Contemplando las escenas de infidelidad [BL]

33

Wen Bai fue a buscar a Yan Han tan pronto como regresó.

Yan Han sostenía un archivo en su mano mientras mostraba una actitud impaciente hacia Wen Bai. Parecía que tenía asuntos urgentes que hacer. Sin embargo, cuando escuchó a Wen Bai mencionar las dos palabras, Wen Qing, su figura se detuvo por un momento antes de obligarse a sentarse pacientemente frente a Wen Bai.

Wen Bai encendió un cigarrillo y también le pasó uno a Yan Han.

Los dos permanecieron en silencio, envueltos en humo. Era raro que no hubiera un aire tenso y opuesto entre los dos.

Wen Bai entrecerró los ojos mientras miraba la caja de cigarrillos.

—Solo lo he visto fumar una marca de cigarrillos: Marlboro.

Los hombres siempre recuerdan el amor solo por el romance*.

Yan Han dio una calada al cigarrillo y esperó en silencio a que Wen Bai continuara.

—Dejemos de buscarlo.

Yan Han arqueó una ceja: —¿Te dijo eso?

Wen Bai asintió: —Wen Qing dijo una vez que tú y yo somos similares.

Yan Han golpeó un poco de ceniza. —Probablemente.

—No quiero molestarlo más. Quizás la soledad sea lo mejor para él —. Wen Bai miró a Yan Han a los ojos.

Yan Han no respondió mientras entrecerraba sus ojos.

Wen Bai continuó diciendo: —Oh. No es que yo no quiera, sino que es porque tengo miedo.

—Me temo que en esta Tierra, ya no hay una persona llamada Wen Qing.

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La llama alcanzó la punta del cigarrillo.

Quemó la punta de los dedos de Yan Han, pero continuó pellizcándolo con fuerza, sin querer soltarlo.

Parecía que pasó mucho tiempo antes de que Yan Han finalmente pellizcara el cigarrillo en el cenicero y asintiera.

Él respondió: —Está bien.

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Después de que Wen Bai se fue, Yan Han continuó sentado allí.

Había una ampolla en la punta de su dedo donde había sido quemado que tenía una incitante sensación de ardor.

Quizás nunca habría una segunda persona que se quedara despierta toda la noche y lo cuidara cuando tuviera fiebre o resfriado. Tampoco habría una persona que le diera una cálida palmada en la espalda y le trajera una taza de té para aliviar su calor interno cuando se sintiera irritado por el trabajo. Nadie se atrevería a untarse la cara con crema en su cumpleaños y aun así estallar en carcajadas. No habría otra persona que sonriera y frunciera el ceño mientras se burlaba de él por lucir como un anciano cuando frunza el ceño con ira.

La persona que hizo todo eso ya lo había dejado.

Yan Han entrecerró sus ojos. Sintió como si casi viera a la persona que tomó su mano con fuerza esa noche y lo acompañó fuera del hotel juntos, donde luego caminaron por el puente del río Yangtze, alejándose cada vez más en la distancia.

El cielo gris se transformó en uno con la superficie del río.

Yan Han respiró hondo.

Parecía que olía el sabor salado del viento del río que todavía estaba entrelazado con indicios de un familiar aroma a tabaco.

Cerró sus ojos.

Casi se sentía como si hubiera regresado al pasado. Si tan solo todo pudiera empezar de nuevo desde el principio.

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[Nota de traducción]

El hombre siempre recuerda el amor solo por el romance*:

Esto fue escrito originalmente en inglés. Para aquellos que no están familiarizados con la frase, es el acrónimo de la famosa marca de cigarrillos: MARLBORO.