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—Imposible—. Wen Qing dijo con impaciencia.

Wen Bai no parecía que se fuera a ir pronto.

Wen Qing se acercó y masajeó sus cejas con su mano. —Déjame pensarlo. No vengas a molestarme todo el tiempo en estos días.

Wen Bai arqueó una ceja. —¿De verdad vas a pensar en ello o simplemente lo estás diciendo para satisfacerme?

Wen Qing no dijo nada más. Bajó su cabeza y comenzó a mirar los archivos. Su aura emanaba tres simples palabras: Vete si quieres.

Wen Qing leyó las palabras en el archivo con mucha dificultad, bajo la mirada ligeramente acalorada de Wen Bai.

Wen Bai lo miró durante mucho tiempo antes de que finalmente se levantara y se moviera. Wen Qing pensó que finalmente estaba listo para irse por aburrimiento, pero Wen Bai luego abrazó a Wen Qing por la espalda. Wen Bai mordió el lóbulo de la oreja de Wen Qing y su cuerpo tembló cuando escuchó a Wen Bai decir: —Realmente quiero encerrarte.

Wen Qing se sintió exasperado por un momento; sin embargo, aún así solo soltó una fría risa.

Wen Bai también se rio entre dientes y se levantó para irse.


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Yan Han probablemente estaba en una relación acalorada con ese joven en estos días. E incluso dejó de volver a casa.

Wen Qing se acostó en la cama y llamó a Yan Han.

El teléfono sonó durante mucho tiempo antes de que Yan Han contestara y estaba un poco sin aliento cuando lo hizo. Si no se le escuchara con atención, aún él podría ignorar ese hecho.

—¿Hola? ¿Has dormido?

—Todavía no, ¿por qué no estás ya dormido?—. Yan Han se aclaró la garganta, pero su voz todavía sonaba baja y ronca por estar teñida de lujuria.

—No puedo quedarme dormido sin ti aquí.

Al otro lado de la llamada, Yan Han no dijo nada, en cambio, los débiles gemidos burlones del chico resonaron.

Con una sonrisa colgando de sus labios, Wen Qing miró a la sombra creada por la luz de la luna que se filtraba en el suelo.

Mucho tiempo después, Yan Han dijo con una voz deliberadamente reprimida: —Yo también te extraño.

Wen Qing fingió sonar somnoliento mientras le murmuraba. —Tengo un poco de sueño.

Yan Han le respondió: —Entonces deberías irte a la cama temprano. Buenas noches—. Desconectó la llamada tan pronto como terminó de hablar.


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El chico debajo de Yan Han tenía una expresión feliz en su rostro. Abrió las piernas y apretó las caderas de Yan Han mientras se mecía levemente en ese abdomen. Yan Han extendió su mano y le dio una palmada en el trasero a ese joven, con un sonido claro y nítido resonando en la habitación. —Pequeña puta. En lugar de gastar tu tiempo poniéndote tan caliente, ¿por qué no me ayudas a ponerme un condón?

El niño actuó con coquetería. —¿Puedes no usar un condón?

Yan Han lo ignoró y agarró un condón él mismo. Comenzó a hacérselo sin piedad después de ponérselo. Sus embestidas eran tan fuertes que los gemidos del chico se redujeron a fragmentos incoherentes.

Le gustaban los sabores salvajes del exterior, pero no se olvidaba nunca de usar un condón para que el esperma no le llegara hasta su cerebro. Después de todo, la única persona en la que podía confiar en este mundo era en Wen Qing. No importa cuán sucio se volviera el mundo, Wen Qing aún estaría limpio.

Wen Qing escuchó la señal de ocupado a través del altavoz con un "buenas noches" atrapado en su garganta.

Esa noche sus ojos permanecieron abiertos hasta el amanecer sin un atisbo de somnolencia.

Y entonces llamó a Wen Bai. Antes de que Wen Bai tuviera la oportunidad de hablar, le dio una dirección y le dijo: —Hazme el amor. Puedes venir si quieres.

La dirección era en una casa en el campo que Yan Han le había dado hace unos años. No solían vivir allí, pero todavía había un empleado a tiempo parcial que venía a hacer la limpieza con regularidad. Wen Qing hizo sus maletas, tomó algunos condones y se dirigió a tal lugar. Aquella casa todavía estaba limpia y ordenada.

Wen Qing entró a la habitación. Todavía recordaba escenas persistentes de intimidad que había compartido con Yan Han aquí.

Wen Qing arrojó el marco de fotos de la mesita de noche en el cajón y luego sonó el timbre.





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Contemplando las escenas de infidelidad [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora