Chicos Perfectos [Zodiaco Boys Love]

07.- "Reunión Nocturna"

Ya hacía un mes desde que ningún alumno en esa escuela había vuelto a ver el exterior de nuevo.

Según un libro famoso de Viktor Frankl, un neurólogo, psiquiatra y filósofo austríaco, el cual escribió un libro sobre su estancia en campos de concentración nazi, titulado "El hombre en busca de sentido" en él, relató cómo se veían afectados psicólogicamente aquellos que estaban encerrados tanto tiempo, y cómo empezaban a perder su sentido de la vida con los días.

Entre muchas explicaciones y varias lecturas, era que el chico amante de la lectura y de la psicología, ahora entendía por qué sus amigos se veían más apáticos y sin muchos ánimos esta última semana.

Virgo.

El de cabello castaño, teñido de rubio, se hallaba leyendo cómodamente en su dormitorio, era su único pasatiempo cuando no estaba con los demás, y cuando no se preocupaba por las tareas -lo cuál era la mayoría del tiempo-, incluso cuando estaba en clases, siempre disfrutaba de leer sobre datos que no conocía, para entender mejor a sus amigos y cómo podría ayudarlos cuando de psicología se trata.

Aunque, siendo sinceros, a Virgo le gustaba saber cómo ayudar... Pero le costaba mucho hacerlo.

De cierta manera, tenía un miedo constante de querer ofrecer ayuda, pero su mente nunca se lo permitía cuando él creía que los demás la rechazarían.

A lo largo de la vida del ojiverde, ha aprendido a guardar una especie de rencor a si mismo. Por el hecho de que... Quería sentirse igual de venerado por los demás como Libra.

Libra era un chico lleno de bondad y amabilidad para repartir, él y Géminis siempre mantenían la cabeza arriba cuando de sus amigos se trataba.
Por una parte, Virgo sabía que Géminis ayudaba a todos, pero se mantenía alejado de la ayuda.

Por otro lado, todos apreciaban la ayuda de Libra, y al de pecas normalmente le recordaban lo agradable que era su ayuda.

En pocas palabras, Virgo solo quería saber que sus amigos lo apreciaban así como él a ellos, pero su miedo y competividad contra el castaño lo obligaban a querer tener lo mismo que él.

Prácticamente, Virgo no envidiaba ni odiaba a Libra, él solo quería sentirse igual de aludido y querido como él.

Cosa que él tenía, claro que todos querían a Virgo, pero la mente del chico no lo alcanzaba a ver aún.

Por ende, su única salida era hacerle cartas a cada uno de ellos.
Desde Aries hasta Piscis, cartas que él escribía para cada uno, y que no se atrevía a darles por ese temor a ser ignorado o menospreciado. Si bien sus amigos jamás harían algo así, y él lo sabía... Solo le daba miedo.

Cuando decidió que era hora de despejar su mente de estar encerrado en su habitación, salió del dormitorio hacia el pasillo, caminando con destino al jardín.

Era temprano aún, y si tan solo hace un mes no los hubieran encerrado, hoy sería un sábado para divertirse.

Virgo usualmente despertaba temprano pero salía tarde de su dormitorio, solo que, hoy prefirió salir pronto al jardín para tener contacto con el aire libre, aprovechando que los demás probablemente aún no despertaban.

Pasó por algunos dormitorios, hasta que encontró una puerta abierta, y sabía de quién se trataba.
Capricornio nunca cierra las puertas, siempre lo olvida.

Se acercó para cerrarla, hasta que notó que en esa habitación, no solo Capricornio estaba dormido.

Nuevamente, Aries y Capricornio descansaban en la misma cama, el ojinegro tenía todas las sábanas a su alrededor casi, y él chico más alto, el pelinegro; volvía a abrazar su cintura para dormir.