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Wen Qing comenzó gradualmente a pasar más tiempo fuera de casa, ahogando sus días en un cine privado.

Tenía que permitir que los otros dos interactuaran solos para que pudieran fomentar sus sentimientos.


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El dueño del cine era un hombre que tenía una gran barba y era de unos diez años mayor que él. Se vinculó bastante bien con el otro. Cuando vio a Wen Qing, el de gran barba le dijo en broma: —Tengo miedo de que vengas aquí. La habitación se llena con el hedor a tabaco cada vez que te vas.

Wen Qing sonrió: —Soy adicto a fumar.

El de gran barba se burló haciendo que los pelos en su barbilla se movieran junto con su boca. —No he visto a alguien que sea tan adicto como tú —. Hizo una pausa por un momento antes de continuar. —Deberías cuidar tu salud jovencito, fumar realmente no es bueno para ti.

Wen Qing se rio con indiferencia.


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A Wen Qing le gustó este lugar.

Estaba tranquilo y la iluminación era tenue. Era un buen lugar para pensar en cosas y rememorar recuerdos. También él podía ver la historia en la pantalla de la televisión si en algún momento se aburría.

Era el lugar perfecto para perder vida.


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Wen Qing agarró la caja de cigarrillos y descubrió que estaba vacía. Frunció el ceño y ojeó los bolsillos de su ropa pero fue en vano, ya que no encontró ninguno.

Wen Qing estaba encorvado en el sofá frente a la pantalla del televisor y era demasiado perezoso como para levantarse. Originalmente había planeado simplemente lidiar con eso.

Sin embargo, al final, sus impulsos se volvieron cada vez más difíciles de ignorar. Su mente se volvió inexplicablemente irritable. Wen Qing tiró de su cabello y decidió ir a comprar algunos cigarrillos.

El señor de gran barba no vendía la marca que él fuma.

Wen Qing estaba considerando si hacer un viaje al supermercado o comprar algún otro paquete al azar.

Una caja de Marlboro apareció de repente ante sus ojos. Wen Qing miró hacia arriba y se encontró con Wen Bai.

Cogió los cigarrillos, encendió uno y dio una larga calada antes de preguntarle: —¿Por qué estás aquí?

—Para encontrar a mi maestro —. Wen Bai señaló al señor de gran barba.

Wen Qing asintió y pensó en cómo ya no podría visitar este lugar con demasiada frecuencia en el futuro.

Agitó el paquete de cigarrillos que tenía en su mano, dio las gracias al otro y regresó a su casilla de teatro.

No mucho después, Wen Bai también entró y se sentó junto a Wen Qing. Su mano descansaba en el borde del sofá como si estuviera envolviendo sus brazos alrededor de Wen Qing.

—¿Por qué no estás con Yan Han?

Wen Qing miró a Wen Bai antes de responderle con un aburrido tono: —Está en casa.

—Escuché que Yan Han incluso se arrepintió y regresó al camino de la virtud por ti. Parece que he subestimado la habilidad de un hombre que no sirve para nada.

Wen Qing miró en silencio hacia la televisión como si no escuchara la burla de Wen Bai.

Una ira sin sentido creció gradualmente en el corazón de Wen Bai. ¿Por qué él había perdido el deseo por toda comida y bebida por este hombre, mientras este hombre seguía viviendo una vida de ocio con indiferencia?

—¿Qué? ¿Yan Han te folló hasta que ya no puedas hablar?





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Contemplando las escenas de infidelidad [BL]Where stories live. Discover now