Capítulo XIX

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Axel Blaze pensó que era una locura tener que presentarse al día siguiente del accidente.

—La fuerza reside en la apariencia. –había dicho Edgard Partinus. –Así que nos vemos mañana.

Él lo sabía, pero aun así no estaba de acuerdo.

Y el calor de aquel día también le hacía querer estar en cualquier lugar menos encerrado en un balcón de un estadio.

En otro tiempo él hubiera luchado por pasar un día así en una cancha, pero ahora él era un simple espectador del público. No era el jugador de fuego.

Puso la mano como visera y observó cómo se detenía aquella camioneta negra y bajaban del automóvil la directiva de la AIF.

Un músculo tiritó en su mandíbula.

Mark Evans tocó su brazo.

—Axel, no quiero alarmarte, pero creo que ella es...

Axel lo sabía antes de que ella hubiera bajado. Antes incluso de todos ellos.

Pero una forma era oírlo y la otra realmente verlo.

Cada vez que la veía, era como un golpe. Su cuerpo reaccionaba y dolía, incluso aunque Axel viera venir el movimiento y quisiera esquivarlo.

Tessa Whitelaw iba al lado derecho de Edgard. Su mano descansando casualmente en su brazo, pero nada de ella era casual.

Un vestido formal de color lavanda que incluso de lejos, se notaba que no era de la talla exacta y le caía holgado en varios lugares. Sin accesorios a la vista, pero su cabello marrón caía corto y ligeramente rizado.

El recuerdo de la noche anterior acaricio su mente.

— ¿Tienes una tijera?

El solo observó como ella pasaba los dedos por su cabello y este crecía bajo su tacto. El rubio descuidado dando paso al marrón oscuro del roble.

—Pensaba que te gustaba el rubio. –bromeó Axel, extendiéndole una tijera que usaba su hermana para cortar tela y que se le había quedado en su departamento hace mucho tiempo.

—El rubio es mi disfraz, mi seguro de huida. –y entonces, cortó el primer mechón a la altura de su mandíbula. –No dejaré que otros también lo conozcan.

—Permíteme. –dijo Axel, tomando la tijera de su mano. Sujetó el siguiente mechón entre la punta de sus dedos y cerró la tijera. Después el siguiente, sintiendo el cosquilleo de su cabello en su mano.

Cuando ella paso frente a él, no lo miró. Pero Axel captó un destello dorado de sus ojos y sintió el toque fantasmal en su ropa, arreglando el cuello de su camisa.

Él estuvo a punto de poner los ojos en blanco.

—Así que ella es tu ex. –murmuró Claude Beacons, observándola de arriba abajo como si examinara una mercadería valiosa.

Algo en el tono de voz del hombre a su lado hizo que Axel apretara los dientes.

—Supongo. –dijo con reticencia.

La palabra "ex" no terminaba de encajar con Tessa. Había sido su pasado, ahora mismo estaba siendo su presente y algo en sus huesos decía que no sería la última vez que sus destinos se cruzaran.

Ella no era algo antiguo, ella simplemente era. Una presencia, una persona, un sentimiento que existía siempre.

—Blaze. –saludó formalmente Edgard Partinus. –Un gran día, ¿No crees?

Redención (Inazuma Eleven-Axel Blaze)Where stories live. Discover now