Chicos Perfectos [Zodiaco Boys Love]

13.- "Sacrificio"

Después de haber sentido la adrenalina de una montaña rusa que dejó a algunos gritando y a otros casi vomitando, la clase doce estaba en la calle, iban de regreso al colegio, les habían confiscado el auto, y tenían qué caminar, pero les gustaba, así estaban conviviendo todos juntos, cosa que hace mucho no sucedía.

Mientras caminaban, Sag cargaba a Escorpio en su espalda, Capricornio a Aries, y Acuario a Tauro.

Todos se sentían un poco mejor a comparación de cómo llegaron a la feria, querían apresurarse, estaban tan cansados.

Por otro lado, los demás estaban caminando como normalmente lo harían, y estaban despreocupados, hace mucho tiempo no se hallaban tan relajados.

—¿Se han puesto a pensar que dentro de un año podremos salir el día que queramos? —preguntó Aries inocentemente—, ojalá fuera más pronto, así podríamos salir todos los días como hoy.

Algunos se miraron ilusionados, y otros que eran más realistas, prefirieron seguir el juego.

Uno que otro sabían que, cuando salieran de ese colegio, era probable que no se volvieran a ver otra vez en su vida. Porque algunos querían alejarse de esta ciudad, otros estarían muy ocupados, pero, cómo ellos era una mayoría de personas que no sabían mucho de la vida, pensaban que iban a ser mejores amigos hasta la muerte.

—¡Qué buen día! —expresó Libra—, tal vez me desmayé, pero, fue un buen día.

—¿Cómo que te desmayaste? —Tauro habló—, ¿qué pasó?

Aries, Sagitario y Libra, aplastaron sus labios.

—¿Qué le hicieron a mi hermano, idiotas? ¡Agh, les voy a...!

—¡Ay, mira, qué bonitas plantas! —el platinado que cargaba al pecoso entendió que algo había sucedido con solo ver el rostro de Aries, así que no se molestó en correr con pequitas en su espalda.

—Ya no vuelvo a venir a la feria sin supervisión de un adulto —explicó Aries, dejando su barbilla en el hombro de Capricornio.

Claro que luego de eso, tuvieron qué charlar lo que sucedió a sus amigos, y la historia de como Leo terminó escapando, Escorpio lloró, y Libra se desmayó.

Pero las risas no faltaron.

[...]

Los doce chicos entraron por una puerta trasera del colegio que Adler les señaló, entraron pronto y en silencio, ya era lo suficientemente noche como para despertar a los demás que debían estar durmiendo.

En pequeñas risas, entraron a los pasillos, la habilidad de Acuario de conocer el colegio sin luz era lo que les había ayudado a no perderse.

—¿Seguro que sabes a dónde vamos? —preguntó Tauro, quién se aferraba a su brazo—, te juro que si nos perdemos hasta el amanecer o nos encontramos con un fantasma te voy a...

—¿Por qué eres fanático de la amenaza abierta? —volvió a hablar Acua con temor.

—Yo prefiero creerle que preguntarle —opinó Capricornio.

Cuando por fin habían encontrado el pequeño edificio con sus dormitorios, se dieron entrada, y no tuvieron que prender la luz... Porque alguien más lo había hecho.

Todos dieron pequeños gritos ahogados, cuando vieron a aquel hombre de canas sentado en una de las sillas que se hallaban al inicio del edificio.

La inercia fue tal de ver a Raphael ahí, que Sagitario supo inmediatamente que Escorpio tenía que refugiarse detrás suya.
Y por la misma inercia, Aries también se puso detrás de Capricornio.