Contemplando las escenas de infidelidad [BL]

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Cuando Yan Han llegó a casa por la noche, Wen Qing estaba sentado en el sofá mirando televisión.

Se estaba transmitiendo un documental en inglés en el canal CCTV 9.

Yan Han frunció el ceño al sentirse un poco asustado. —¿Yan Zichen ya se fue?

Wen Qing volvió la cabeza para mirar a Yan Han. —¿Si no qué? ¿Debería sentirse agradecido por mi amabilidad y quedarse a cenar?

El tono de Wen Qing hizo que la sien de Yan Han palpitara. Respiró hondo y miró al otro: -Wen Qing, hablemos.

Wen Qing miró tranquilamente a Yan Han con una obvia irritación en sus ojos. —¿Crees que todavía hay necesidad de que hablemos?

La figura de Yan Han se detuvo por un momento. —La hay.

—Si dices que hay, que así sea—. Wen Qing tomó un cuchillo de fruta y comenzó a pelar una manzana.

Yan Han se sentó a un lado y esperó a que Wen Qing comenzara la conversación.

—¿No vas a preguntar qué dijo Yan Zichen cuando vino?

—Puedo adivinar lo que dijo.

Wen Qing levantó las comisuras de sus labios. —¿Le pediste que te ayudara a intervenir por ti?

—No intervenir, solo quería que supieras algunas cosas.

—Soy estúpido. ¿Pueden ustedes las personas inteligentes hacer que sus palabras sean más fáciles de entender?

Pasó mucho tiempo antes de que Yan Han dijera: —No fuiste a esa exposición de fotografía.

—¿Estás hablando del momento en que te engañé para poder escaparme a otra ciudad solo para dormir con Wen Bai durante unos días?—. Wen Qing contuvo la risa.

La expresión de Yan Han no se veía muy bien. Y se sentó allí en silencio. —¿Podemos vivir una buena vida juntos de ahora en adelante?

Wen Qing colocó los artículos que estaban en sus manos sobre la mesa. Se rio tanto que estuvo a punto de romperse a llorar. —Sí. Mira, te acuestas con otras personas y como yo tampoco estoy tan limpio, ¿no significa eso que nuestros errores pasados ​​nos hacen estar a mano?—. Sin esperar a que Yan Han respondiera, Wen Qing continuó diciendo: —Entonces di, si nuestra relación ya está tan jodidamente sucia, ¿por qué todavía necesitamos estar juntos?

Yan Han apretó sus labios con fuerza mientras saboreaba una amargura astringente en su garganta.

Wen Qing se puso de pie y se alzó sobre Yan Han mientras lo miraba. —Dime, ¿por qué todavía necesitamos estar juntos? ¡¿Por qué todavía quieres que regrese?!—. Después de que terminó de hablar, asintió con su cabeza repentinamente como si se diera cuenta de algo: —Oh, oh, es cierto, olvidé que todavía te debía algo. Estaba siendo una perra y actuando muy lujurioso para intentar meterme en los pantalones de otra persona. ¿Por qué eres tan genial? No quieres engañar, así que rechazas a los demás. Siempre son otras personas las que te piden que te las folles. Al final, tienes miedo de que te malinterprete, así que consigues que alguien más me explique todo... Bueno, entonces todo es mi culpa, ¿verdad? ¡Te debo una! ¡¿Por qué no me lo dices?! ¡¿Estoy en lo correcto?!—. Wen Qing tiró del cuello de Yan Han mientras estaba a punto de romperse, con sus ojos completamente inyectados en sangre.

Yan Han se aferró con fuerza a las caderas de Wen Qing para evitar que luchara. Yan Han miró a Wen Qing a los ojos. —Estás cansado. Deberías descansar bien.

Wen Qing de repente dejó de luchar. Sus ojos estaban en blanco e impotentes: —¿Puedes dejarme ir?

Yan Han volvió la cabeza hacia un lado con mucha dificultad. —Necesitas descansar.

Las lágrimas de Wen Qing se sintieron como si hubieran congelado su corazón.

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