Contemplando las escenas de infidelidad [BL]

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Wen Bai se sentó en silencio en la sala de reuniones.

Ya había pasado una hora desde el momento acordado de la reunión.

El Presidente Yan aún no había llegado. Había una fina capa de sudor frío en la frente del asistente. El Presidente Wen era joven, pero era un hombre astuto. Si el Presidente Yan no llegaba pronto, temía que la otra oposición se quedara con todas las acciones importantes. En ese momento, la secretaria entró y susurró algunas palabras al oído del asistente. El rostro del asistente palideció instantáneamente.

Wen Bai levantó las comisuras de sus labios. —¿El Presidente Yan está atrapado en algún problema y no puede hacerlo hoy?

El asistente asintió en señal de disculpa. —Algo sucedió y el Presidente Yan se encuentra actualmente en el hospital. Me temo que la fecha para la firma del contrato puede ser retrasada.

—¿Hospital?—. Wen Bai frunció el ceño mientras se sentía preocupado por dentro. —¿Qué le pasa al Presidente Yan? El contrato no se puede firmar hoy de todos modos, ¿por qué no vamos a visitar al Presidente Yan en el hospital?

El diputado se secó el sudor de su frente. —A decir verdad, el Presidente Yan no es el que ha tenido un accidente. Es el... uh... un miembro de la familia del Presidente Yan.

Wen Bai se puso de pie al instante, y la silla hizo un sonido ensordecedor al raspar contra el suelo. —¿Qué hospital es?

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Cuando Wen Bai vio a Wen Qing a través de la ventana fuera de la habitación del hospital, su corazón se apretó instantáneamente.

Miró a Yan Han y le preguntó fríamente: —¿Qué pasó?

Yan Han no respondió y se dio la vuelta para dirigirse hacia la habitación.

Wen Bai dio un paso adelante y, enojado, agarró el cuello de Yan Han, empujándolo contra la pared. —¡¿No eres tú quien lo arruinó y lo hizo regresar?!

Yan Han no se enojó, de hecho, ni siquiera levantó su cabeza para mirar a Wen Bai. Levantó las comisuras de su boca. —¿Qué sabes? Incluso si lo arruiné, ¿qué puedes hacer al respecto?

—No es posible que sigas pensando que te dejará arruinarlo porque te ama— Wen Bai emanaba un aura cruel.

Yan Han negó con su cabeza. —¿Y qué pasa si no me ama? ¿No lo entiendes todavía? Deberías haberte imaginado hace tres años cuando no se reunió contigo después de que rompimos. No importa con quien se enreda en su vida, nunca serás tú.

—¡Mierda! ¡No lo entiendes en absoluto!

—Entonces dime por qué no terminó tomando tus tres millones de dólares, y en su lugar eligió volver conmigo—. La expresión de Yan Han era un poco despectiva.

Wen Bai permaneció en silencio mientras fruncía el ceño.

—Incluso si él quiere arrastrar esto y llevar a alguien al infierno con él, esa persona seré yo y solo yo. Estás destinado a no tener nada que ver con los doce años que compartimos juntos. Incluso si él quiere irse por sí mismo, su mente solo pensará en la persona que lo ha arruinado la mitad de su vida en su juventud y amor: yo.

Wen Bai aflojó gradualmente el agarre de sus manos y se enderezó: —¿Por qué no puedes tratarlo mejor?

—Sí. ¿Por qué no puedo tratarlo mejor?—. Era como si Yan Han murmurara para sí mismo.

Miró hacia la persona que estaba acostada en la cama dentro de la habitación del hospital.

Los pies de la persona estaban envueltos como un gran Zongzi*.

Su rostro estaba pálido mientras descansaba con los ojos cerrados.

Sin una pizca de vida.

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[Nota de traducción]

Zongzi*: 粽子. Esta es una comida tradicional china que se come en el Festival del Barco Dragón. Por lo general, es una 'bola de masa' en forma de pirámide que está hecha de arroz glutinoso envuelto en bambú o hojas de caña, por lo que se usa para recrear imágenes mentales en este caso particular para describir los vendajes alrededor de los pies de Wen Qing.