CAPÍTULO 28

20.9K 1.5K 218
                                    

Capítulo 28

El cuerpo de Vladimir se había quedado en shock, mientras que Irina aún se encontraba tendida entre sus brazos, y con cada vez más sangre saliendo de entre sus piernas. Su cuerpo reaccionó cuando escuchó a Snezhana taconear fuera del pasillo, alejándose de la escena.

Lo primero que hizo fue sacar su teléfono celular del interior de su saco, y con las manos temblorosas, marcó el número de Boris.

—¿Señ...— el moreno no pudo continuar, pues fue interrumpido por la temblorosa voz de Vladimir.

—Prepara el auto, rápido— colgó sin decir más.

Vladimir no dudó ni un segundo en pasar uno de sus brazos por debajo de las rodillas de Irina, y otro por su cintura, para pegarla más a su cuerpo y levantarse del suelo con ella en brazos, para luego salir del baño con paso rápido, su costoso traje de diseñador se estaba manchando de sangre, pero eso no le importaba, su único objetivo en ese momento era sacar a Irina de esa casa y llevarla al hospital, solo quería que ella se estuviese bien.

—Vas a estar bien, cariño— dijo en un susurro pegándola más a su cuerpo mientras continuaba caminando por el pasillo— Dios...— susurró con la voz rota a ver que su ropa seguía empapándose de sangre.

Cuando salió a la amplia sala en donde se encontraban todas las personas de la alta sociedad, celebrando aun con sus copas de vino y champagne en manos, no reparó en las miradas perplejas que les dedicaban, simplemente siguió caminando hacia la puerta de entrada, escuchando de fondo los murmullos de las personas a su alrededor.

Cuando llegó a la puerta, no necesitó hacer el esfuerzo de abrirla, pues uno de los tantos camareros que se encontraban laborando esa noche en el lugar, se encargó de abrir la puerta para él.

Fuera de la casa Boris ya había estacionado el auto, y se encontraba esperando recostado en éste con un semblante bastante tranquilo, el mismo que cambió de inmediato al ver el estado en el que Vladimir llevaba a Irina.

El moreno no tardó en abrir la puerta de los asientos traseros para ellos, y Vladimir no dudó en entrar con prisa a este.

—Al hospital, Boris— ordenó Vladimir con voz trémula, sentía la garganta cerrada y su corazón latiendo de manera acelerada, dirigió sus ojos al rostro de Irina, y la encontró extremadamente pálida.

Ella se estaba desangrándose, y si bien, antes treinta minutos de distancia entre el hospital más cercano y la casa de su padre no le parecía gran cosa, en ese momento sentía que el hospital se encontraba cada vez más lejos.

Dirigió una de sus manos temblorosas hacia el rostro de Irina, y acarició su mejilla de forma lenta y casi sin tocarla, por el simple hecho de tener miedo de lastimarla, mientras que sus ojos no tardaron en llenarse de lágrimas.

No comprendía que estaba sucediendo, todo se encontraba bien. Ambos estaban disfrutando de la velada, y de un momento a otro, todo se tiñó de negro.

La abrazó contra su pecho, mientras que veía las luces de los edificios pasar por las ventanillas del auto, y varias de las lágrimas que había estado reteniendo, comenzaron a mojar sus mejillas.

Su corazón dolía, no quería perderla. La opresión en su pecho era tan fuerte que, en más de una ocasión, tuvo que tomar fuertes bocanadas de aire para tratar de aligerarla, pues sentía que si no lo hacia corría el riesgo de ahogarse.

De fondo, logró escuchar a Boris pedir al hospital que lo esperaran con un equipo en el área de emergencias del lugar, pero su mente solo estaba centrada en Irina, la preocupación no lo dejaba pensar en algo más que en ella.

Bajo Los Encantos Del RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora