Pas de deux |XXX|

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Era un gélido día soleado, era una de esas jornadas donde la nieve caía borbotones y uno se preguntaba... ¿Cómo es que aún hay sol? Era sábado, los productivos se levantaron temprano, los que intentan ser productivos apagaron la alarma para volver a dormir y en el aeropuerto de Nueva York dos amantes volvían a encontrarse, después de semanas de no verse. Estados Unidos de América había esperado con ansias este reencuentro. Mientras esperaba en la terminal recordaba los últimos meses que vivió con Rusia. Después de Alemania, la "joven" pareja se pasó una semana en Disney a petición del más joven y otra semana más la pasaron dando paseos por San Petersburgo. Mas ambos no podían estar de vacaciones para siempre, en los últimos cuatro meses solo pudieron verse cara a cara unas veinte veces. Obviamente se hablaban por video llamada tan seguido que ambos podían describir el horario del otro sin errores. Pero la cercanía era necesaria. Así que, después de cuatro meses de relación a larga distancia y de encuentros furtivos después de las reuniones mundiales, al fin los dos enamorados tendrían dos semanas para ellos solos. Era una gélida y soleada mañana de noviembre, pero el corazón de USA latía tanto que su cuerpo se sentía cálido como en verano.

El chico, armado de un cálido abrigo carmelita y de una bufanda azul yacía apoyado sobre uno de los muros del edificio. La vista fija sobre su teléfono, el joven sonreía viendo las fotos que tenia de su novio. Sus azules ojos reían a la par de sus labios, brillando de un azul cielo que mandaría cualquiera en viaje por los aires del atlántico. Tan distraído estaba que no vio que alguien se acercaba a él. El personaje llamaba fácilmente la atención dado a su importante altura e inusual cabellera nívea. Con abrigo beige y bufanda blanca al cuello el chico se acerca a paso seguro hacia su amante. Una sonrisa alegre e infantil se colgaba de su rostro y se ensanchó al divisar a USA. Al percatarse que el chico le sonreía bobamente a su teléfono, decidió jugarle una ligera broma. Aun a unos pasos de distancia del rubio, el de ojos amatista tomó su celular y le mandó un texto al joven distraído – Si no miras a tu alrededor, te perderás de lo que está justo delante de ti – le escribió el mayor. Segundos después el joven alzaba su cabeza para encontrarse con los campos de lavanda que le miraban fijamente del otro lado de la multitud. Guardo su teléfono y colocando su mano sobre sus labios, soltó una juguetona carcajada. El ruso se acercó lentamente al americano quien a su vez iba hacia él. A medida que la distancia se acortaba los muchachos aceleraban el paso, ambos cada vez más exaltados por el reencuentro. La carrera terminó en un gran abraso, el rubio escondió su rostro en el hombro del mayor mientras que este se apoyaba sobre la dorada cabellera del menor.

- Yo también estoy feliz de verte USA. – indicó el ruso al ver como usa estaba renuente a dejarlo ir.

- ¡No sabes lo aburrido que estuve sin ti! Tony se fue a Alabama porque no le gusta el frio y estado muriéndome sin nada que hacer. Obvio, tenía el papeleo y todo eso peo no es lo mismo. Incluso terminé todos los juegos que me envió Japón, no dormí por dos semanas después de eso, pero valió la pena. ¡Oh! También empecé a ver una anime que se llama Attack on Titan y estaba tan... – Mientras salían del aeropuerto USA hablaba, hablaba y hablaba. Rusia a veces se preguntaba si no tenía algún botón de pagado. Adoraba verlo hablar, no lo iba a negar pero a veces, era, demasiado. Entonces una pequeña artimaña se atravesó por la mente del eslavo. El chico admiró con detenimiento los rosados labios de su acompañante. "Bueno...No tengo nada que perder y mucho que ganar." Con ese pensamiento en mente Rusia agarró repentinamente la mano del norteamericano, haciendo que este se detuviera en seco. Giró al muchacho y lo besó. El parloteo de usa se detuvo al instante. Rusia se separó, sonrió y prosiguió su camino aún tomado de la mano con USA. Había matado dos liebres de un tiro. Consiguió calma y le robo una expresión bonita al chico que ahora caminaba detrás de él. Este tenía las mejillas sonrojadas y una amplia sonrisa en su rostro. "Ahhh, tu m'as vraiment manqué Alfred."

Tansty with the snow King |RusAme|Where stories live. Discover now