Contemplando las escenas de infidelidad [BL]

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Wen Qing miró por la ventana mientras estaba sentado en el auto.

Yan Han miró a Wen Qing. —¿Por qué no respondiste la pregunta de esa chica en ese momento?

—¿Qué querías que dijera?

Yan Han respondió con otra pregunta: —Entonces, ¿qué querías decir?

—No lo sé—. Después de que terminó de hablar, Wen Qing cerró sus ojos y se reclinó en el cojín del auto, emanando un aura que indicaba que no quería hablar.

Yan Han miró a Wen Qing con una sonrisa forzada y dejó de molestarlo.

Justo cuando Yan Han pensó que Wen Qing ya se había quedado dormido, Wen Qing dijo de repente: —Si alguna vez te juntas con alguien más, ¿puedes dejarme ir?

—Entonces, ¿de verdad pensaste que podrías esconderte de mí durante tres años?

Nadie habló en el auto.

Se sentía como si alguien estuviera dentro del cerebro de Wen Qing y agitara su mente con un palo. Wen Qing apretó los dientes con dureza.

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Tan pronto como regresaron, Wen Qing corrió al baño y se arrodilló frente al inodoro mientras vomitaba violentamente.

No fue hasta que vomitó bilis que se sintió un poco mejor.

Wen Qing se apoyó contra la helada pared. Su rostro estaba pálido y sus dientes castañeteaban constantemente.

Yan Han le entregó a Wen Qing una taza de agua tibia antes de acariciar su frente. —¿Quieres llamar a un médico?

Wen Qing negó con su cabeza. —No es necesario—. Fue solo después de que tomó el agua y se enjuagó la boca que el sabor amargo en su boca se desvaneció levemente.

Yan Han quería levantar a Wen Qing, pero Wen Qing inclinó la cabeza hacia atrás y se apoyó contra la pared con los ojos cerrados. —No te preocupes, estaré bien después de que me recueste un rato.

Yan Han no respondió y se paró en silencio a un lado.

Wen Qing contó unos segundos en su cabeza. Luego respiró hondo para evitar estallar con cadenas de maldiciones mientras abría los ojos para mirar a Yan Han.

Yan Han se inclinó y levantó a Wen Qing. —Vas a coger un resfriado en el suelo.

Wen Qing casi no pudo contener la risa.

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La mano de Yan Han acarició la cintura de Wen Qing cuando dormían por la noche.

Wen Qing se acercó más al borde de la cama. Sin embargo, los movimientos de Yan Han no cesaron en el momento en el que su mano pasó por el abdomen de Wen Qing.

Wen Qing detuvo la mano de Yan Han. —Hagámoslo otro día, no me siento bien.

Yan Han hizo una pausa antes de responder: —Ahora que has vuelto, puedes dejar de actuar pretencioso.

La mente de Wen Qing se quedó en blanco instantáneamente mientras olas de truenos resonaban constantemente junto a su oído.

Wen Qing soltó la mano del otro y permitió que Yan Han hiciera lo que quisiera.

Yan Han había tenido una abstinencia sexual durante tres años, por lo que estaba un poco fuera de control con la fuerza de sus movimientos. Wen Qing se mordió el labio inferior y no emitió un solo sonido.

Al final, ese hombre llevó contento a Wen Qing para que se lavara, sin descubrir que Wen Qing ni siquiera se había excitado esa noche.

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