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No duro ni siquera una semana en la que ese idiota comenzó hacer lo peor, mi sangre comenzaba a escurrirse, ardía cada aguja que el clavaba en mi piel, el olor asqueroso de los demas cadaveres me estaba volviendo loco, su risa era espantosa, ver su satisfacción en sus ojos llenos de locura estaban provocando más las ganas mismas de matarlo, con el cuchillo entre sus manos abría una nueva cicatriz en mis muslos, liberando así aquel liquido rojo de mi piel, dejando grande la herida pero con sus manos tomaba una aguja con un hilo adentrandolo a mi piel para luego cerrarla, mis gritos eran desgarradores pues no soportaba el maldito dolor y aquella mordaza en mi boca eludia que estos fueran más fuertes.

A la última herida, dejo el cuchillo en la mesa,parecía no afectarle el olor a putrefacción de los cuerpos sin vida de los cuales me tenía atado, su mirada era vacía y escalofriante.

-maldita sea odio hacerle eso a alguien tan perfecto como tú, pero tengo que contener las ganas de matarte, podrias serme util-.
Acerco su asqueroso rostro del mío, su respiración chocaba contra la mía, las ganas de golpearlo eran fuertes pero mis manos estaban sujetadas en aquellas mugrosas cadenas, su lengua paseo por todo mi rostro lamiendo los moretones que el mismo me hizo por el hecho de que "era hermoso".

Se escuchaban otros pasos acercarse a la habitación de aquel loco, pero a mi secuestrador no pareció tomarle importancia a ello, la puerta se abrió dejando ver a otro chico de la misma expresión vacía y fria como la de ese psicópata, pareció no sorprenderse al verme atado.
Cuando había abierto la puerta la luz de afuera dejaba pasar, iluminando por completo la habitación, dejando ver a aquellos chicos y chicas con diferenfes torturas,muertos, quizás yo termine igual.

El se alejo de mi rostro y con una furia prepotente miro al otro chico, tomando el cuchillo mirandolo fijamente.
-mierda yeonjun, ¿no te enceñaron a tocar? Odio que interrumpan mis actividades-.
El tal yeonjun no tenía una pisca de miedo que el loco ese lo estuviera señalando con aquel objeto filoso y puntiagudo a su pecho.

Me extraño ver que no responde y el solo asiente sin importancia,¿era otro loco el?.

-como sea, jamas en tu puta vida me hablaras-.
Contestó de mala gana saliendo de la habitación sacando empujones al chico dejando la puerta habierta, al ver que ambos se habían alejado lo suficiente, aproveche para intentar safarme de una de las cadenas, necesitaba aquella mesita donde el guardaba sus herramientas con las cuales me hacía sufrir, me estire suficiente hasta alcanzar la mesita y tomar un martillo duro con la cual podría romper las mugrosas cadenas, no podía sujetarlo bien con las manos así que opte por verificar más.

-JODER BEOM TE VOY A MATAR-. los gritos de mi secuestrador se escucharon fuertes y claros, como si estuviera cerca mío, no quedaba mucho tiempo para poder escapar y lo mas seguro es que su humor este de los perros para poder seguirme torturando y calmarse, esperaba rendido a que se acercara ya que se escuchaba el rechinar de las escaleras como si el quisiera llegar al final con desesperación.

Pero eso fue lo más horribe, cuando aquella persona llegó a la punta, me vio con una mirada de súplica buscando algo, su cuerpo era casi al de un esqueleto.
Traté de pedirle ayuda y que me ayudara pero no creo que con la mordaza en la boca me haya logrando entender, también rogue con todas mis fuerzas moviendome aún con esas cadenas atandome de las manos, aquello si pareció entenderlo perfectamente.

Corrió hacia mi para tratar de ayudarme con el martillo, golpeando varias veces la cadena, después solo vi a in chico pelinegro con el mismo aura de psicópata, estaba recargado en el marco de la puerta, ni siquiera me había dado la oportunidad de advertirle al otro de que lo iban a matar.

Fue tarde, aquel sujeto disparo en el centro de su cabeza, salpicandome la sangre en esa bata sucia que usaba.
El sonrió, y mi secuestrador apareció rápidamente al escuchar el ruido escandaloso del disparo, su maldita locura estaba siendo reflejada con la lujuria que se notaba en su mirar al reciente cadáver.

-ese estupido casí escapa si no fuera por que se detuvo ayudar al bastardo de soobin-.
Habló el pelinegro, riendose secamente.

-solo callate y dile al idiota de yeonjun que saque todos los cadaveres de aquí, el olor podría hacerse notar afuera, y no quiero problemas-.
El chico dejo de carcajearse, rodo los ojos asintiendo para despues irse y dejarme solo con ese bastardo.

Mis últimas esperanzas se estaban yendo al caño, no pude evitar sollozar, aquel chico inocente había terminado de mal manera, pero si miro a su cuerpo, me recorría un escalofrío mirar a sus ojos sin vida mirandome.

-oh no llores, ves lo que pasa? Por eso no debes escapar aquí la única manera de que salgas es muerto-.
Tomo mis cabellos con fuerza para que lo mirarse, chille de dolor por la forma en que lo hacía.

Maldigo el dia en que lo salude de aquella ventana.

🌹 𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐛𝐥𝐨𝐨𝐝 Where stories live. Discover now