Los amores de Demetrius |XXIII|

108 21 0
                                    

Cuando Dinamarca se dio por primera vez cuenta de sus sentimientos asía Rusia, la unión soviética ya había caído. A fuerza de observar al país por tantos años era evidente que terminaría por querer acercarse. La verdad, en un principio fue pura curiosidad lo que lo llevó fijarse en el ruso. El Imperio Ruso, en ese entonces, era solitario. A diferencia de hoy Rusia de hacía unos siglos mantenía relaciones amenas con casi todos sus vecinos. De la misma forma en la que todos le evitaban el tampoco de esforzaba en acercarse. Dinamarca en ese entonces era solo un observador, no interfería y solo disfrutaba la obra que tomaba lugar bajo su curiosa mirada. El ruso parecía caminar solo por un sendero helado y él era el único que protegería su tierra mientras que muchos se aliaban para derrocarlo. Curioso fue para Dinamarca el ver que lo único que podía destruir al Imperio Ruso no era nadie más que Rusia mismo. El Rey del Invierno se sentaba en su trono y mientras su corazón se congelaba, con sus manos de escarcha protegía a su gente. El, que no podía discutir ni rechistar frente a sus jefes, era el perro guardián de la gran nación. Pero el hielo es frágil y no tomó mucho antes de que ese ser se quebrara pedazo a pedazo. Para cuándo llegó la carrera espacial la sangre se iba lentamente escapando de la capsula de hielo y mientras el mundo se volvía en su contra, mientras su gente sufría, mientras se sentía impotente, lo único que podía hacer era ver como una y otra vez sus intentos de volver a la superficie lo ahogaban de vuelta en el abismo hasta que colapsó.

Dinamarca en ese entonces no era ni amigo ni enemigo, de forma neutral y sin influencia exterior se formó su propia impresión de Rusia y hasta llegó a admirarlo. No como país, que bajo sus líderes callaron en desgracia, sino como hombre como persona que resistió a los azotes del destino y se levantó, cambio de estrategia, siguió adelante. Sin embargo el danés podía aun discernir en esas pupilas lilas el mismo poder y la amarga melancolía con la que parecían haber nacido. Fue entonces que Dinamarca, se enamoró de aquellas amatistas que esconden más de lo que dicen, de esa fuerza brutal y destructora que siempre intenta proteger, de esas manos ensangrentadas que ya no pueden secar lágrimas y esas sonrisas que cargaban más sentimientos que las palabra. Porque si algo le gustaba observar a Dinamarca eran las expresiones de Rusia. Cuando estaba con sus hermanas tenía una mirada suave y sus labios se curvaban ligeramente, como si estuviese avergonzado. En las reuniones mostraba un semblante ilegible sin embargo cuando conversaba con los países de forma individual era un poco más honesto. Parecía llevarse especialmente bien con los antiguos imperio como Francia e Inglaterra y parecía divertirse como loco cuando molestaba Prusia, pareciera que era su forma de desesterarse. Finalmente tenía una expresión muy especial la cual estaba destinada a una única persona y la cual Dinamarca nunca llegó a comprender. Dinamarca la denominó "USA radar", apenas el americano entraba en el campo de visión del eslavo este cambiaba por completo. Su rostro se volvía una hoja en blanco, no había nada que pudiera leerse y sin embargo atreves de las ventanas de su alma se podía ver un fuego que parecía quemarle por dentro. Era como un grito silencioso, como si quisiese acercarse pero temiese consumirse en su propio fuego. Para alguien que siempre se presentó frio esto era un suceso extraño. USA había derretido y quemado al Rey del invierno quien parecía arder en llamas al verle. Sin embargo la fría fachada ni se iba y un frágil muro de escarcha escondía la llamarada.

Eso podía engañar a los otros países pero no a Dinamarca cuyo único centro de atención era Rusia. El veía claramente como el eslavo seguía inconscientemente a Estados Unidos con la mirada.

Principios de siglo XXI y Dinamarca ya tenía suficiente de no ser más que un observador en la galería de arte y se puso manos a la obra. Por eso decidió que el seria el próximo anfitrión de la reunión mundial. Puede que suene egoísta pero Dinamarca quería acaparar todo de Rusia quería su alegría, su risa y su candente melancolía que a ojos del danés era tan profunda como la noche estrellada. Se sintió feliz ese día en el que consiguió por primera vez su atención, era como por primera vez estar dentro de la pintura y no ser más un simple observador. Sin embargo no entendía que pasaba entre él y USA. Habitualmente cuando estaban juntos era normal que se acabaran peleando. Pero la mirada desesperada del norteamericano ese día dejaba a entender que algo mucho más profundo que una simple guerra de insultos. Por un momento creyó que el ruso se iría con el joven del nuevo mundo sin embargo ese no fue el caso. Dinamarca se sintió extasiado y no paró de sonreír por semanas, se le había subido a la cabeza. Sabía que Rusia y el apenas entraban en la categoría de amigos sin embargo no podía evitar que se le inflara el pecho al pensar que el fin había entrado al mundo de Rusia, del cual siempre creyó que sería nada más que un espectador.

Tansty with the snow King |RusAme|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora