CAPÍTULO 26

28.6K 1.4K 150
                                    




Capítulo 26

La pareja se quedó en la cama, apaciguando sus respiraciones, que se encontraban aceleradas debido a la manera en cómo se habían entregado a la pasión anteriormente. Irina levantó una de sus manos y comenzó a acariciar el brazo izquierdo de Vladimir, mientras que su cabeza seguía reposando en pecho de él, justo donde se encontraba su corazón. Ella podía sentir sus brazos sudados bajo el tacto de sus dedos, y los acelerados latidos de su corazón debajo de su oreja.

Había pasado una semana desde que habían llegado a Rusia, y a Irina se le estaba haciendo un poco difícil adaptarse a tantos cambios, por eso, Vladimir se apuró en contratarle a una profesora de ruso, la mujer era una de las mejores del país e iba a la casa tres veces por semana para impartirle las clases a Irina.

—¿Quieres ir a la empresa conmigo hoy? — preguntó Vladimir, mientras que acariciaba la espalda desnuda de Irina con sus manos.

Irina levantó la cabeza, apoyando su mentón en el pecho de Vladimir, para mirarlo directo a los ojos.

—¿No sale hoy tu padre del hospital? — cuestionó, levantando una de sus manos para acariciar el rostro de Vladimir.

—Sí...— afirmó — le dan el alta hoy en la tarde, por eso quiero que vayas conmigo a la empresa, así iremos directo al hospital en cuando sea la hora.

Ella guardó silencio por unos segundos, mirando sus ojos azul profundo fijamente, esa mañana se encontraban más claros que de costumbre y se veían hermosos, y atrayentes. Sin dudarlo ni un segundo, la muchacha levantó un poco su cuerpo, y cuando estuvo a la misma altura que Vladimir, unió sus labios en los de él, en un beso lento, solo una simple caricia sobre sus labios, tentándolo.

>>—¿Sabes que si sigues así no nos levantaremos de esta cama verdad? — preguntó Vladimir en un susurro sobre sus labios, sacándole una dulce sonrisa.

—Entonces arriba— dijo antes de alejarse de él, enrollando la sábana alrededor de su cuerpo, tapando su desnudes, pues aunque el hombre la había visto muchas veces desnuda, a ella aún le avergonzaba caminar desnuda como si nada, delante de él.

Cuando estuvo de pies, miró como él la miraba con una ceja enarcada.

Vladimir se levantó de la cama, totalmente desnudo, y caminó hacia la sonrojada muchacha, colocándose detrás de ella, pegándose a su delicada espalda.

—¿Por qué te cubres? — preguntó en un susurró, acercando su boca a la oreja de Irina, dejando caer su barbilla en su hombro derecho— no hay nada que no haya besado, acariciado y admirado de tu cuerpo, ¿Oh sí?

Irina guardó silencio por unos segundos, mientras que su labio inferior se volvía prosionero de sus dientes.

—No-no— logró responder tartamuda, por los besos que Vladimir había comenzado a depositar en su cuello.

—Entonces...— hizo una pausa, al mismo tiempo que retiraba lentamente la sábana del cuerpo de Irina, dejándola caer al suelo— esto no es necesario.

La pareja se dirigió hacia el baño, y luego de hacer el amor debajo del agua tibia, se dieron una rápida ducha, liberando sus cuerpos del sudor y de los flujos del placer. Cuando terminaron con la ducha ambos tomaron camino hacia el amplio closet de Vladimir, que también se había convertido en el de Irina en la última semana, en esa parte ya no sólo había trajes y zapatos de hombre, sino, que ahora al lado de los trajes y de los zapatos, había vestidos, tacones femeninos y bolsos, estos mandados a comprar exactamente a la medida por Vladimir, para su amada. Todo con tal de que se distrajera un poco.

Por supuesto, para una mujer como Irina, lo que Vladimir había hecho para ella era una exageración, pero no podía negar que le encantaban todas las piezas nuevas que ahora poseía, y la buena elección que había sobre ellas.

Bajo Los Encantos Del RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora