9

981 135 45
                                    

Let everything burn.


Soobin había despertado al día siguiente en un lugar complemente diferente, asustado miraba a los lados y sólo había más que penumbre obscuridad, las ventanas estaban selladas sin dejar que un rayo de luz pudiera atravesar la madera, entonces recordó todo lo de anoche pero no en cómo había terminado en un lugar así, debió haberse quedado dormido en el camino que no se dio cuenta de donde habían ido, de igual forma no había rastros de yeonjun en toda la habitación así que se levantó de aquella cama intentando no caer con algo tirado pues la obscuridad no dejaba que el viera completamente, al hacerlo busco la puerta entre las paredes hasta que sintió el picaporte en sus manos, giro este dándole acceso a la siguiente sección donde chocó con un pasillo igual de obscuro y tenebroso.

Iba a perder la cordura si no encontraba una salida rápido, pero habían dos secciones y ambas no le daban ninguna buena espina, así que se fue por la izquierda ignorando así su temor de encontrar algo, al menos el camino que había tomado tenía luz, el piso de madera rechinaba con cada paso que daba, seguramente estaba en una casa abandonada y solo. Eso crecía hasta que vio habitaciones sin puertas a los costados, con algo de temor en su interior decidió mirar caminar entre estas, lo que miró en tu interior de cada habitación no le había dejado para nada algo agradable, eran personas con una mirada tan penetrante y psicópata, algunos parecían tener la mirada perdida mirando a un punto fijo con una sonrisa, y a soobin le comenzaba a entrar el miedo con solo mirarlos, pues nada más era gente loca encerrada en esas habitaciones y probablemente si no sale de ahí podría convertirse en uno de ellos.

Ninguno lo miraba, o no lo notaba, entre ellos le llamó la atención unos hombres que picaban carne, pero cuando soobin camino más, dejó ver en la habitación completa, había un cadáver enfrente, el hombre estaba picando sus tripas,cosa por la cual soobin le llegaron las nauseas y comenzó a vomitar en el pasillo.
El hombre dejó de picar la carne y las personas de las habitaciones dejaron sus actividades para mirar a soobin como un intruso, sus miradas enojadas y psicópatas eran más que tenebrosas.


El hombre salió de la habitación hasta llegar con soobin, teniendo el cuchillo cubierto de sangre, soobin no había notado que aquellas locas personas estaban detrás de el, devorandolo con la mirada, el pobre pelinegro limpio sus labios después de haber terminado, miró hacia atrás y la gente sonrió de una manera más macabra.

— hola..... — dijo soobin con temor, las personas ni siquiera le dijeron una sola palabra pues no querían hacerlo.


—debemos comerlo, mamá?. — dice un niño entre la multitud queriendo llamar la atención de su madres quien tenía la mirada perdida en el, abrazándose como una loca mientras el pequeño le jalaba la  blusa para que le respondiera pero la señora seguía concentrada en soobin.


Todos sonrieron satisfechos, soobin no entendía nada pero esas personas comenzaron a tomarlo de la peor manera y brusca, lo llevaron a una habitación y el intento zafarse pero era inútil pues ese hombre no dejaba de amenazarlo con el cuchillo en sangre, hasta las mismas mujeres lo ayudaban a llevarse a soobin al interior de la habitación.


— ¡por favor, no me hagan nada!. — rogaba soobin con mucho más miedo.

Ninguno respondía, pero el mismo pequeño de antes lo miró con una mirada tan llena de inocencia.
—mamá dice que sólo sentirás como rompen tu vientre con un cuchillo. — dijo el niño formando una terrible sonrisa, regresando al lado de su madre, la mujer seguía perdida pero no le decía nada a su hijo.


Las personas psicópatas (como les comenzaba a nombrar soobin) lo dejaron sobre el mismo suelo, todas las mujeres de ahí se susurraban entre ellas, algunas salieron de la habitación y las otras se quedaron a ver, los hombres junto al otro, están deteniendolo para que no huyera de tal manera perderían su desayuno.


🌹 𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐛𝐥𝐨𝐨𝐝 Where stories live. Discover now