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Corpse party.




Habían pasado tan solo tres meses desde que soobin ya no se había tratado de escapar, tres miserables meses en la que su vida de había adaptado, además de poder aprender el idioma del país en donde estaba, y como no olvidar su pequeño vientre del mismo tiempo.

Sus manos cubiertas de sangre, una sonrisa formada en sus labios mirando aquel cadáver de la persona que había intentado atacarlo en aquella noche, el sujeto tenía intenciones de robarle solo unos yenes, pero soobin fue el primero en quitarle la vida, había terminando por aceptar que el también se convirtiera en un asesino, en su rostro había salpicado algo de sangre mientras lo torturaba en aquel callejón.

De pronto se escucho unos pasos acercarse, el sin dudar encara a la persona, es el compañero de la que ya había matado, tenía un arma en sus manos, apuntó con esta a soobin para terminar con la vida del asesino que acabó con su compañero, pero antes de que pudiera apretar el gatillo, otra persona lo había golpeado fuerte con un bate en la cabeza, dejando caer a el sujeto inconsciente, pero no fue suficiente para yeonjun dejarlo en ese estado, así que terminó por darle varios golpes con aquel bate en la cabeza sin importar cuanto el cráneo crujiera de lo roto que lo había dejado.

La cabeza del hombre ya no se veía como antes, pues yeonjun había logrado romperle todo, hasta matarlo.

— hoy te tardaste. — dice soobin sin tanto interés, comenzando a marcharse del lugar, además de que eran casi las 3 am.

— ¿en serio? Tenía otras cosas que hacer, tu a esta hora no deberías estar en la calle. — yeonjun solo nota como soobin vuelve a hechar un bufido molesto por sus reclamos, pero hasta para el mismo era sorprendente el cambio que había dado en sólo tres meses, más que un amor se había vuelto un aliado.

— no, pero alguien no me dejaba dormir.

— no tienes porqué inventar pretextos, se que no lo haces por ese alguien. — dice enojado yeonjun y como siempre soobin nuevamente hace un puchero en sus labios, y con la misma mirada que pone cuando yeon lo regaña es como logra que este se calme, y ahora yeonjun sabe que vendría lo peor.

Sus antojos.

— ¡Quiero helado! ¡Mucho helado!. — los caprichos de soobin comienzan, a esa hora ninguna tienda estaba abierta como par atender los antojos de las madrugadas de soobin, pero yeonjun no era nadie para negarle a soobin lo que quería.

— no hay tiendas abiertas, soo....
— los ojitos se soobin se ponen aguaditos al escuchar sus feas palabras, yeonjun era un asesino y de eso se estaba transformando a un padre.. ¿Amoroso?, así que cayó totalmente rendido a los encantos de su doncel.
— pero... Puedo hacer una excepción por ti. — se siente como un cursi tratando de hacer que su pequeño novio sonría, cosa que logra.

— ¡Gracias!. — soobin solamente sonrió para después adelantarse a su trayectoria directo a la casa de mashiho, yeonjun tampoco pudo evitar formar aquella sonrisa tonta.

Poco a poco el también estaba cayendo en sus encantos.

Sin embargo su sonrisa se borro al ver a un sujeto de negro al otro lado de la calle, dispuesto a atacar a soobin en cuanto se acercará, el reconoció a la persona que iba hacerlo, era uno de los aliados de su padre el cual estaba buscándolo para matarlo, yeonjun corrió hacia soobin el cual ya estaba casi cerca de el sujeto, el hombre salió de su escondite sabiendo ahora que yeonjun había caído en la trampa que le habían preparado.

No atacó a soobin, pero si logró que los demás hombres salieran de su escondite para rodearlo, soobin se había percatado de ello, parando sus pasos asustado del incremento de sujetos vestidos de negro en el lugar, parecían una mafia, yeonjun lo había tomando acercándose hacia el para que no le pasara nada, en cambio el principal se acercó a ambos con un rostro decepcionado.

🌹 𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐛𝐥𝐨𝐨𝐝 Where stories live. Discover now