CAPÍTULO 2

30.2K 1.9K 267
                                    


Capítulo 2

Era inevitable para él que sus ojos no se pasearan por el cuerpo de la joven, era hombre y el cuerpo de Irina era demasiado llamativo, a él le parecía una mujer preciosa, pero que lamentablemente se encontraba rota y lastimada.

Volvió a mirar su rostro desde lejos y un gruñido salió desde su garganta al volver a ver las ojeras debajo de sus ojos.

Se llevó su mano derecha a la altura de la sien y comenzó a masajear esa área cuando sintió un indicio de dolor de cabeza, se levantó del sofá en donde se encontraba sentado y salió de la habitación, cerrando la puerta con suavidad para no despertarla, caminó a paso lento hacia la compacta cocina que poseía el penthouse y se sirvió un vaso de agua.

Cuando la última gota de agua estuvo es su boca, dejó el vaso en el fregadero y estaba dispuesto a ir de regreso a la habitación, pero el sonido insistente de su teléfono interrumpió su paso, se alejó lo más que pudo de la puerta de la habitación y al sacar su teléfono celular del bolsillo de su pantalón fino, miró en el indentificador de llamadas el nombre de su hermano.

—Aleksey— susurró, deduciendo que estaba metido en problemas, cada vez que su hermano lo llamaba no era para nada bueno.

—Hola hermano— saludó el joven de veintiún años—¿Podrías depositarme algo de dinero?— pidió y la única reacción de Vladimir fue soltar un gruñido.

—¿Para qué necesitas dinero Aleksey?— preguntó con el ceño fruncido.

—Estoy en una cita y resulta que ya no me queda dinero— dice y Vladimir pudo escuchar de fondo el sonido de un violín.

—¿Ya no te queda dinero de 384,486 rublos?— preguntó sintiendo el enojo surgir en él— aún no entiendo como es que padre te da tanto dinero, si lo único que haces es desperdiciarlo, no te depositaré ni solo un rublo.

—¡Vamos!— suplica el joven con desesperación— estoy en una cita y no tengo como pagar lo que hemos comido, ¿Dejarás a tu hermano pasar vergüenzas?

Vladimir solo atinó a llevarse la mano libre al tabique de la nariz, dejando salir un pesado suspiro, lamentando que su hermano sea tan consentido por su padre y que el muchacho no conozca la palabra responsabilidad.

—Pues prepárate para fregar platos, porque de mi parte no recibirás más dinero— le dijo, terminando la llamada, dejando a su hermano con la palabra en la boca.

Caminó los pocos pasos que lo separaban de el sofá de la sala del penthouse, se sentó en éste y aprovechando que tenía su laptop en la mesa de enfrente, se internó en el tecleo intenso, las letras y todo el trabajo trabajo que le llegaba día tras día, pensaba invertir en algunas empresas de Italia que le llamaban la atención.

Si bien la industria de la moda, el calzado, la ropa de diseñador eran los negocios que más se movían en Italia, él quería invertir en el turismo, comprar acciones de varios hoteles e invertir en algo más que no sea la informática.

Las horas pasaron sin que fuera interrumpido, en varias ocasiones se levantó para mirar a Irina, pues la tentación era demasiado fuerte, pero luego tomaba una respiración profunda y volvía a centrarse en el trabajo, no podía caer en la tentación, no teniéndola a ella dormida, no sin ella estar consciente y definitivamente no sin tener su aprobación.

Por otro lado, Pia se encontraba saliendo del penthouse que le tocó limpiar luego de haber terminado, miró hacia la puerta del penthouse que le tocó limpiar a Irina y se acercó al ver a un hombre de piel canela parado en la puerta, el semental de hombre parecía ser un jefe de seguridad solo por la forma en la que estaba vestido, además de que llevaba unos auriculares transparentes saliendo de su cuello hasta su oído derecho.

Bajo Los Encantos Del RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora