que estaba esperando un hijo de él y que serían padres. Y sinceramente, JiSung estaba asustado. No sabía si MinHo se lo tomaría de buena manera.

Es decir, por mucho que MinHo lo haya esperado tantos años, por mucho que le diga que lo ha amado siempre, la situación era diferente cuando había un hijo en medio de todo eso. MinHo tenía una empresa que mantener, y él tenía estudiantes dentro a los cuales enseñarles.

Y JiSung estaba dispuesto a dejar su trabajo para cuidar de ese niño.

Porque lo que más deseaba, era ser padre. La vida le estaba dando de nuevo esa hermosa oportunidad, y él estaba dispuesto a aprovecharlo. No iba a cometer el mismo error dos veces.

— Jisunggie... — escuchó la voz de MinHo llamarlo. Le sonrió tranquilamente, haciéndole saber que le prestaba atención. — Mañana me darán de alta.

— Lo sé, ya quiero que regreses a casa. — dijo felizmente mientras con una de sus manos tomaba la de MinHo. — Todos te extrañabamos mucho.

MinHo sonrió al escuchar eso.

— ¿Mi Jisunggie también me extrañó?

JiSung rió tímidamente mientras ocultaba su sonrisa con su otra mano.

— Sí, Min, te extrañé como no tienes idea.

JiSung no pudo disfrazar por más tiempo su sonrisa. Sin pensarlo, en cuestión de segundos sus ojos dejaron salir de nuevo aquellas lágrimas, esta vez de tristeza, de miedo. De verdad había sentido que la vida estaba siendo cruel con él.

MinHo había caído en coma por dos semanas, con la terrible noticia de que posiblemente no despertaría, y que si lo hacía, sería un milagro. Evidentemente estuvo sufriendo demasiado y rogando porque MinHo despertara.

Ahora por fin podía sentir un peso menos de encima.

— Creí que te perdería... N-nos habían dicho que tu situación era muy mala y que... P-probablemente no...

MinHo lo interrumpió abrazándolo y callando sus palabras con un delicado beso. Un beso que fue correspondido en segundos por JiSung.

— T-tengo algo que decirte. — interrumpió JiSung a mitad del beso. MinHo sonrió de lado y se alejó sólo unos cuantos centímetros del mayor, con sus manos aún rodeando su cintura.

— Te escucho.

El pelinegro tragó duro, sintiendo los nervios crecer dentro de él. Realmente sentía mucho miedo de decirle a MinHo que serían padres, aún cuando ni siquiera habían vuelto a formalizar su relación.

— E-es que yo... — comenzó a tartamudear. — Y-yo... Huh, estoy...

— ¿Tú estás...?— preguntó MinHo, tratando de adivinar lo que quería decirle.

JiSung suspiró derrotado, ya no había marcha atrás y no tenía porqué lamentarse.

— Estoy embarazado. Estoy esperando un hijo...

—¿¡Mío!? — gritó casi de la emoción.

JiSung pegó un saltito en su lugar por la reacción del menor. Asintió algo tímido. Sin embargo, en unos segundos, pudo apreciar la extensa sonrisa de MinHo, que hasta cierto punto lo asustó puesto que el menor parecía que rompería sus encías de lo grande que mostraba su sonrisa.

— ¿Min? — preguntó esperando alguna palabra del menor.

Pero lo próximo que sintió fue un jalón en su brazo derecho y de uno los brazos de MinHo lo rodearon completamente por la espalda mientras susurraba una y otra vez “Gracias, gracias”. JiSung sonrió felizmente, y antes de que se permitiera llorar, recordó entonces aquel objeto.

— MinHo...

— ¿Mmh? — respondió, oliendo sus cabellos.

— Pienso que... El anillo es muy lindo. — dijo felizmente con una voz llena de dulzura.

Y entonces MinHo se separó de su mayor, sus ojos buscaron la mirada de JiSung y después vió cómo el mayor le enseñaba su mano izquierda con aquel anillo en el dedo anular. Ese anillo que le había comprado, sólo para él.

MinHo dejó salir aquellas lágrimas que demostraba lo feliz que estaba. Había despertado de un terrible coma, y las primeras noticias que se encontraba era que JiSung estaba esperando un bebé de él y que había aceptado su anillo.

No podía estar más feliz.

◞♡°

Las cosas en el hospital se habían complicado un poco. A MinHo lo dieron de alta seis horas después de la hora acordada y JiSung estaba en revisión de su bebé.

Horas antes de que estuviera ahí con MinHo, comenzó a sentirse terriblemente mal. Sentía un dolor muy fuerte en su vientre como si mil personas lo estuvieran golpeando. Lo tuvieron que llevar a revisión con el ginecólogo para tratar sus dolores.

Le habían recomendado tomar unas pastillas y usar una venda con alguna clase extraña de ungüento.

Lo que más le había asustado era que le dijeron que el dolor no era un síntoma normal del embarazo, al menos no un dolor así de fuerte, por lo que estaba hundido en un miedo horrible.

Y ahora, ahí estaban, en el departamento de MinHo. Los niños habían querido quedarse en la casa de Changbin puesto que había comprado un video juego nuevo y ellos querian estrenarlo.

Se habían acostado a dormir hace poco más de una hora. JiSung aún seguía sintiendo aquel dolorcito en su vientre. Y como si su mente le hiciera una mala jugada, entre aquel sueño, volvió a revivir aquella pesadilla de hace años.

Su cuerpo débil, queriendo levantarse de aquel piso para al menos llegar al sofá y acostarse ahí, el dolor era horrible. Su labio inferior estaba sangrando, sus manos temblaban y sus piernas no respondían como él quería.

Tenía hematomas por todo el cuerpo, los golpes que le había dado mantenía su cuerpo muy débil, sentía su entrepierna chorrear, y no sabía si era sangre lo que caía al suelo. Sólo sabía que quería acabar con todo su sufrimiento.

Sintió la sombra de un hombre acercarse a él y comenzó a gritar mientras pataleaba fuertemente para no dejar que lo siguieran golpeando, su vientre dolía mucho por los golpes y no podía soportarlo más.

Y de pronto, saltó, gritando en la cama fuertemente con un MinHo tratando de controlarlo.

Los brazos del menor lo rodearon mientras JiSung se aferraba a su espalda fuertemente, queriendo controlar su respiración y sus lágrimas. Nunca, nunca había soñado con eso, ni con aquel hombre.

¿Por qué justo ahora soñaba con él?

— Tranquilo, mi amor, tranquilo. Yo estoy aquí, te cuidaré y protegeré toda la vida. — murmuró MinHo mientras lo abrazaba fuertemente.

Tal vez aquel trauma que había vivido con Song Ji Yang, iba a ser un paso difícil de superar en esta nueva oportunidad de embarazo.

Y MinHo estaba dispuesto a ayudarlo, porque aquel hombre que amaba lo era todo para él, así como su bebé. Y si antes había protegido a JiSung de aquel hombre, esta vez era capaz de matarlo si le ponía una mano encima a su amado con aquel hermoso ser creciendo en su vientre.

1254 palabras.
Nanay.

𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐀𝐋 𝐋𝐎𝐕𝐄 ー minsung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora