Chicos Perfectos [Zodiaco Boys Love]

01.- "Comedor"

Omnisciente

Los pasillos del colegio amanecían y tomaban la luz del sol y la mañana, al igual que los doce estudiantes más... Exóticos, del colegio.

Lo que daban ellos hace unos años por tener habitaciones juntas, ahora, añoraban que las últimas habitaciones individuales fueran terminadas para que cada quien tuviera su privacidad.

Claramente, no eran los mismos niños a los que ponían límites, a los que querían formar y programar como si fueran máquinas.

No, estos chicos sabían que a una persona no se le puede exigir convertirse en algo que no es, y de ninguna manera dejarían que sus intentos de hacerlos perfectos, fueran exitosos.

—¿Cuántas veces te he dicho que no toques mi fruta prohibida?— se quejó uno de los hermanos, el Tauro que coleccionaba diferentes tipos de dulces.

—Tú dejas todos esos dulces solos— se quejó su hermano —¡Es inevitable que no los coma!

—No veo la hora de que te vayas— respondió el chico a su hermano Libra.

—¿Yo? ¡Serás tú él que se vaya!— gritó.

Y de nuevo, comenzaron una pelea de hermanos, las ya muy comunes peleas sobre el dominio del cuarto que tienen bastantes grupos de hermanos.

Cómo ya era costumbre, incluso estaban saliendo de su habitación, pero seguían discutiendo en el pasillo, repentinamente, la conversación pasó de quién abandonaría la habitación a quién era más lento en las carreras de velocidad.

No era novedad que los hermanos discutieran, solo pasaron de largo entre el extenso pasillo, directo a la hora del desayuno, un retardo más, e iban a recibir de esos castigos por parte de la máxima autoridad.

Entraron al gran comedor, en el que se encontraban cuatro mesas grandes, en cada una solo cabían doce personas, por lo tanto, era muy fácil saber que este colegio privado era muy selectivo con quiénes quería formar como "hombres perfectos".

Rápidamente, Tauro, el castaño de pecas leves, tomó lugar en su puesto, mientras que su hermano, el que tenía toda su cara llena de pecas, se sentaba justo a un lado del chico que portaba los ojos rojos.

—Buen día— dijo Cáncer, el de ojos rojos, dándole una sonrisa que encantaba al chico.

Sobre la mesa, se encontraban nueve alumnos listos para degustar el desayuno. En las otras tres mesas, ya estaban con todos los alumnos correspondientes, completos.

La pregunta aquí es, ¿Dónde estaban Leo, Piscis y Acuario?

—Buenos días— se escuchó la voz de un mayor, todos entonaron la misma frase en el comedor, cada uno de los presentes.

Los platos estaban sobre la mesa, listos para que cada uno pudiera comer, pero eso no iba a ocurrir, no hasta que absolutamente todos estuvieran presentes.

Hubo un gran silencio en el comedor, y el hombre de canas y bigote, autoritario, volvió a hablar.

—¿Dónde está el resto de la mesa cuatro?— preguntó sentado en una mesa propia, enfrente de todas las demás.

Los chicos de aquella mesa, callaron, algunos dudando, otros maldiciendo, porque probablemente habría otro sermón sobre la puntualidad y obediencia.

—Mesa uno, dos y tres, pueden empezar— indicó, acto seguido, los alumnos de esas mesas empezaron a comer.

La mesa uno, era conformada por aquellos niños de preescolar y primaria, la mesa dos, por alumnos que cursaban su secundaria en el colegio, la tercera, los adolescentes de preparatoria, y finalmente, la mesa cuatro era regida por los que se podrían considerar grado universitario.