Contemplando las escenas de infidelidad [BL]

3

Wen Qing salió a caminar al día siguiente.

Iba al café literario por la mañana y jugaba con rompecabezas durante medio día antes de ir a ver una película por la tarde.

Sin embargo, no fue al cine. En cambio, fue a un lugar similar a esas tiendas de los años 90 que reproducían cintas de video.

"Elegiste algunas películas y rentaste una habitación para ti".

"Todavía era la Era de las cintas de video hace veinte años".

Al lado había una joven pareja. Él no sabía qué película estaban viendo, pero de vez en cuando, los sonidos salvajes de gemidos de mujeres europeas y estadounidenses resonaban mientras se mezclaban con algunos "oh Dios" inentendibles.

Más tarde, esos sonidos fueron ahogados por las desenfrenadas ropas y los sonidos de la piel chocando entre sí.

Wen Qing encendió un cigarrillo.

Respiró una enorme bocanada de humo antes de exhalarlo lentamente.

El protagonista masculino de la pantalla perseguía un autobús. Wen Qing levantó las comisuras de su boca y se rio. "¡Qué joven!".

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Cuando regresó, compró algunos alimentos del supermercado en el camino.

Él mismo no quería cenar. Todo lo que compró era para Yan Han.

Cuando Yan Han llegó a casa y vio los platos en la mesa, le sonrió a Wen Qing con cariño.

—¿Cómo sabías que iba a volver a cenar esta noche?

—Lo adiviné—. Wen Qing se sentó al otro lado de la mesa del comedor y fumó.

—¿Están acaso conectadas nuestras mentes y corazones?—. Yan Han enarcó una ceja.

Wen Qing asintió con su cabeza varias veces y pellizcó su cigarrillo para apagarlo.

Tenía que admitir que Yan Han realmente se veía bastante guapo. Todos y cada uno de sus movimientos no emanaban más que el encanto de un hombre maduro.

Aún no estaba harto de mirarlo después de todos estos años. No es de extrañar que hubieron tantos jóvenes que acudieron en masa a Yan Han uno tras otro.

Wen Qing sacó otro cigarrillo y lo encendió.

Yan Han miró a Wen Qing. —¿Ya comiste?

—Sí.

—Tu adicción al cigarrillo parece estar bastante mal recientemente.

—Supongo.

—Sería mejor si fumaras menos. Tú eras el que siempre me gritaba que dejara de fumar antes, ¿Cómo es que empezaste a fumar ahora, justo cuando yo lo dejé?

Wen Qing entrecerró sus ojos y fumó su cigarrillo para después permanecer en silencio.

El apetito de Yan Han era bastante grande. Ya había comido una gran variedad de los platos sobre la mesa.

Después de esperar a que Yan Han dejara los palillos, Wen Qing se puso de pie y arrojó todas las sobras al cubo de la basura.

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