CAPÍTULO 39

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Capítulo 39

Las festividades navideñas pasaron de manera rápida, y pronto, a principios de enero del año siguiente, se acercaba el cumpleaños de Vladimir, fecha que tenía a Irina nerviosa, pues no sabía qué le regalaría al hombre que se lo había dado todo. Sabía que el hombre tenía ropa de más, al igual que joyas y otros accesorios, así que realmente durante los siguientes días, después de año nuevo, la muchacha había decidido regalarle algo que, aunque costaría dinero elaborarlo, no iba a ser tan costoso como unas joyas o traje y zapatos de diseñador.

Un día antes del cumpleaños del hombre, Irina había decidido salir a comprar todo lo que necesitaría, y entre los ingredientes lo más esencial era el chocolate. Mientras seguía caminando por los pasillos del súper, una sonrisa se dibujó en sus labios al recordar lo que tenía pensado hacer con el dulce.

Ese día andaba sola, pues la señora Ivela se encargaría de hacer el almuerzo de ese día, mientras ella compraba. Pero igual pudo desenvolverse de manera fácil con todo el ambiente, y en cuestión de unas dos horas, y gracias a que el supermercado no estaba muy congestionado de personas, salió del establecimiento con bolsas en mano, caminando directo hacia su auto.

Una vez todo estuvo en el maletero del vehículo, se encaminó hacia el asiento de conductor, y tras subirse, cerró la puerta, abrochó el cinturón de seguridad alrededor de su torso, y emprendió camino hacia el centro comercial.

Cuando llegó al siguiente establecimiento, se bajó del coche, y caminó entre las tiendas con una enorme sonrisa en los labios, hasta detenerse en la tienda Victoria's Secret, pasando las puertas de entrada hasta llegar a uno de los pasillos de ropa de encaje, de inmediato una de las asesoras la abordó.

—Buenos días — saludó la mujer, era rubia, de piel bastante clara, ojos cafés y un poco más alta que Irina.

—Buenos días — saludó Irina, sintiendo sus mejillas sonrojarse.

—¿Necesita ayuda o ya sabe lo que quiere comprar? — inquirió la mujer con amabilidad.

—Necesito ayuda, verdaderamente— admitió — verá, mi pareja cumple años pronto, y quiero sorprenderlo con algo bastante sexy y provocativo.

La sonrisa en los labios de la mujer creció, y pronto estuvo asintiendo.

—Sígame, por favor.

Ambas mujeres caminaron hasta el final del pasillo, y conforme iban pasando, la lencería se volvía más provocativa, hasta que la mujer se detuvo, por ende, lo hizo Irina también.

» —Yo le recomiendo esta pieza roja baya— le dijo, tomando el colgante en el que estaba la pieza entre sus manos, para después pasar una de sus finas manos por la delicada tela.

Se trataba de una delicada pieza en encaje fino, bastante transparente, el pecho era en forma de mariposa, y unas ligas de un rojo más oscuro, se conectaban con la parte de abajo, que era igual de transparente, sin ninguna tela más gruesa que llegue a cubrir su intimidad en el momento en que se lo pusiera.

—Cómo ve, las ligas de los laterales son bastante altas, por lo que favorecerá para enmarcar aún más su pequeña cintura— la mujer la examinó rápidamente de arriba hacia abajo con la mirada — finalmente tenemos la espalda, que es totalmente descubierta para mejor apreciación.

Tras mirar algunos modelos más, Irina terminó comprando el primero que le habían mostrado, y una vez hecho el pago, salió de la tienda con bolsa en manos, terminando su día de compras, dispuesta a ir hacia su casa.

Bajo Los Encantos Del RusoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant