Capítulo 5

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Danielle comenzó a leerle El Mago de Oz a su hijo, quien ya estaba en la cama. Aquella era una linda costumbre que tenían antes de dormir. Sin embargo, esa noche notó que no estaba demasiado interesado en la lectura, así que Dani cerró el libro y lo colocó encima de la mesa de noche.

—¿Qué sucede, cariño? —le preguntó luego de darle un beso en la mejilla.

El niño no sabía si responder, pero finalmente levantó la cabeza y miró a su madre a los ojos:

—¿El tío de Tim va a morir? —lo dijo con un hilillo de voz, pero ella le entendió.

—No, mi amor —le tranquilizó dándole otro beso—, ¿por qué piensas eso?

—Porque papá murió... —se explicó con tristeza—, y estaba en una silla de ruedas como él. No se lo he dicho a Tim, pero sentí miedo de que muriera... Tim lo quiere mucho.

Danielle sintió el corazón en un puño, así que abrazó a su pequeño hijo en la cama y le dio otro beso en la frente.

—Thomas no está enfermo, tuvo un accidente y no puede caminar, pero no va a morir por eso, te lo garantizo. Con papá fue algo distinto... —La voz se le quebró, pero intentó que no se le notara—. Papá estaba enfermo, te he hecho la historia otras veces. Él te quería mucho, aunque no lo recuerdes y sé que él aún vela por los dos.

Ben no preguntó nada más, estaba conforme con la explicación, pero también un poco triste por no tener un padre. Danielle lo sabía, ella misma echaba de menos a Benjamín todos los días, y cuando hablaba de él... Fue por eso que no pudo contarle la historia a Thomas esa tarde. Siempre que hablaba de Ben y de su enfermedad se echaba a llorar, aunque frente a su hijo intentaba ser fuerte.

Cuando bajó la cabeza para ver a Ben, ya este se había dormido. Con cuidado lo cubrió con su cobija de Spiderman y apagó la luz, no sin antes darle otro beso al pequeño.

Era un poco tarde, pero no tenía sueño, así que encendió su Mac y comenzó a trabajar en el diseño de Thomas. ¡Todavía no podía creer que él fuera Horace Whitman! Había leído cada palabra de él y le admiraba... Hubiese querido interrogarlo sobre su trabajo, pero tuvo que contenerse, no quería parecer atolondrada frente a él. Por otra parte, estaba muy sorprendida de que un hombre que salía poco de su casa hubiese ido a verla. Aquella misma mañana había faltado a la fisioterapia y, sin embargo, en la tarde encontró ánimos para ir a disculparse... Era extraordinario —pensó—. Es muy difícil pedir perdón, pero más aun vencer al aislamiento y a la tristeza para pedirle perdón a una desconocida.

Thomas no había hablado durante el trayecto a casa, ni mucho menos durante la cena, en la cual Mónica quiso obtener información sobre su visita a casa de Danielle

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Thomas no había hablado durante el trayecto a casa, ni mucho menos durante la cena, en la cual Mónica quiso obtener información sobre su visita a casa de Danielle. Él se mantuvo bastante hermético al respecto, solo le comentó que había visto unos videos promocionales de OpenHome y que, como no había sido muy simpático en la mañana, quiso disculparse y de paso discutir algunas ideas sobre las reformas.

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