⌗𝗰𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭𝟰 ❜

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Ese mismo día por la noche, MinHo se encontraba en su oficina terminando de arreglar algunos papeles de la empresa. Después a haber traído a JiSung y a Jeongin de nuevo, se había concentrado en terminar su labor como maestro de clases para sus alumnos de defensa personal.

A MinHo le encantaba todo eso, enseñarle a las personas que quisieran defenderse de algún ataque, o por el simple hecho de querer estar preparados para cualquier ocasion.

Le gustaba mucho enseñarles y ayudarlos, aunque al inicio todos eran hombres, poco a poco fue abriéndose a la idea de aceptar mujeres. Y, hasta la fecha, tenía por fin formado su grupo de entrenamiento para todas ellas.

Escuchó que alguien golpeaba levemente la puerta de su oficina, se levantó rápidamente de su silla, dejando de lado los papeles para abrir. Sus ojos se iluminaron cuando vió a JiSung ahí, quien lo miraba tímidamente con una sonrisita.

— Huh... Yo... Perdón si estás ocupado, creí que...

— No lo estoy. — habló MinHo con rapidez, dándole una leve sonrisa que hizo que la tensión en JiSung desapareciera. — Puedes pasar, si quieres. — dijo de nuevo. Esta vez, su vista viajó hasta la oreja derecha de JiSung, y cierto brillo de placer se asomó por sus ojos al ver una pequeña flor color blanca puesta en su lado derecho.

— Gracias. — dijo JiSung y se adentró rápidamente en la oficina de MinHo.

Observó todo a su alrededor, había una mesa en el centro con sillas, tal vez eran para las reuniones. Su escritorio y un gran librero de fondo.

JiSung volteó a verlo, intentando preguntarle por la estantera de libros, pero la mirada pretenciosa de MinHo lo distrajo.

— ¿Tengo algo en la cara? — preguntó JiSung.

MinHo mordió levemente su labio inferior y trató de no sonreír, o al menos no tanto. Se acercó a JiSung y con una de sus manos tocó suavemente su mejilla para después subirla hasta su oreja y quitar esa pequeña flor. Las mejillas de JiSung comenzaron a tomar un color carmesí en cuanto sintió el tacto de MinHo sobre él.

Bajó lentamente la mirada, después la volvió a subir para encontrarse a MinHo observando aquella flor que segundos antes se encontraba en su oreja, adornando su cabello.

— Huh... Eso... Lo pusieron los niños cuando salí a jugar con ellos. No me había dado cuenta. — dijo sintiendo el calor subir hasta su orejas.

— Me gusta. — respondió MinHo, y sin previo aviso, volvió a poner la flor en la oreja de JiSung. — Cierto, ¿necesitabas algo?

JiSung recordó el porqué estaba ahí. De nuevo los nervios lo invadieron al recordar lo que le iba a preguntar. Sus manos comenzaron a sudar rápidamente.

— Es que yo... — suspiró, tratando de tranquilizarse. — Perdón si es una molestia, pero los niños quieren ir al muelle. No han ido en días para jugar y tampoco podemos salir tan cómodamente, así que... Quería saber si nos puedes acompañar.

— Claro que sí. — respondió MinHo. No se iba a negar para nada si tan solo esa noche podía pasar tiempo con JiSung. — Pueden esperarme abajo, sólo guardaré estos papeles e iré.

JiSung sonrió satisfecho y asintió. Sin nada más qué decir, salió rápidamente de ahí. Corrió hasta llegar la habitación en donde estaban esos dos niños, su rostro se incendió al recordar lo que había pasado minutos antes. Se le había olvidado por completo que Seungmin y Jeongmin le habían puesto una flor mientras jugaban en el jardín.

— Niños, pueden vestirse. MinHo aceptó llevarnos. — anunció JiSung.

— ¡Yay! Era imposible que se negara si tú se lo pedías. — habló Jeongin y pronto vieron de nuevo el rostro de JiSung enrojecer. Maldijo internamente por siempre ser tan avergonzado y dejar que sus nervios se transformen en algo visible, como el sonrojo en sus mejillas o el color en sus orejas.

𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐀𝐋 𝐋𝐎𝐕𝐄 ー minsung.Where stories live. Discover now