Giselle |XVI|

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- ¿Estás seguro de que esto va a funcionar? – preguntó dudoso el más joven del trío que yacía sentado en la sala de estar.

- Obvio, después de todo, yo soy un villano innato - indicó el ruso con cierto orgullo de la preocupante característica. "Bueno, eso y el hecho de que, como estratega, soy bastante remarcable. Pero mejor no ir regodeándose que voy a terminar sonando como Prusia", se dijo a sí mismo el más alto del lugar. Los italianos llevaban ya dos días en ucrania y el muy esperado zarco aún no se dignaba a presentarse. ¡Que esperaba! - También está el hecho de que Gilbert es hermano suyo, lo que hace mucho más fácil para Alemania el verme como tirano déspota embajador de la muerte. Quien diría que para el "grandioso" Prusia, cargar cubetas de agua sería tan denigrante.

- ¿Hermano Prusia?

- Si ¿No te lo contó? – cuestionó el rubio platino con una expresión maliciosa. – Bueno según mis fuentes, Prusia dijo entre lloriqueos, y sito: "Hermano ese ruso es un tirano. El gran yo fue obligado a hacer la más inmundas labores. Trataban a este dios como esclavo. Fue de lo peor", o algo así fue lo que le contó a su hermano.

- Jaaaaaaajajajaja – se reía el mayor de los gemelos con fuertes carcajadas mientras se aguantaba el estómago.

- ¿De verdad fue tan malo?

- ¡Que va! Solo tenía que hacer tareas de la casa. En sí, todos los países que vivían conmigo tenían una labor específica para mantener un ritmo de vida pacífico. Ya que yo era el que lo dirigía todo en el ámbito político durante la USSR, las naciones satélites no tenían que hacer papeleo y por ende se les asignaron tareas domésticas. Siendo Prusia el más físicamente fuerte le encargue las tareas que yo mismo hacía cuando podía, más dado a las complicaciones con USA ya no tenía tiempo por lo que se las delegué a él. Nunca supe que cortar leña, traer cubos de agua, limpiar el primer piso y salir a cazar fuesen tareas tan difíciles. ¡El mismo Prusia disfrutaba de la caza cuando aún era un teutón! – explicó el ruso omitiendo las una que otra broma que le jugaba al peliblanco como venganza de las tantas veces que había intentado invadirlo. Si, Rusia era bastante rencoroso.

- Lo contó como si lo estuvieran torturando es obvio que Alemania pensaría eres que un abusador sin escrúpulos – concluyó con una ligera risa Feliciano.

- Aunque tienen razón en algo Alemania debía de estar aquí hace ya un día y sin embargo aún no llega. – reiteró el ruso antes de pensar, "Y si fue a mi tierra. ¿No creo, verdad? Me aseguré de que se escuchase claramente la voz de Ucrania en el fondo además de podía rastrear la llamada.". En eso prosiguió la conversación hasta que un estruendo atrajo la atención de todos en la sala.

- ¡Hermano! ¡Se te perdió esto! – exclamó la recién llegada lanzando hacia enfrente lo que parecía ser...

- ¡Doitsu! – llamó sorprendido el norte italiano

- !Feliciano¡ – respondió con igual asombro que el rubio que yacía sobre el suelo con piernas y brazos fuertemente atados con una cuerda.

- Hermanita – saludó Rusia feliz de volver a ver a su cadete.

- Hermano – correspondió esta cordialmente el saludo.

- Lovino – susurró para sí mismo el de cabellera marrón al percatarse que no era el interés de nadie.

- Doitsu, Doitsu. Te extrañé – sonrío alegre el italiano hacia el alemán mientras desataba sus ataduras. Los tres conspiradores se sorprendieron de ver que fue Bielorrusia quien trajo al alemán hacia ellos. Ella explicó que le había visto rondando por casa de su hermano a quien iba a visitar y al verlo tan sospechoso decidió atraparlo. El zarco le explicó a la bielorrusa que había rastreado la llamada de su hermano hacia Ukrania pero que según él tal cosa era demasiado improbable. "Rusia no puede poner pie en Ucrania", por ende intuyó que era una trampa y partió hacia Rusia sin saber que terminaría siendo atrapado por una puberta experta en cuchillos. Al final Bielorrusia decidió llevárselo a rastras con ella y dejar que su hermano decidiese que hacer con el blondo.

Tansty with the snow King |RusAme|Where stories live. Discover now